El encuentro -Parte 1-

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—De acuerdo, de acuerdo ¡Tu ganas maldita sea!—, —¡Ahora suelta esa arma!

Ni siquiera yo sabía lo que estaba haciendo, pero si él se atrevía a matarlo yo lo haría también, me mataría.

El gato aprovechó cuando Víctor reaccionó para golpearlo con el revólver y noquearlo nuevamente solo que, sus ganas de querer matarlo volvieron, así que golpeado y con pocas fuerzas en un ágil movimiento le quite el arma de su mano y amenacé:

—¡No importa si sucede hoy, mañana o en un siglo! Si tú le haces algo yo... yo me mato... estoy hablando en serio.

Mis lágrimas caían mientras me apuntaba en el pecho con el arma, sosteniendo con mi dedo índice y pulgar el gatillo, estaba dispuesto a hacerlo y con esto culminar mi purgatorio en esta asquerosa vida.

Mi amigo soltó el barrote de metal con el que pretendía reventar la cabeza del alfa, se acercó despacio, sus ojos verdes me vieron aterrado, grito que no lo haría y al obtener su respuesta solté el arma, él se acercó para abrazarme, yo no entendía porque seguía llorando, solo me dejaba abrazar.

« Nunca en mi vida había querido tanto algo como en aquel entonces »

Por primera vez en mi vida valoraba la vida de alguien que no conocía.

Luego de esto Yurio habló conmigo, pidiendo que no vuelva a hacer eso y prometiendo que intentaría ayudarme, aunque era casi imposible.



Caminé a paso lento por los pasillos, pensando y repensando lo que diría al ver a Towa, esperaba que no me interrogue demasiado y también no terminar diciendo cosas que no vienen al caso, al final;

Yo he matado a ese chico.

Tras tocar la puerta con tres golpes me quedé ahí, quieto esperando.

—Quien es— Su voz sonaba fuerte y seria —. Yo— conteste.

A los segundos sentí como la puerta se abría y el rostro de Towa me invitaba a ingresar, cerró la puerta con sigilo.

—Y bien— preguntó mientras yo le veía con las manos juntas, entrelazando mis dedos con nerviosismo.

Abrí mi saco y extraje todo lo que había recolectado según lo pactado, la billetera con algunos papeles dentro, el reloj de mano y una casaca jean destrozada.

Vio con asombro todo lo que iba cayendo a su escritorio, y se asombró más al ver mi ropa, estaba sucia y en algunas partes algo rota.

—Yuuri, ¿Estás bien? —comento mientras se acercaba acariciando mi mejilla, respondí asintiendo levemente con la cabeza y suspirando pesado.

—Fue algo difícil pero lo logré, él está muerto, le disparé dos veces— comenté.

—¿Dos veces Yuuri?—reclamo alarmado—, Se suponía que solo sería una vez.

No estaba enojado pero sí sorprendido, por lo que me anime a exagerar un poco—: Towa ese joven era un alfa y era más ágil de lo que pensé, al disparar la primera vez el muy desgraciado se movió y no me dejo otra que rematar.

—Desde el inicio— pidió —¿Qué pasó exactamente?

Respire hondo para contar mi versión de lo que había sucedido tan solo una hora atrás, si, debía decir que había pasado solo una hora y no dos.

—Llegábamos al callejón cerca del tren Kinya, al estar cerca y sin gente alrededor decidí golpearlo en la nuca, el objetivo de esto era reducirlo y que sea más fácil el poder matarlo. Nunca me imaginé que fuese un alfa—, —Al darme cuenta que era así, forcejeamos unos minutos y cuando al fin o reduje dispare, solo que él se movió y no tuve más opción que disparar nuevamente— —En el último disparo escuche unos gritos a lo lejos y tuve que dejarlo ahí, me lleve sus pertenencias y desaparecí, cuando volví no estaba, solo esa casaca llena de sangre.

Matando a mi asesino -Actualizando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora