Capítulo Cinco

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Capítulo cinco


Jenice

Ese día trabajé como dirían por ahí, como una yegua, Burra o bestia, de igual forma estaba sumamente agotada. Llego a casa con Luna a rastras hablando como perico sin comida y lo único que deseo es dormir, aunque como siempre me esperan unos que otros trastes en la cocina, cortesía del desayuno. Patricia no es que se dedica a limpiar ni nada. Solo duerme y se pone mi ropa. Le impuse dos reglas: no hombres en mi casa y que lleve a luna a tiempo al centro. Cosas simples considerando que se trata solo de cuidar una niña de seis años.

Luego de dormirla decido arreglar la cocina. Esta tiene tres gabinetes en una de las paredes. Una encimera con cerámica blanca, la nevera en una esquina, y la estufa en otra. Debajo de la encimera hay más gavetas para las cucharas y demás. Tengo unos colgantes para los sartenes ubicados en el centro encima de la cocina, que a Luna le encanta darle vueltas. Las paredes de la misma estaban pintadas de un azul pastel, con dibujos de alimentos en el techo. No era una cocina de lujo, pero para nosotras era fantástico.

Siempre me han gustado las cosas prácticas, y continuamente me he alegrado de haber conseguido este departamento. Tengo ya un tiempo aquí, no tengo problemas con plagas ni bichos extraños. En una esquina de la sala coloque una mesa esquinera con 2 botellas de vino que un cliente me obsequio de la navidad pasada y un Hennessy que aún no he probado.

Creo que hoy será el día.

Querido Dios, cuantas ganas tengo de sentarme y reposar mis pies con una copa de algún Coñac o wiski en mi mano.

Limpiar me ayuda a organizar mis ideas, y hoy lo necesito más que nunca. No puedo creer que sucedieran tantas cosas en tan poco tiempo.

Me parece que han pasado semanas cuando han sido solo unos cuantos días.

Primero la carta de Riley Graham, el hombre con el que tengo UNA VIDA sin hablar y del que no me interesaba saber nada, debí imaginarme en ese momento que ningún otro día sería sencillo. Nada que tenga que ver con ese Hombre es simple. No lo es ni lo será.

Luego la locura del robo, después mi hija me cuenta cosas que una anciana me había dicho hace más de 6 y que yo recuerdo vagamente, y para colmo de males esta información se la suministró un ser mágico, para ser más específicos ¨un Hada¨. Después una valquiria desactualizada nos persigue, y para finalizar el caótico día, un chiflado (escalofriante cabe destacar), dice una serie de payasadas sacadas de un muy mal guion, pero que terminan incitando mi curiosidad. No creo que se vuelva a repetir nada como esto. Completando todo esto, hoy me encuentro con estos dos locos que dicen que soy hija de un ángel. Mi vida se ha convertido en un circo y quieren contratarme como payasa principal.

Solo de imaginarme siendo hija de alguien que no sea mi padre me da escalofríos. No quiero utilizar todas muis neuronas para el hecho angelical y demoniaco.

No solo un ángel, Gabriel.

Ósea....GABRIEL.

Lo malo de todo esto es que ellos se lo creen. Están convencidos de mi supuesto destino. Pero lo peor de todo es que yo comienzo a considerar la mera posibilidad. Cuando nos sentimos perdidos, cualquier solución estúpida nos sirve de ancla. Limpiar no me está dando la paz y tranquilidad de siempre.

Sentía que mi mundo se derrumbaba y no podía hacer nada, como si un guionista aburrido hubiese empezado a dirigir mi vida Pero de manera fantasiosamente destructiva.

Inverosímil.

Lo malo es que yo llevaba la de perder cuando los hilos comenzaron a tejerse.

Mirando desde mi ventana de cristal, abierta al paisaje, intentado sentirme parte de este mundo, intentando sentir que formo parte de algo, que en algún sitio alguien me espera, alguien me necesita. Claro que ese sitio es aquí, con Luna, en mi casa, con todos mis amigos.

TRILOGIA MAGIA y LUZ I: DesnudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora