7. Traición.

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Un par de meses habían pasado. La relación de Harry con su padre pasó a no ser más que laboral. Louis siempre salía del pequeño departamento, cuando Harry regresaba, el ya no se encontraba.

La habitación de lavado estaba inundada de los gemidos de Louis y la marcha de la lavadora. El pequeño ojiazul saltaba de rodillas sobre el dildo sobre la lavadora mientras funcionaba, gritaba y chillaba cuando se levantaba del enorme y grueso dildo.

-mi-mierda sí ¡ah!-

Tembló cuando escuchó la puerta abrirse, con el juguete entre su culo y sus muslos manchados de semen.

-no, Lou- Harry había llegado temprano. Una vez más. -ven aquí- Louis salió de sí mismo y se arrodilló frente a Harry, esperando a que bajara su bragueta, pero no lo hizo, lo tomó entre sus brazos y llevo a la habitación

-de manos y rodillas en la cama, ahora-

obedeció a la perfección, sintiendo como Harry paseaba sus manos por todas sus mejillas y ano aún dilatado e hinchado, haciendo respingar a Louis, Styles no podía negar que esa imagen hacia despertar a su miembro, pero no consederia el capricho de Louis

-¿ca-castigo?- Harry asintió y terminó de desabrochar su cinturón, para dejarlo a un lado del ojiazul y comenzar a azotar con su palma las nalgas de Louis, para después tomar dicho objeto y seguir azotandolo.

Aquel suéter le cubría hasta un poco más arriba de los muslos. Sus curvas resaltaban mientras estaba de costado, su codo sobre la cama, recargando su cabeza en la palma de dicho brazo, lamiendo un caramelo, mirando a algún punto fijo que no fuera la televisión encendida. De nuevo se encontraba solo, pues Harry sólo había pasado por un documento y regresaba. Daban las once, y ahora dormía, se había cansado de esperar. Cuando escuchó la cerradura abrirse, se sobresaltó y esperó con los ojos cerrados, fingiendo que dormía. Era Harry. Entre sus brazos tenía un ramo de rosas enorme y un globo, pues Louis últimamente se estaba haciendo el difícil. Entró con sigilo a la habitación, pensando que Louis dormía, dejando ambos regalos a un lado del ojiazul. Tomó una ducha y se sentó sobre la tapa del escusado a pensar si hacía bien. Cuando divisó la silueta de Louis cruzando la puerta. Tenía los ojos llorosos y moco escurriendo de su nariz, lo recibió en su regazo

-¿qué pasa, Lou?- no respondía, su llanto aumentaba, igual que la preocupación de Harry -Lou-

-nada aquí vale la pena, soy un alma muerta- sollozó contra el hombro de Harry -estoy enfermo de venganza ¡es que tu no lo entiendes! Mi dolor... Mi dolor es mi condena-

-Bebé...-

-no hay razón para vivir, para reír- Styles no entendía ni una mierda, hace unas horas el pequeño estaba feliz, y ahora no sabía que le sucedía -deja de buscar lo que brilla en mí ¡No podrás encontrarlo!- se alejó empujando del pecho de Harry

Styles tomó de las muñecas a Louis levemente, rompiendo la distancia que los dividía, juntando sus labios con los del más bajo, desapareciendo el llanto, ahora solo eran hipos -voy confiado hasta tí- volvió a unir sus labios -tengo un mapa son tus ojos-

Louis volvía a estar solo a altas horas de la madrugada. Parecía no importarle, pero presentía que algo andaba ¿mal? Si, eso era... Pero esa noche tenía algo para Harry; nueva lencería de encaje. Nuevamente, cansado de esperar, tomó el teléfono y tecleó el contacto del rizado... Bufó al no recibir respuesta. Lanzó el aparato lejos de él al llamar cinco veces y no obtener algo por parte de su amante.

Open. (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora