Una tormenta se avecina

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En su habitación, Susan miraba la ventana mientras se apoderaba de ella el deseo de llorar.

Pero en eso, Peter toca la puerta.

- Su, soy Peter. ¿Puedo pasar? - preguntó Peter y ella abrió la puerta pero no lo dejó entrar.

- Pet, no tengo animos - dijo Susan cabizbaja -. Podemos hablar mañana...

- No - dijo Peter, la cogió de la mano y se la llevó rumbo a las caballerizas.

- ¿A dónde vamos? - preguntó Susan.

- A un lugar dónde te sentirás mejor y podrás olvidar todos los problemas - dijo Peter y le dio un beso en la mejilla a Susan, quién se sorprendió.

Ambos subieron a sus caballos y se dirijieron al único lugar donde podían estar solos, a su lugar secreto.

Ambos subieron a sus caballos y se dirijieron al único lugar donde podían estar solos, a su lugar secreto

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Al llegar, se sentaron cerca de la orilla. Al principio no dijeron nada, sólo observaban el paisaje.

Peter sentía antipatía hacia Caspian. Sabía que el amor que siente por Susan lo obligaba a odiar y sentir celos de Caspian, porque ella no lo merecía. Habían sufrido tanto por la reciente pérdida de sus padres, su familia se había desmoronado y solo quedaban ellos.

- Su, si no me quieres contar sobre lo que hablaste con Caspian...- dijo Peter rompiendo el silencio -, y la razón por la que estás así... Lo entenderé. Sé que me quieres pero también soy consiente de que sigues sientiendo algo por él...

- Cualquier camino que tomemos, nos lleva a tomar otra decisión. Algunas decisiones pueden cambiarlo todo - continúo hablando Peter y Susan sólo escuchaba -. Cada momento del resto de nuestra vida depende de ellas.

Susan no sabía a dónde quería llegar Peter con eso. Él la miró fijamente, agarró una mano de Susan y la puso en su corazón.

- Decidas lo que decidas, sabes que siempre estaré a tú lado. Siempre, me entiendes, siempre Susan. Ya sea como hermano o como algo más, siempre estaré aquí apoyándote y ayudándote. Nunca me perderás.

Peter sonría tiernamente y las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Susan. Ella lo abrazó muy fuerte y él también la abrazo.

- Gracias Peter - dijo Susan y miró fijamente a Peter -. Eres el mejor. Y tú sabes que siempre estaré a tú lado.

Después de eso, Susan besó a Peter demostrándole que ella también lo amaba. Estuvieron un buen rato viendo las estrellas, besándose y siendo felices.

A la medianoche, Peter y Susan regresaron al castillo. Gracias a la agradable velada que habían pasado, pudieron descansar como angelitos.

                            ~~~

Los rayos de luz entraban por la ventana, levantando a los reyes, excepto Edmund que prefería ignorarlos y seguir durmiendo.

Cada rey y reina bajó al comedor para desayunar. Primero llegaron Lucy y Edmund, y luego Peter y Susan.

Amor a través del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora