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Estaba terminando de ordenar mi apartamento. Todo estaba en su lugar y habían un par de aperitivos en la heladera para comer cuando él llegue. La habitación estaba limpia; guardé la ropa en el armario y puse algunas cosas para luego lavar.

Miré el reloj, el cual daban las 3:30 pm. No recibí ningún mensaje de Tae, así qué tal vez siga en viaje.

Tae ya había venido a mi casa por tres días, pero esta sería la primera vez que vamos a dormir juntos en la misma cama (obviamente si no contamos aquella vez en la que le dije que se acueste conmigo cuando yo estaba ebrio). Por esa razón es que mi habitación está ordenada y limpia, con la ropa en su lugar.

Sobre la cama había una pequeña bolsa con una pequeña caja dentro, la cual contenía una cadenita de color plata. Un dije de un micrófono colgaba de ella. Ji Min me había dicho de comprarla porque pensaba que le iba a gustar.

-Le va a gustar, créeme- me había dicho en la tienda. Estábamos caminando por el centro comercial y Ji Min me persuadió de comprarle algo a Tae Hyung para cuando viniera.

Yo tengo una parecida, solo que la mía tiene una nota musical.

Mi celular vibró y sonó sobre la cama, anunciando un mensaje nuevo. Me acerqué hacia él y lo agarré, viendo un nuevo mensaje de Tae.

👽👽👽👽

Hola bb

Estoy a nada de llegar

5 mins

Jungkookie💕

Ok

Gracias por avisar ^^

Agarré una campera junto con la pequeña bolsa blanca y salí del departamento, comenzando a caminar por las calles casi vacías para poder llegar a la estación de tren de Seúl. Habían un par de fans que me pedían autógrafos, y otras que solo me saludaban, dándose cuenta de que me encontraba apurado.

Estaba nervioso ya que lo volvería a ver luego de tanto tiempo. Esta vez, tal vez, pueda aclarar lo que siento por él, aunque ya lo estoy teniendo bastante claro. La felicidad me invadió cuando estaba subiendo las escaleras de la estación, y una pequeña sonrisa apareció en mis labios.

Una vez dentro, muchas personas se encontraban reunidas en el centro, yendo hacia un lado o hacia el otro, entrando y saliendo. Comencé a buscar con la mirada algún lugar en donde pueda quedarme a esperarlo, hasta que divise una banca de metal. Me acerqué a ella y me senté, esperando a la llegada de Tae.

Poco después, una voz anunció la llegada del tren de Tae. Por lo visto, había llegado casi a tiempo. Me levanté y comencé a ver cómo las personas desembarcaban del tren. Un mensaje nuevo llegó a mi celular.

👽👽👽👽

Donde estás??

Ya llegué

Le dejé en visto el mensaje, no iba a responderle hasta que lo viera. Me paré sobre las puntas de mis pies para ver mejor, y ahí estaba él con un saco marrón largo, unos jeans negros y camisa blanca. En conclusión, estaba hermoso. Y perdido.

Sonreí al ver cómo miraba su celular con preocupación. Su mirada se elevó y comenzó a buscar para el lado contrario en el que estaba yo. Así que tome eso como una oportunidad para acercarme.

Comencé a caminar hacia el lugar en donde Tae estaba, pero el también comenzó a caminar. Aumente la velocidad de mis pasos para poder seguirlo de cerca, hasta que dejo de caminar, mirando hacia atrás. Me di la vuelta para que no me viera y saque mi celular, abriendo la cámara frontal y viendo hacia atrás mío, dándome cuenta de que se volvió a dar la vuelta.

Yo no perdí más tiempo, así que me di la vuelta y corrí hacia Tae, posando mis manos en sus ojos. Sonreí de costado y pregunté "¿Quién soy?".

-¿Jung Kook?- dijo dándose la vuelta y quitando mis manos de sus ojos-. Hola precioso- me abrazó, apretando mi cintura con fuerza. Yo pase mis brazos por su cuello y escondí mi rostro en él, oliendo su delicioso aroma.

Me separé y nuestros ojos se cruzaron. Su sonrisa cuadrada estaba impregnada en su fino y hermoso rostro. Sentí mi rostro caliente, pero sabía que era simplemente un leve rubor en mis mejillas. Bajé la mirada a la bolsa entre mis manos. Estire mis brazos y le entregue el pequeño regalo.

-¿Me trajiste algo?- preguntó agarrando la pequeña bolsa y abriéndola, mirando su contenido. Pude ver su sonrisa al sacar la pequeña cajita -. Es hermosa, gracias- me miró, sonriendo -. Yo no te traje nada, pero te voy a dar algo.

-No es necesario Tae- dije pasando por su lado y agarrando el bolso del mayor, el cual era uno de esos que llevan los jugadores de rugby. Comenzamos a caminar-. Bastante hiciste con venir.

-Claro que no, voy a darte algo- dijo entre risas-. ¿Quieres que te ayude?- dijo al ver cómo acomodaba el bolso en mi otra mano. Estaba un poco pesado, pero no era tanto.

-No, está bien- dije mirándolo con una sonrisa.

-Vamos, déjame llevarlo. Después de todo es mío, y tu ya me compraste esto- dijo agarrando el bolso-. Te la debo- me guiñó un ojo, haciendo que me sonroje un poco más.

Seguimos caminando, esta vez, uno al lado del otro. Su mano libre a veces rozaba la mía, causando que una corriente fugaz me recorriera desde donde su mano tocaba la mía hasta llegar a cada extremo de mi cuerpo. Quería sonreír, pero al mismo tiempo no quería quedar como un idiota que sonríe solo.

El camino a casa fue silencioso y un tanto incómodo, ya que ninguno de los dos sabía que decir para comenzar una conversación. Además, pareció hacerse más corto al estar a su lado.

Las fans no se quedaban atrás. Habían algunas que nos tomaban fotografías desde lejos, lo podía ver, y otras que se acercaban a preguntarnos cosas. También decían que nos veíamos bien juntos, a lo que Tae les sonreía y me abrazaba para hacerlas reír a ellas.

Los comentarios que a veces le decían a Tae me hacían darme cuenta que no era el único que había caído por su encantador rostro. Muchas chicas, y pocas veces chicos, decían que era muy guapo. Y son ese tipo de cosas las que me hacían avergonzarme. Y no sé bien porqué.

Una vez que llegamos al departamento, Tae dejó su bolso sobre el sillón, ya que yo le había dicho yo que lo dejara ahí. Se sentó junto a él y me miró desde ese lugar, guiando sus ojos por todo mi cuerpo.

-Estás muy guapo hoy, Jung Kook- dijo con una media sonrisa.

Yo sonreí junto con él y me acerqué para sentarme a su lado en el sillón. Mis mejillas estaban un poco coloradas.

-Tu también Tae Hyung- dije dejando caer mi fue por al lado del mayor.

Su mano fue directo a mi pierna, acariciando desde arriba hacia abajo. Su vista estaba fija en mi, a lo que cerré los ojos por la vergüenza que eso me causaba. La calidez de estar con él es realmente agradable, y es algo que ninguna persona, a excepción de Ji Min y mi familia, había logrado. Es muy especial para mi.

Su mano dejó de moverse cerca de mi entre pierna, a lo que yo dejé escapar un suspiro involuntario. Pude notar como una pequeña sonrisa se aparecía en los labios de Tae, haciéndolo ver cómo un chico arrogante. Su otra mano fue directo hacia el regalo que yo le compré, sacando la cajita y abriéndola con esa misma mano, mientras que la otra seguía sobre mi pierna.

Agarró, esta vez sí, la cadenita con las dos manos y la colgó en su cuello sin ningún problema.

-Ví que tienes una tu también- dijo girándose hacia mí.

-Sí, bueno... Quería ir en conjunto- dije jugando un poco con mis manos mientras mi vista estaba en su cuello.

-Me encanta- se acercó a mi, acortando la distancia, y juntando nuestros labios.

¿Quién eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora