14. Niño de mierda.

68 4 0
                                    

Niall permaneció toda una semana junto a Louis. Harry no pisó la mansión, muerto de la vergüenza y después de haber estado preso por setenta y cuatro horas, parecía que se había desaparecido, Anne, también había ido a ayudar con los cuidados del chico, ya que varias noches estuvo escupiendo sangre y defecando la misma, siempre negando ir a visitar a un médico.

-Los doctores han dicho que es un milagro que sigas vivo, has estado muchas veces en la sala de emergencias- preocupado, toma las muñecas del ojiazul descubriendo las costuras.

-¿Dónde está él?- Niall rueda los ojos. Harto de esa pregunta.

-Louis... Amigo mío ¿por qué sigues preguntando eso si casi te mata?-.

-Quiero verlo-.

-Tú no eres así, estás lamiéndole las bolas. Algo que no harías-.

-Me voy a casar con él, no es su culpa el siempre estar mal-.

-Ya no veo al Louis libre que conocí-.

-No es necesario... Sé qué estoy haciendo- tanta tranquilidad en el joven puede ser impresionante.

-Tengo qué hablar contigo sobre Max- el carmín pinta los pómulos del ojiazul.

-Tiene una esposa-.

-¿Qué?-.

-Pero se están divorciando...-

-No... Y-yo estoy comprometido con Harry-.

-¿Lo amas?-.

Un silencio turbio inunda la terraza, Horan se levanta y entra a la gran casa, mientras Louis está a punto de romperse. Todos esos te amo ¿realmente los dijo con sinceridad?, ¿realmente quería casarse con Harry?.

Estaba muy confundido. Lo que había parecido felicidad y dulzura eterna, parecía un engaño, una sonrisa fingida y, forzada. Sus lágrimas caen y arden en sus cicatrices.

Tal vez debería borrar toda culpa. Y si tenía qué matar a su futuro esposo para satisfacer a los invitados de dentro de su cabeza, lo haría.

Mejor cuídate, Styles.
El pecado es sincero.
Y la traición se vuelve confianza.

Trata de borrar rastro de haber llorado cuando escucha que alguien se acerca por el corredor. Más jodido no puede estar. Rápido, toma la daga que ahora, siempre estaba fija a sus ligueros. Estaba preparado para otra guerra. Y si jugando sucio era como la dulce victoria se conseguía, metería las manos al fuego vivo.

-Louis...- alguien más había llorado en ese momento, el ojiazul no puede resistir y se lanza a los brazos fuertes de Harry, con el cuchillo en mano, lágrimas brotan nuevamente pero ahora son de coraje. Acomoda el cuchillo tras la nuca del rizado -mierda, aquí estoy de nuevo cuando prometí no volver a pronunciar tu nombre- el aliento del ojiverde se convierte en frío vapor que choca contra su oído. Incapaz de hacerlo.

-¡¿Qué demonios estoy haciendo?!- grita con toda la fuerza que su garganta ofrece, dejando caer el arma blanca. Logra cortarse el dedo medio.

La pareja se tira sobre la fría pero acogedora nieve. Abrazados y llorando.

-¿Qué intentabas hacerme?- besa la cortada con cariño, y chupa la sangre.

-¡Quería matarte!- sus dientes rechinan al gritarlo -¡matarte y besar tu putrefacto cuerpo!-.

-No hablemos de esto y... Vamos adentro-.

Open. (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora