Después que pasó toda la conmoción de la ida al Ministerio por parte de los miembros del ED y la noticia que dio un golpe inmenso en todo el mundo mágico sobre el tenebroso regreso de Lord Voldemort, la ansiedad y el pánico inundaron a la mayoría, y el Ministerio trataba de calmar a los ciudadanos lo mejor posible.
El trío de oro, en cambio, se preparaban mucho más que antes, los sueños de Harry se hacían más frecuentes, y la angustia y desesperación por querer encontrar aquello que destruirá a Voldemort de una vez por todas era el objetivo principal. Aunque no todo era malo en el castillo de Hogwarts, el quinto año ya había pasado, Umbridge dejó su puesto de docente, Dumbledore volvió a ser director y las vacaciones de verano habían llegado; bueno, eso último no sonaba bien para Harry, y tampoco para Hermione.
La despedida durante todo el verano para su amado, resultó más difícil que nunca. Ninguno de los dos querían separarse, pero era inevitable, Hermione viajaría con sus padres y Severus, además de convivir con su soledad, se encargaría de asuntos venideros, ya que el regreso de Voldemort los mantendría ocupados a toda la comitiva.
Verla partir en el tren fue como una sacudida en el pecho de Severus, cada vez que la dejaba ir venía el constante miedo de que algo le pasara, sentía que ella no estaría a salvo en ningún lugar de ahora en adelante.
Pero recordó aquel objeto mágico que Hermione portaba en su muñeca, y suspiró.- Estará bien, no te preocupes - susurró para sí mismo, desapareciendo de la estación de trenes.
Apareció en una sombría casa, era la estancia de ésta, y todo el lugar estaba lleno de polvo y telarañas. El pocionista al llegar tosió un poco, y agitó su varita; posteriormente, todo el lugar quedó limpió y sin suciedad, entonces se dejó caer en un sillón y cerró sus ojos.
- Todo estará bien, todo estará bien - se repitió.
Se levantó después de un rato en los que se dedicó a meditar sus siguientes movimientos. Decidió por fin ir al castillo a hablar con Dumbledore, qué planes tendría el viejo director para estar al tanto y para despejar un poco su mente.
Apareció delante de las verjas del castillo, Filch estaba custodiando la entrada y en cuanto lo vio abrió las verjas y lo dejó pasar. El pocionista le agradeció y se dirigió a paso veloz hacía la oficina del director, pero en el camino se topó con una chica de cabellos rubios y pendientes en forma de fresas.
- ¿Que tal Severus?
- Hija ¿puedo pasar?
- Si mamá, entra - dijo Hermione desde su habitación.
La puerta se abrió y la señora Jane entró y se sentó en el borde de la cama al lado de su hija.
Le acarició sus alborotados mechones y le sonrió con ternura.
Hermione tragó en seco, sabía lo que se avecinaba y no sabía si estaba lista; más bien, no sabía si su madre estaría lista.- ¿Hay algo que quieras contarme cariño?
La chica suspiró derrotada.
- ¿A qué te refieres? - le respondió con una pregunta a su madre.
- A tu pareja, ¿cómo es él?
- ¿QUÉ? ¡Mamá por dios, sabes que no estoy en ninguna relación! - exclamó nerviosa.
- Eres mi hija, yo sé lo que pasa en tu vida, - la miró con una ceja alzada y Hermione bajó la mirada - si no es cierto, desmienteme, ¿de dónde sacaste ese brazalete el cual no he visto que te lo quites ningún día?
- Yo lo compré, en Hogsmade, lo vi en un aparador y me pareció hermoso - se excusó la castaña de último minuto, esperando a que su madre le creyera.
ESTÁS LEYENDO
Insufrible Amor
RandomHermione observa los exteriores de Hogwarts , era de noche , quería ver la luz de la luna en su total resplandor , aunque sabia que sus dudas no cesarían , quería despejar su mente por unos momentos. Pero al fijarse detenidamente , viendo en los jar...