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Dos días para la llegada de la primavera...



¿No es agradable sentir como la calidez del sol calienta tu espalda y todo tu cuerpo?, Somin amaba sentir como el clima no era ni tan frió ni tan caliente, amaba el intermedio, sin ir a ninguno de los extremos. Por eso mismo, la delgada chica de cabello castaño, contemplaba parada uno de los cerezos que tenía el campus de la universidad, sintiendo sus ondas moverse con suavidad debido a la fresca brisa que iba en contra de su rostro.

Había pasado la noche entera sin poder dormir, el estrés la iba a matar, pero sabia que debía seguir adelante. Su carrera universitaria acabaría pronto, junto con su sufrimiento, y pensar en eso, lograba soltar una sonrisa y seguir intentando en dar todo por sus calificaciones.

Después de todo... todo tiene su recompensa.

Tomó de su bolso, su pequeño espejito con incrustaciones de cuarzo en la tapa, elegante para su gusto, y lo abrió con delicadeza, llevándolo frente a su rostro, analizando las pequeñas bolsas púrpuras que decoraban bajo sus ojos.

- Dios... estoy hecha un asco -Tocó sus ojeras y arrugó su frente, aun manteniendo su vista en el espejo -Ya entiendo porque me estaban mirando extraño... -Susurro para ella misma.

De pronto, en tal solo unos segundos, su espejo favorito había desaparecido de sus manos, provocando que se sobresaltara y arrugara nuevamente el entrecejo molesta, por la persona que le arrebató su espejito.

Dió la vuelta levemente, esperando para regañar al culpable, y pensando que había sido Jiwoo quien le habria hecho esa broma, Somin solo atinó a gritar.

- ¡¿Que te pasa?! -La castaña abrió los ojos sorprendida al divisar al chico que estaba en frente de ella junto a su bicicleta, sonriéndole y con el espejo en sus manos -¿Eh? -Pestañeó rápidamente aun desconcertada -Tú...

- Un gusto volver a verte, soy Taehyung -El muchacho se acercó mas a ella y le extendió su mano libre en forma de puño, por lo que Somin, confundida, pensó que el gesto significaba que chocara su puño con el de él en forma de saludo, pero antes de que lo hiciera el negó con su cabeza riendo con gracia -Abre tu mano. -Somin hizo caso, y cuando su mano estaba extendida, el chico depositó una pequeña flor de camelia.

- Oh... es una...

- Camelia -Observaba atentamente como la chica tocaba con sus dedos la pequeña flor -Uno de nuestros botones florecieron antes de tiempo y esta era la mas hermosa.

- ¿Entonces porque me la das? -Somin dejó de mirar la flor y levantó su vista para mirar a los ojos del muchacho.

- Porque cuando la encontré... -Pasó su mano desocupada por su cuello mientras movía su cabeza en forma de circulo para liberar la tensión de su cuerpo -Tu rostro apareció en mi mente.

El corazón de la chica comenzó a latir desenfrenadamente, y su rostro se había convertido en un carmín mas fuerte que la propia flor que estaba en su mano.

- ¿Pe..pe...pero como sa..sabes que yo...estaba aquí?

-Te encontré hace un par de días ingresando aquí junto con tu amiga... -Trató de recordar el nombre de la chica que siempre la acompañaba pero como Matthew siempre hablaba de la tal "Rosita", no creía que fuera muy apropiado que el dijera eso también, por lo que Somin entendió y trato de ayudar con el problema.

- Jiwoo.

- ¡Ella misma! -Asintió enérgicamente.

-Ya veo -Somin sonrío tímidamente y poso su vista sobre sus pies.

- Somin -Taehyung llamo su atención -No puedo dormir por tu culpa.

- ¿Que? -La castaña levantó una de sus cejas extrañadas por lo dicho -¿Yo que te he hecho?

- No quieres salir de mi cabeza desde el día en que te atrapé -El chico sonrió levemente sonrojado por su confesión -Creo que al verte encontrado hasta acá, me ha hecho darme cuenta de que me gustas... y mucho, aunque no nos conozcamos del todo. No se si fue el olor de tu shampoo, o el de tu perfume, no se si fueron tus ojos o tu sonrisa, pero me siento atraído por tí desde que te vi entrar al restaurante. -Sus manos comenzaban a sudar, por lo que apoyó su bicicleta sobre su cuerpo, hechó el espejo en su bolsillo y secó sus manos en la tela de su pantalón -Pero te quiero pedir que por favor... no me tengas miedo, porque me asusta, ¡No!, me aterra pensar que me odias o me temes por todo lo que te estoy diciendo.

- Yo... -Somin estaba tan impactada e impresionada que le costaba pronunciar alguna palabra -No se... que decir... yo...

-Esta bien -Taehyung suspiró aliviado, cerro sus ojos y miró hacia las ramas del cerezo que se mecían con el viento -No es necesario que me digas algo ahora, solo me conformaré con que no vuelvas a decir que eres un asco, ¡Te escuché claro! -Soltó una carcajada mientras Somin seguía sin ninguna expresión en su rostro, solo podía mirarlo y que cada vez que lo hacia, creía que el rostro del chico jamás podría cansarle.

Era como ver arte.

- Yo...

- Deja de decir "Yo..." -Trató de imitarla sin dejar de sonreír, para luego meter su mano en el bolsillo y entregárselo nuevamente. -Tén, tus ojeras no te hacen ver fea, te hacen ver mas única.

Somin tomó su espejito y no dejó de mirarlo, como si ahora aquel objeto tuviera mas valor de lo que tenía antes de ser tomado por Taehyung.

-¡Que tengas un lindo día! -El muchacho subió a su bicicleta y partió rumbo sin dejar que la chica pudiera decir algo.

Porque tenía miedo, de escuchar las palabras mas horrendas y dolorosas que alguien puede decir para dañar su corazón.

Y si ella no sería feliz junto a él, por lo menos debía dejarla ser feliz con lo que ella quisiera y deseara en su vida.

Tan solo, quería que Somin sonriera como la primera vez que la vio.

Era algo que calmaba a su inquieto corazon.

Donde las camelias florecen.   ⚫Bwoo⚫~⚫J.So⚫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora