Habían pasado unos cuantos días desde que pasó lo de la noche en el hospital. Era ya viernes y estaba en casa después de haber pasado todo el día en clase. Toda la semana había sido muy extraña, seguí sentándome al lado de Dean, pero algo había cambiado, cuando Tessa hacía bromas refiriéndose a él y a mí, él se molestaba y no como antes, ahora de verdad. Cuando íbamos por los pasillos intentaba no acercarse mucho a mi y, en los entrenamientos de fútbol, intentaba no ponerse en el mismo equipo que yo. Pese a eso, cuando estábamos en el coche, en casa o incluso en los vestuarios, solo cuando no había nadie, estaba más cariñoso que nunca, me daba besos, me mimaba, me hacía cafés, me daba cerveza... La vida me había cambiado totalmente y, aunque pueda parecer algo extraño, me gustaba.
Bueno, como ya he dicho, estaba en casa. Esta vez estaba yo solo, ya que los demás tenían distintas cosas que hacer. Me había tumbado en el sofá y me había puesto a ver series de Netflix que me había recomendado Sam. Hacía un buen rato que había terminado todos los deberes y, como no tenía nada que hacer, allí me encontraba. Así pasé la mayor parte de la tarde hasta que Charlie entró por la puerta al grito de "Fiesta". La miré extrañado, le pregunté que qué pasaba y ya me lo explicó todo. Resulta que habían organizado una fiesta en las afueras de la ciudad y la única norma era ir arreglado, por eso había venido tan alterada.
Después de informarme fui a prepararme. Cuando ya había acabado de prepararme y de peinarme, Dean llamó a la puerta. No tenía ni idea de cuando había llegado, pero no me importaba. Una vez entró me quedé mirándole embobado, estaba tan guapo... llevaba un traje negro, una camisa gris y una clara con puntos negros. Tenía el pelo engominado, pero no estaba peinado como el mítico pijo/chulo engominado.
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-Hola, Dean... ¿Tú también vas a ir a la fiesta?
-Claro... bueno, si tu vas, si no me quedo en casa contigo
-No es mala idea, pero será mejor que vayamos. Nos lo pasaremos bien seguro.
Después de hablar me acerqué a él y le planté un beso. Fuimos a la sala y hablamos/piropeamos a Charlie mientras esperábamos a Sam y a Gabriel que habían llegado hace poco y se estaban vistiendo.
Una vez estábamos todos listos fuimos directamente al impala y nos dirigimos a la fiesta. Al llegar, salimos del coche y nos quedamos observando el establecimiento. Era una especie de discoteca gigante a las afueras de la ciudad, se podía escuchar la música desde fuera y no paraba de entrar y salir gente de allí. Gabriel, Charlie y Sam entraron al poco tiempo de salir del coche, Dean y yo nos quedamos un rato fuera, apoyados en el impala.
-Dean...
-¿Si?
-N-nada... ¿Entramos?
-Si, claro...
Antes de encaminarnos hacia la entrada Dean se agachó y me dio un beso, corto pero intenso.
