16. Es todo.

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Ambos viajan en la motocicleta del ojiazul, va demasiado rápido, Styles tratando de sostenerse de algún lado. El café donde trabaja Louis.

-Harry... con ésto espero que puedas perdonarme- coloca el anillo que Harry dejó caer en el anular del más alto -lo recogí antes de... Tu sabes-.

-Lou- besa los nudillos del chico -quiero decirte algo-.

-¡Qué bien! También tengo algo qué decir-.

Ambos sueltan un "¿quieres casarte conmigo?" al mismo tiempo.

Qué estúpido es Styles ¿no? Mis malditas intenciones son otras.

Louis cuelga del cuello de Harry, quien sonríe de una manera cálida.

Harry aunque no parecía asustado, tenía miedo. De pensar que tal vez sus días junto a Louis estaban contados. De pensar que mientras dure la planeación de la boda, Max podría volver a acechar. No quería perder a la persona que ama. Que lo ama. O eso daba a entender.

Louis demostraba cariño al bebé, ya lo habían dejado ir a su hogar, y Tomlinson siempre lo llevaba consigo al trabajo. En cuanto a la boda, cada día ponía más ansioso a Harry. No encontraba la hora en la que Louis fuera suyo. Sólo suyo.

El tiempo había volado, cuando menos lo esperaban faltaban sólo un par de semanas para la celebración; Louis había estado recibiendo regalos, pero Styles no les tomaba ni un poco de importancia. Aquellos obsequios no pasaban de peces, flores y alguno que otro brazalete.

Ocho de la noche, la habitación del niño estaba alumbrada por la poca luna y las luces led de la pecera, el pequeño Brian descansando en la cuna y, Louis contemplando los pecesitos, los alaridos del viento de septiembre se colaban por la ventana mientras el ojiazul acomodaba una tira de cocaína sobre el buró, lágrimas y un sonrojo cubrían su rostro. No quería dejarlos. Tenía qué, por el bien de los tres, deseaba retrasar el tiempo y nunca haberse metido con Schneider.

Pero los engaños de éste sujeto pudieron más. Tal vez se había deshecho de Nick, pero ése sólo fue el comienzo. Grimshaw no fue nada en comparación de Max. Su llanto se vuelve más desconsolado mientras mira a Brian, sus pequeñas manitas no sueltan la manta.

-A mí no me gustan las drogas, pero yo les gusto a ellas...- susurra la frase de la canción I Don' Like The Drugs But The Drugs Like Me, para después regarla por el suelo. Le costaba dejar de consumirla. Tratando de no despertar al bebé, besa su frente y sale de la habitación para ir a la propia.

Debajo de la cama, rebusca un frasco de vidrio, donde lanza un puño de monedas. Baja a la cocina para lavar algunos trastos. Y es cuando Harry llega.

-¿Por qué lloras, Lou?-.

Se sobresalta, Tomlinson no dice nada, hasta después de un momento de largo silencio.

-Tenemos un bebé hermoso- sorbe su nariz -eso es todo-.

-¿Seguro...?- busca la mirada del más bajo, pero evita todo contacto visual -puedes decirme-.

-¡Ya te dije qué mierda me pasa!- aprieta las mejillas de Styles y presiona sus labios con su barbilla -cállate, ¿puedes?-.

Open. (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora