Me he separado del mundo físico. Me siento como una pluma en el aire, solo que el viento no es quien guía mi trayectoria, sino yo mismo. Veo a través de una mirada, que no sale de mis ojos sino de mi alma, un vasto universo repleto de posibilidades que nunca había considerado. Puedo oír reír a la pena y llorar a la felicidad; puedo sentir las palabras que acarician y las que golpean; puedo sentir lo que yo quiera, porque todo está y ha estado siempre bajo mi control, y cuando se me fue de las manos, fue solo porque quería un poco de caos para aprender, a través del fracaso, todas esas cosas que siempre supe.
Me acerco al resplandor. No estoy retrocediendo, solo avanzo por otros caminos.
Hay dos tipos de personas, las que se aferran y las que no. Las primeras siempre siguen sus sueños y un plan para llegar a ellos, pero cuando el plan falla no saben qué hacer, así que intentan seguir su plan, aun viendo que no funciona. Se limitan. No ven que tienen a su disposición millones y millones de alternativas, porque están aferrados a la idea de que el único camino para llegar a su sueño es el que se fijaron; El segundo tipo de persona simplemente no se aferra a nada. Rara vez llegan a su sueño, pero al menos no viven frustrados porque las cosas no les funcionan.
Este lugar está plagado de cosas obvias. La simpleza de la vida. Mi olfato huele la muerte y la vida: Ninguna de las dos huelen mal. Demonizaron la muerte e hicieron que la gente olvide que es un ciclo y nada más que eso.
Interrumpe mi letargo el sonido de una estrella explosionando a años luz de esta galaxia o tal vez el aleteo de una mosca que ha entrado por la ventana. La vida es un acertijo, el solucionario lo tenemos dentro.
ESTÁS LEYENDO
Lagunas Mentales
PoésieAños de ahogo resumidos en unos cuántos capítulos que te llevarán a sacar esas emociones reprimidas solo con el poder de una palabra bien colocada. Este paseo por las lagunas de el sector te hará pensar tanto en quienes saltaron a ellas con el fin d...