p r o l o g o

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Kim Namjoon siempre había sido un chico inteligente y sobresaliente. Era algo torpe en algunos momentos, pero sin duda alguna era una persona que pensaba con la mente fría y sabia lo que decía y hacía. Todos veían en el un gran futuro por delante. 

Durante la secundaria Namjoon recuerda, sin duda alguna, que su propósito era ser exitoso,un joven adinerado dedicado a su profesión. Técnicamente hacer dinero, dinero que utilizaría hasta para los mas absurdos lujos y deseos que se le ocurrieran. Quería vivir bien, sin preocupaciones y libre. Solo viviendo la vida. 

Formar una familia y todo eso, no estaba dentro de sus planes. De hecho, no quería ni pensar en que significaba. Simplemente casarse y tener algún hijo, no entraba en su vida perfecta.

El no se veía capaz de poder cuidar de personitas tan delicadas y berrinchosas. Estaba bien para él quizá cuidar de ellos cuando algún día ejerciera, pero siempre y cuando pudiera devolverlos a sus padres al final del día, no había problema alguno.  El no estaba para esas cosas. 

Claro, conservaría el método pero no el resultado. 

Recordaba mas que todo, los momentos en el que los profesores de ultimo año le preguntaban a cada uno sus metas para el futuro.  En su memoria estaba fresca la cara de su profesor de ciencias cuando le pregunto si planeaba tener hijos, quizá la mueca de asco había provocado la risas en todos sus compañeros, pero su "No" había sido muy sincero.  

De todos modos el mundo esta muy sobrepoblado, decía.

Namjoon siempre se reía cuando lo molestaban a partir de aquel día, diciéndole que por decir todo aquello en voz alta seria el primero entre todos sus amigos en casarse y tener hijos.  

Eso simplemente no iba a pasar. Tan seguro como que jamas seguirá en contacto con sus compañeros una vez graduados, pensaba. 

Había que ser realistas y ambas cosas no lo eran para su futuro.

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Kim Namjoon se sentó en aquellas sillas de plasmático en aquel largo pasillo blanco, frente dos grandes puertas eléctricas. Se cruzo de brazos y cerro sus ojos,  tratando de relajarse, algo que sabia que no pasaría.

Pero reacciono justo en el momento que sintió una mano sobre sus piernas. Abrió sus ojos encontrándose con una mirada seria y gatuna frente a él. Mas un, ya conocido, semblante serio.

— ¿Que sucede? — le pregunto tratando de sonreír para no sentir aquellos nervios que lo invadían, mientras acariciaba el cuello del menor con delicadeza.

—Es en serio papá... Deja de tener hijos.

Saritaby11

Los Gemelos Kim | NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora