Las palabras de Anabelle taladraron el pecho de Carl. La ilusión que había creado el beso en él era un mar.
-Pensé qué, o sea no sé...
La chica volteó suavenente fijando la frialdad de su mirada en la del chico. Su mirada dura, como el hierro.
-Pensaste mal. Siempre piensas mal. ¿No ves mi rostro? -pausa. -mis heridas, -pausa. -mi actitud. Yo busqué hacerme este daño, yo, así que no te sorprendas si le hago daño a la gente, o hago que piensen mal. No seas estúpido. - volteó bruscamente dejándo al chico con la mirada perdida.
Carl se levantó desganado y se dirigió al lado de su padre.
-¿Por qué hablas con ella? - Rick estaba despierto, y aunque no escuchó sobre la conversación, supo que su hijo tuvo una conversación con la hija de su compañero, y eso no le causaba buena espina.
Carl se sorprendió y arrugó la nariz de la incomodidad. Se preguntaba si su padre habría escuchado la vergonzosa "conversación".
-¿Escuchaste?
-No. Pero por qué hablas con ella... Es muy arisca, ¿Alguna vez has podido cruzar más de cinco líneas con ella sin que se fuera sin mirarte?
-No es algo de tu incumbencia, de todas formas no creo que le vuelve a dirigir la palabra...
-Eso espero, Carl. - y tras de un suspiro de ambos se sumergieron en un sueño inestable.
La habitación negra.
La habitación negra y dos hombres.
La habitación negra, dos hombres y las manos de la niña atadas.
Lágrimas bajaban por su rostro angelical corrompido por fuertes heridas.
La habitación negra, dos hombres, las manos atadas de una niña y sangre por todos lados.
La puerta se abrió.
Un hombre vestido de negro.
Sonríe.
Asco.
La habitación negra, dos hombres, las manos atadas de una niña, sangre por todos lados y un hombre sonriendo.
Sostenía un conejo vivo en las manos. Lo agarraba del cogote como si fuera un puñado de hierba. Este movía su nariz y patas con desespero.
La habitación negra, dos hombres, las manos atadas de una niña, sangre por todos lados, un hombre sonriendo, la sangre del conejo escurriendo por el rostro de la niña.
La niña llora con la boca cerrada. Mantiene espasmos por la paliza que acaba de recibir. Ni siquiera escucha su llanto, sus oídos están saturados de sangre y sigue escuchando un pitido por el golpe de su cabeza.
-Mi querida Bell. - el hombre suelta el pellejo del conejo ya muerto y la navaja. Caen. Acaricia el rostro de la niña de manera suave. -No sabes cuánto te amo, cuánto te admiro, cuánto te deseo.
La habitación negra, dos hombres, las manos atadas de una niña, sangre por todos lados, un hombre sonriendo, sangre por todo el rostro de la niña mezclada con saladas lágrimas y el hombre se quita los pantalones.
La niña desnuda, vulnerable, no deja de tiritar.
Morir. Piensa. Pero con los dolores no puede escuchar su propia voz interna.
La habitación negra, dos hombres, las manos atadas de una niña, sangre por todos lados, un hombre sonriendo, sangre por todo el rostro de la niña mezclada con saladas lágrimas, el hombre se quita los pantalones, su miembro al frente de la niña.
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You can't change me (Carl Grimes y tú)
FanfictionLa tortura, el abuso, la crueldad te vuelven otro.