Veo pasar figuras por la ventana del taxi, rumbo a dónde Pablo se encuentra hospedado, hace unos días hablamos por teléfono donde me hizo saber que tendría unos días libres, no pude más y corrí a reservar un vuelo, lo sorprendería... sonrio ante los tantos recuerdos.
Al bajar del taxi no tardo en reconocer a mi hombre, está de espalda, no puedo evitar sonreír y tomó prisa para sorprenderlo. pero por ironía de la vida la sorprendida llego a ser yo.
Una rubia se abraza a su cuello juntando sus labios con los de Pablo, una lágrima silenciosa rueda por mi mejilla al ver cómo ese beso es correspondido... no digo nada, me quedo mirando al ver cómo el amor de mi vida se adentra al local con la rubia.. ¿ y yo?, yo voy directo al aeropuerto.
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