d i e z

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Namjoon tuvo una grandiosa idea.

El pasaba gran parte del tiempo en el hospital, cubriendo largos turnos en emergencias y cumpliendo con consultas aparte, eran muchas horas fuera, así que amaba con toda su alma el tiempo que pasaba con su esposo e hijos.

A diferencia de muchos de sus compañeros, Namjoon había decidido que definitivamente su carrera no iba a ser un impedimento para ser feliz con su familia.

No quería perderse nada, ni un solo momento, de ninguno de sus cinco hijos.

Así que cuando llegaba a casa, le encantaba saludar primero a Jin, demostrarle todo lo que le había extrañado, luego lo mismo con sus hijos y por último disfrutaba de tomar a Jungkook en brazos y llevárselo a dormir con él.

Ya cuando recobraba algo de energía, se dedicaba simplemente a sus hijos, ayudaba de vez en cuando a Jin, pero sin duda alguna, hacia lo imposible por recobrar las horas con los niños, recobrar todas esas horas en su ausencia. Claro todo esto cuando llegaba a una hora del día decente.

Siempre tuvo miedo que sus hijos se apartarán de él o que un muro creciera entre ellos por su ausencia. Mas ahora, donde se encontraba en un punto de su carrera muy exigente, posiblemente cuando fuera más mayor, no debería de exigirse tantas horas en el hospital.

Pero Namjoon no debía de preocuparse por todo aquello, era algo que nunca pasaría, porque él ya les había demostrado cuanto los amaba y cualquier persona que lo veía con su familia podía ver que aquellos pequeños eran los ojos de Kim Namjoon.

Sus hijos eran su mayor regalo y sus pequeños tesoros, simplemente los amaba.

Jin lo sabía muy bien. Se sentía honrado de tener un hombre como él a su lado, admiraba todo su esfuerzo y le agradecía que los hiciera a todos tan felices.

Cuando tienes cinco hijos, el amor que le demostraba a ellos era como si fueran directo para él.

Así que aquella mañana de domingo, Namjoon tuvo la grandiosa idea de ir algún parque y jugar algún deporte con toda la familia.

Yoongi protesto bastante por la hora, ya que iban a ir durante la mañana, Hoseok se emocionó bastante, siendo el encargado de pensar que era lo que iban a jugar, los gemelos estaban más que contentos con solo saber que saldrían y Jungkook, bueno, estaba contento con que le dieran su biberón con jugo de manzana.

Jin había preparado una canasta llena de comida y una manta para poner sobre el pasto. A penas había llegado al parque busco la primera sobra de algún árbol.

Ahora todos iban detrás de una bola de futbol, los niños tenían la misión de quitársela a su padre. Jin incluso dejo que Jungkook correteara detrás de ellos a pesar de que cuando se daba cuenta, ya estaban corriendo del lado contrario, o cada cinco pasos iba directo al suelo. Pero el bebé de la casa sin duda alguna estaba disfrutando mucho la situación, pues carcajeaba con solo ver a sus hermanos luchando contra su papá.

Todo estaba realmente perfecto. Jin no podía ocultar su sonrisa antes los hombres de su vida, jugando felices, mientras se hacía viento con un abanico de mano y unos lentes de sol oscuros.

El día era realmente esplendido y caluroso, a pesar de la época, de hecho, apenas bajaron de carro cada Kim recibió su buena ración de bloqueador solar.

Después de un rato noto como Namjoon de vez en cuando dejaba que le quitara la bola, para emocionarlos más con el juego. El primero en habérselo quitado fue Hoseok, quien grito alegre al tiempo que corría lo más rápido que podía ya que sus hermanos venían pisándole los pies. Namjoon rio mucho con la imagen de su hijo gritando para que no se la quitaran, al mismo tiempo que tomo en brazos a un contento Jungkook al ver que el juego estaba tomando mucha competitividad entre los Kim.

Los Gemelos Kim | NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora