¡Quién lo diría! Tú, una atea, me hiciste polvo, cumpliendo esa vieja premisa que tanto repiten las religiones: "Al polvo regresarás".
Es una situación un tanto incómoda, pues yo nunca pensé que llegaría el día en que se me empañe la visión al abrir el cajón y encontrar tus fotografías. Siento como si cayese en cámara lenta hacia un vacío infinito que empieza dentro de mí mismo y termina quién sabe dónde. Un lugar donde el eco me responde con silencio y la oscuridad tiene el amargo sabor de tu ausencia. Todo recuerdo de tu cara se ha quebrado en millones de fragmentos hace algunos años que se hicieron siglos para mí. Todo lo que recuerdo es la frialdad del cuchillo de tu boca, mis latidos a mil por hora y luego el disfraz de ternura en tu mirada, que bien sabes, provocaba una explosión de sentimientos en este ser al que ya poco le importa la vida y nada le importa la gente.
ESTÁS LEYENDO
Lagunas Mentales
PoetryAños de ahogo resumidos en unos cuántos capítulos que te llevarán a sacar esas emociones reprimidas solo con el poder de una palabra bien colocada. Este paseo por las lagunas de el sector te hará pensar tanto en quienes saltaron a ellas con el fin d...