Recuerdo aquel día tal y como si llevara cada detalle escrito en la palma de mi mano, tal y como si hubiera sido grabado a fuego en cada rincón de mi mente. Aún éramos poseídos por la ingenuidad de aquellos que aún no han sido obligados a enfrentarse a vivir una vida de adultos, y por aquel entonces solíamos creer que éramos invencibles. Porque al ser unos simples críos que pretendían saberlo todo sobre el universo y amar por primera vez, creímos ser los reyes del mundo.
Aquella mañana cálida, corrí a su encuentro, abalanzándome a través de los pasillos de la escuela, buscando su sombra entre la multitud de alumnos que caminaban tranquilos y vívidos hacia el patio, deseando disfrutar de aquel descanso que creían tener merecido. Tenía esas simples palabras que encierran un significado mayor del que podemos imaginar atascadas en mi garganta, pero al hallarle junto a dos figuras más, grité aquellas letras a pleno pulmón, llamando la atención de todos a nuestro alrededor.
-¡Jeon Jungkook! -Solté al saltar sobre él- ¡Te quiero!
Ambos caímos al suelo frío, y en su rostro pude palpar la sorpresa al mismo tiempo en que sus mejillas se ruborizaron.
-¡¿Q-Qué?!
A pesar de que habíamos pasado días entrelazando nuestros dedos que tanto anhelaban rozarse, aquella fue la primera vez que confesé en voz alta mi mayor secreto.
-¡Te quiero!
Balbuceó algo incomprensible para mí, mientras decenas de siluetas murmuraban y clavaban sus ojos acusatorios sobre nuestras cuerpos, y otros, esas sombras que se alzaban frente a nosotros, reían al contemplar esa escena con una mirada afectuosa en los lienzos que eran sus caras.
-¡Eso ya lo sé!
Quizás aquello que sentía cada vez que él estaba junto a mí no fuera ningún secreto para él, o quizás simplemente nunca fui capaz de ocultarlo.
Pero me limité a cruzarme de brazos, aún sentado sobre él, jugando a su mismo juego.
-Eso no es lo que quería escuchar.
Sonrió preso de una cierta timidez a pesar de la valentía tras la que siempre se escondía, y negó sutilmente un par de veces antes de tocar con suavidad mis mejillas con ambas manos y apoyar su frente contra la mía.
-Te quiero, Jimin.
Sus palabras estuvieron en mi cabeza toda la noche, todo el día, cada semana y habrían estado toda mi vida.
-Chicos. -Tae aclaró su garganta, así llamando nuestra atención- ¿Habéis acabado ya?
-¡Al final cerrará la cafetería y nos quedaremos sin comida! -Se quejó Jin exagerando sus gestos.
Se levantó despacio, apartándome con cuidado y ayudándome a ponerme en pie de nuevo, brindándome una sonrisa que emanaba una paz mayor que la que una gran tormenta deja tras ella. Sostuvo mi mano con fuerza mientras háblabamos sobre mil temas frívolos y nuestras voces se mezclaban, componiendo una melodía.
Desearía que jamás me hubiera soltado.
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mil cartas para el océano. | kookmin
Fanfiction❝-¿Crees que es posible tocar el cielo?❞ ❝-¿Y qué si no podemos? Estamos tan obcecados en querer llegar al cielo, que olvidamos el suelo sobre el que caminamos. Mientras pueda mantenerme de pie aquí mismo, no me importa que mis dedos nunca rocen las...