XI

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Capítulo 11

Bárbara siempre había relacionado las mentiras a lanzar una pequeña pelota en lo alto de una montaña llena de nieve, avanzaba, claro que lo hacía, pero después de un tiempo crecía a tal punto que seguramente terminaría aplastándote sin remedio alguno.

—Y, ¿qué pensaste mi amor's?

La cara de la rubia esa mañana no era la mejor, había dormido poco provocando la aparición de unas profundas ojeras que le abarcaran casi la mitad del rostro, enfatizándole las leves arrugas que ya se comenzaban a marcaban alrededor de los ojos.

—Que el evento es el sábado, y yo, necesito un prometido...

—No olvides que debe llamarse Diego Altamirano —interrumpió Naomi dándole un largo trago al café matutino.

Bárbara asintió con desgano. No terminaba de comprender en qué momento su vida acomodada, cómoda y rutinaria, había dado un vuelco pateándola con crueldad de su zona de confort. O mejor dicho si lo sabía y todo se lo debía al modelo de comida para perro, Aarón.

—Ya ni me lo recuerdes. Estoy pensando seriamente en pagarle a un actor—sentenció la rubia sentándose frente a su prima—. Pero sería muy arriesgado.

Naomi asintió con preocupación. Era obvio que en un evento de ese tipo asistirían varios actores y alguien podría reconocerlo.

—Perdón la insistencia, pero sabes cuál es la mejor opción —puntualizó con un suave suspiro.

—Hoy tengo que llevar el contrato a la hacienda, pensaba mandar a Sol, pero con este estúpido imprevisto es mejor que vaya personalmente. Ay no Naomi, me voy a morir de vergüenza —dramatizó, escondiendo el rostro entre las manos.

Naomi, que no pudo evitar el notar el reluciente anillo dijo:

—Olvide decirte que ayer llamó Aarón, quiere llevar a Mateo a la prueba del traje y va pasar por él a las 10. Si quieres puedo ir contigo a la hacienda, sirve que ye doy fuerzas y... saludo a Gael.

Bárbara sonrió, captaba a la perfección el doble plan de su prima, pero también era cierto que le infundirían seguridad.

—Eso estaría perfecto —sentenció tomando las manos de su prima—. Por cierto, ¿cómo les fue en la entrevista del colegio?

Y es que, entre tantos problemas se había olvidado de indagar sobre la visita que había apartado durante meses. Naomi se removió incomoda, apartando sus manos con cuidado.

—Oh si, la entrevista. Lo diré claro, Barbie, ese colegio es horrible. —La cara de su prima no podía reflejar más sorpresa—. No nos ha gustado.

—Es el mejor de Monterrey...

—Eso dicen, pero mujer, un niño de 5 años nos dio la bienvenida en cuatro idiomas distintos, fue tan... perturbador era como estar frente a un pequeño robot. Además, entran a las 8 de la mañana y salen hasta las 6...

La Última cerveza del desiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora