Hugo
La cena termina en un ambiente pesado, he respondido a todas las preguntas de los padres de Amber sin dejar de mirar un segundo a Sofía, como es tarde nos invitan a quedarnos, la habitación que me bridan es muy cómoda, recuerdo que es la segunda vez que me hospedo en este hogar, a pesar de que el reloj marca las 23:48 no consigo dormir, me levanto y camino en círculos con nerviosismo mientras espero me dejo caer pesadamente sobre un mueble junto a la ventana, busco unos minutos de tranquilidad hasta que los suaves golpeteos de mi puerta hacen que me dirija a ella con lentitud, es un consuelo verla parada frente a mí, como un ángel inconsciente de la luz del cielo que la rodea, pareciendo no saber nada, sin ningún atisbo de timidez o un leve rubor que deje ver su asombro a mi llamado, la escucho decir mi nombre con una sonrisa e ingresar... nos sentamos en aquel mueble donde estuve segundos antes, esta radiante con su pelo suelto bajo la luna de media noche, comenzamos a hablar de cualquier cosa que se viene a nuestra mente preparándonos para la pregunta concreta.
—Por qué lo haces— tentado a decirle la verdad recuerdo mi promesa Amber necesita mi ayuda y yo la de ella, no contesto, y escucho su respiración acelerarse, logro atraparla en mis brazos al tiempo que se desvanece, preso del pánico la recuesto con cuidado y noto que arde en fiebre.
—Llamare a tus padres.
—No lo hagas, no quiero preocuparlos— tiene razón como vamos a explicar que se encuentre en mi habitación a mitad de la noche, sin perder tiempo corro a la cocina por agua tibia y fuentes, regreso lo más rápido que puedo y en el baño busco toallas o paños limpios que me sirvan, el temor es solo mío pero intento mantenerme centrado, le coloco las comprensas tembloroso, no quiero que nada malo le pase y no estoy muy seguro de que pueda bajarle la fiebre... luego de una horas y algunos cambios de paños con agua fresca en su frente la fiebre ha cedido... al fin puede dormir —Descansa mi princesa yo cuidare de ti— admiro sus facciones y mi mano viaja hacia su mejilla, la acaricio con mi pulgar sintiendo su tersa piel, observo sus labios <<No puedo pensar en eso>> pero mi corazón late con fuerza, es más difícil de lo que creí, termino besando su frente y tomando sus manos entre las mías queriendo permanecer congelado en este instante. El trinar de los pájaros me despiertan, abro mis parpados con pesadez, sigo sentado frente al mueble y la busco de inmediato pero ella ya se ha marchado en su lugar me ha dejado una nota.
Gracias por cuidarme y éxitos en tu boda.
Tomo el papel entre mis manos con un deje de tristeza y lo guardo en mi bolsillo.
Sofía
Hoy finalmente es el día de la boda, ya todo está dicho y no hay más que seguir adelante aclare las cosas con Hugo, nos dijimos lo que podíamos y aceptamos lo que había que aceptar, no niego que aún me duele el hecho de que esta boda continúe pero he tomado mi decisión, aun si Hugo tuviese sus razones para este disparate ya es tarde para nosotros.
—Estas lista cariño.
—Claro tia— ella se adelanta con la mayor parte de mis cosas, dejandome sola.
En el pasillo me tropiezo con James, su mirada es melancólica pese a que el día se viste de fiesta, pienso que aun somos los únicos con rostros tristes por el sector, se entera que me marcho a estudiar en un reino muy lejano en compañía de nuestra tía puesto que su experiencia me ayudara a elegir el mejor lugar.
—No tienes por qué hacerlo sabes— no digo nada solo observo a través de la ventana como el jardín se llena de rosas, bocadillos y personas que corren de un lado a otro para que todo este perfecto haciéndome ver que la vida continua, el tiempo no se detiene y es momento de enfocarme en mis sueños —Sofía te imploro que no te vayas.
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Es más que un cariño
Fiksi PenggemarLa adolescencia es el periodo más bello pero el que también implica retos, uno de ellos es admitir sentimientos aflorados por personas cercanas, ¿Qué descubres cuando te adentras de a poco en el camino del destino?... te invito a conocer el sendero...