Capitulo 19

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Ya hacia un par de horas que había regresado a casa. Estaba recostada en el sofá cuando escucho la puerta abrirse. Ni siquiera me muevo de mi lugar, pues ya se de quien se trata.

—¡Dios!, me quede preocupadísima cuando me cortaste la llamada,¿Qué pasó?—dice sentándose a mi lado.—La verdad es que escuche la voz de Pablo, Era él, ¿verdad?—Suspiro, y volteo a mirarla.

—Si, era él— 

—Y,¿ de que hablaron?—pregunta.

—Prácticamente de nada—contesto.

—Ya no esta con ella—Suspiro.

—Lo sé, me lo ha dicho él—

—Entonces si hablaron, ¿qué sentiste cuando te lo dijo?—pregunta, cierro mis ojos.

—Yo se que no debería sentir nada, creo que es, ¿cariño?,   ya no siento el amor con el que lo adoraba, pero sentí algo en mi, emoción al escuchar su voz de nuevo, escucharlo decir mi nombre, y más escucharlo decir que ya no estaba con ella. Cuando me pregunto si podíamos ser amigos, me hice la fuerte, y cuando le dije que no, vi su mirada, tristeza y,.. ¿dolor?, no puedes borrar 5 años de vida  amando a alguien en tan solo unos meses—abro mis ojos, volteo a verla, y sonrio con tristeza.

—Solo tienes que dejar al tiempo pasar— me abraza.—Llego a su casa con otro hombre—dice separándose de mi, e  intenta sonreír.—¿Karma?— 

—Supongo—se acerca a mi, y recuesta su cabeza en mi hombro, y yo recargo mi cabeza sobre la suya.— Me encontré con Cristian en el cementerio—digo, y se separa  de mi, con una sonrisa picara.

—Oh, Dios mio, ¿fuiste una total pecadora enferma, y lo hiciste con el en el cementerio?, ¡DIOS!, que estará  pensando tu abuelita, que en paz descanse—dice uniendo la palma de sus manos al altura de su pecho mirando al techo— Perdónala, es una ninfomana—baja la cabeza para mirarme—menos mal que lo hicieron con un publico silencioso, ya imagino a toda la gente corriendo asustados pensando que tus gemidos eran los gritos de la llorona, ay, ay, ay— 

—Yuli—digo, pegandole un manotazo en el hombro, y reímos las dos. —Estás loca—

Horas antes...

  —Dayana—dice mirándome a los ojos.  

—Hola,Cristian—digo mientras se acerca a mi aun con Coraline en sus brazos.

—Hola—dice bajando a Coraline al suelo, y ofreciéndome un pañuelo, lo tomo y limpio mis ojos. Coraline empieza a alejarse de nosotros y vamos tras ella. La encontramos sentada en una banca cerca de la entrada del cementerio, y tomamos asiento a su lado.

—¿Visitando a algún abuelo o abuela?—pregunta Cristian. sonrió  tristemente negando con la cabeza.

—Mi hija—contesto bajando la mirada hacia mis manos sobre mi regaso.—Tenia siete meses de embarazo cuando tuve un accidente en el coche, no pudieron salvarla—trago saliva,y contengo las ganas de llorar.

—Coraline tenía tres años cuando Darla falleció, tenía cáncer de seno, desgraciadamente los medicamentos no funcionaron—hace una pausa, y suspira— fue difícil, demasiado difícil,  pero tenía un gran motor por el cual seguir adelante—dice acariciando el cabello de Coraline, quien sonríe ante la muestra de afecto de su padre. Sonrío al ver la escena tan tierna y conmovedora. 

Coraline se acerca a mi, y pone sus manos sobre las mías.

—Yo no tengo mamá, puedes ser mi mamá, ¿verdad Papi?—pregunta Coraline, mirando a Cristian, quien abre los ojos como plato, ante la pregunta de su hija. Acomodo un mechón de mi cabello tras mi oreja, ante el nerviosismo por lo que acaba de decir Coraline. 

—Coraline,—digo llamando la atención de la pequeña, ella voltea a mirarme—la novia de tu Papá puede ser tu mami— digo, y ella voltea a ver a Cristian.

—¿Novia?—pregunta él.—Yo no tengo novia— abro los ojos como plato.

—Oh, pensé que la chica del otro día... bueno, pensé que era tu novia— encogiéndome de hombros por la vergüenza.

—¿Quién?, ¿Sofia?— ríe— para nada, es mi asistente personal, y en ocasiones la niñera de Coraline—  Cristian y yo nos miramos, y sonreímos.

Después de seguir hablando sobre  mi encuentro con Cristian y Coraline, y lo maravilloso que va su relación con Carlo, nos dispusimos a ver una película. Regreso a la sala de estar, con mi segundo paquete de palomitas, y me dejo caer en el sofá. 

—Ya falta poco para mi cumpleaños—dice Yuli. 

—Lo sé, ¿piensas contratar strippers de nuevo?—pregunto. Lleva dos años seguidos contratando strippers.

—Nah, creo que este año será una fiesta normal—

—No creo que tu conozcas el significado de la palabra normal— digo, y río.

—Ja, ja, ja, cuando me lo propongo puedo ser normal— dice fingiendo enojo. Dejo mis palomitas mi lado, y me acerco a abrazarla.

—Te adoro, ¿lo sabías?—ríe y me abraza.

—Si, lo sé—

Después de ver películas, le pedí que se quedara a dormir, encantada aceptó, ya no volvimos a hablar sobre Pablo, lo cual agradecí. Ver a Pablo, si me afecto emocionalmente, por que, aun que no quisiera, iba a ser imposible no encontrarme con el en algún lugar, vivimos en la misma ciudad. 

Ya recostada en la cama, con Yuli abrazada a mi, sonrío y me dejo llevar por el sueño.

No soy la únicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora