—Yu-Yurio... yo... ven...— temblaba apretando el teléfono fuertemente en mi mano.
—¿Yuuri? ¿Cómo te fue?—decía emocionado en la otra línea.
—VEN— Grité sin emoción, estaba desesperado, necesitaba ayuda, todo en mí se estaba yendo a la mierda.
—Ubicación—fue lo único que dijo.
—Trae tu auto— pedí mientras cortaba la llamada.
Soy un idiota...
Soy un idiota...
Me recriminaba mientras caminaba en círculos por la calle, estaba cerca al puente de Kanda River, no tenía salida.
Soy un idiota.
Realmente soy un completo estúpido.
—¿Qué sucedió?—
Justo quince minutos después de la llamada un auto aparcaba en el callejón, es el gato.
Llene mis pulmones de oxígeno y apretando mis manos entre sí, me acerque a su lado. Él se recostaba sobre la puerta de su auto. Intente mostrar un rostro menos frustrado, intente ser yo, mostrar mi rostro, el de siempre, intente de todo,
Pero no lo logré.
Parado frente a él, con la cabeza gacha y las manos apretadas en puños no podía decir palabras, incesante mantenía la poca cordura que me quedaba sobre el rostro, cambiando de expresión a cada segundo, mientras Yurio observaba, pasando del asombro a la comprensión.
—Es tu primer trabajo Yuuri, es normal, vamos a beber algo, te ayudará.
Tomo mi brazo intentando animarme.
No funcionó.
Me aleje de él al instante, no quería un abrazo, necesitaba una solución.
—No puedo— musite.
—¿Qué no puedes? ¿Ir a beber?—, —Tranquilo Yuuri, todo está—
—No... no entiendes... no puedo— mi respiración se volvió irregular nuevamente.
—¿Qué no puedes?— volvía su tono calculador, buscando una respuesta en toda la mierda que le mostraba en ese entonces, era un pedazo de carne que no tenía ganas de seguir y esperaba que él no lo notase.
—Yo... no puedo... pero... yo tengo— respire hondo para poder decirlo —Tengo una solución.
Yurio seguía sin entender, pero yo lo tenía claro.
Alguien debía morir esa noche.
Y esa persona debía ser yo.
—¿Qué dices?— comentó acercándose a mí. Di media vuelta y fui por mi arma, la recogí del pavimento donde la había dejado minutos atrás, luego de pensar muy bien en lo que tenía que hacer. Al volver junto a él me veía asombrado.
—¿Qué demonios te paso?...— —Tu ropa, donde carajos te metiste?—
Cuando me moví fui iluminado por la luz del poste cercano. Al parecer Yurio no había notado mi facha hasta ese momento.
Me tomó por los brazos, nervioso y con la clara pregunta en el rostro, él quería saber lo que había pasado.
—Yo...— tomé el arma y se la di, apuntándome con la misma, él dejó de tocarme para mirarme asustado.
—Dónde está, tu víctima, debías de robarle, ¡Donde lo metiste!— Sacudió un poco mis hombros y ante mi acto, tomó el arma pero la bajó apuntando hacia el suelo.
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Matando a mi asesino -Actualizando-
FanfictionEstoy Editando la portada! Estoy Editando la escritura! OJO: Esta historia está hecha con el propósito de ser leída por alguien, si decides darle una oportunidad, bienvenido seas. El contenido es fuertemente inapropiado para ti, estas advertido. "Si...