11. Veinte minutos.

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Aquella tarde de viernes era lo suficientemente entretenida como para dejar pensar en la mayor preocupación. Rammstein retumbando en las cuatro paredes, un poco de heroína, marihuana o simplemente un Jack Daniel's. Siempre era mejor hacerlo en pareja.

Perdiendo la noción de la realidad, ambos murmuraban cosas descabelladas, hundidos en un trance profundo, un elixir amargo escurriendo por los labios de Louis.

Aquel pequeño sanguinario estaba listo para otro encuentro salvaje, en ese momento quería todo, quería sentirlo dentro de él, recordar esas noches de no parar hasta al menos, alcanzar seis orgasmos, quería sentir la gran pija de Harry golpeando y llenando su interior, con un líquido caliente desbordando del anillo de músculos hasta caer a chorros por sus muslos, hasta sentirse a reventar.

La habitación estaba convertida en un montón de cosas tiradas, jeringas y demás objetos. La luz que la lámpara azúl rey desprende, da un ambiente agradable. Styles, recostado sobre la alfombra con una pipa de cristal entre sus labios, nota como Louis se acerca a él con una sensualidad felina; posa sus labios sobre el botón de sus pantalones, enrrosca su lengua sobre él y lo retira con facilidad. Con los dientes tomó la cremallera y la deslizó hacia abajo. Contrario a aquella delicadeza, bajó sus pantalones y bóxers con rapidez, liberando su miembro completamente erecto. No saben en qué momento todo se volvió excitación, la ropa quedó tirada en algún extremo de la habitación y el miembro de Harry follaba la boca de Louis causándole arcadas y repetidos chillidos del ojiazul, quien disfrutaba cual paleta de caramelo.

Harry estaba encima de Louis haciéndolo gemir como perra en celo. A punto de prepararlo con sus dedos

-abre la boca y chupa, bebé-

Louis obedeció a la perfección, cerrando los labios al rededor de los largos dedos del rizado, cubiertos por preciosos anillos, creando una imagen demasiado erótica para ambos. Louis se perdió en esos ojos tan abiertos, quedando paralizado ante la mirada lasciva

Sacó los dedos de la boca del ojiazul, completamente humedecidos y calientes

-¿estás seguro de que quieres, Lou?- el chico asintió, sosteniendo con seguridad la muñeca de su acompañante, haciendo presión sobre su ano, sintiendo como éste se amoldaba perfectamente a él, Louis comenzó a gemir más fuerte, consiguiendo una sonrisa en los labios del rizado, una sonrisa traviesa de deleite, los nervios lo envolvian, la heroína seguía activa en sus organismos, creando un sentimiento de éxtasis y frenesí entre ambos.

Comenzó a embestirlo con su dedo, lento, para que se acostumbrara, y después con más fuerza para encontrar su punto dulce, gozando cada movimiento. El de ojos azules apenas y podía recordar su apellido, era un desastre de gemidos y sudor, sus pupilas dilatadas, arqueando su espalda, echando todo su peso sobre sus antebrazos, comenzando a masajear sus bolas mientras Harry trabajaba su entrada, sus piernas abiertas y temblando, se sentía en la gloria

-mi-mierda s-sí Ha-harry ¡justo a-ahí! Mhmmm- pudo articular para después seguir gimiendo sin control, el ojiverde sacó sus dedos de Louis, quien se quejó al vacío, quitó el puño, e introdujo toda su hombría de una sola estocada, manipuló tanto al ojiazul que estaba demasiado sensible, gritó un sinfín de obscenidades manteniendo sus ojos cerrados, Harry amaba sentir ese calor abrazando todo su miembro, todo estaba tan borroso, las paredes de Louis se adaptaban tan bien a él, que era un pecado todo lo que quería hacerle, escuchar esos gemidos que tan loco lo volvían

-e-esta no-noche te pa-parto en d-dos- soltó, mientras entraba y salía de Louis, quien estaba al borde de la locura -eres malo- gimoteo en el oído del más bajo -tan apretado, tan caliente- presionó sobre la cintura del ojiazul, sacándole un gemido fuerte, no dejaba de sacudir su cuerpo, Harry sintiendo que esa fricción no era suficiente, se impulsó para chocar testículos con testículos, sintiendo un gran placer quemando desde sus entrañas, tirando con más fuerza de las sábanas, perdió la erección cuando Harry se dejó caer sobre el, aplastándolo, enrroscando sus piernas a las caderas del rizado

Open. (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora