Capítulo 6 "Mentiras"
Esa irreconocible voz.
Anabelle
—–No me mates, por favor. —– suplicó el hombre frente a mis ojos.
Sonreí con malicia mientras abría la puerta llena de caminantes.
Los caminantes me ignoraron por el olor inconfundible a muerto que llevaba mi atuendo.
Mordedores y más mordedores entraban a la habitación mientras el hombre atado me suplicaba la vida.
Suplicar no sirve de nada.
—–¡Por favor! —– escuché detrás de mí y cerré la puerta.
Dejando una mentira atrás.
Tomó posición rápidamente y cogió su cuchillo bajando hábilmente del árbol enfrentándose al hombre.
¿Cómo pudo sobrevivir? No lo sabía, y lo encontraba imposible.
Notó que su pie derecho tenía una herida y una cicatriz... Ella había hecho eso.
—–No crees qué es algo imposible que siga vivo ¿no? —– habló con voz sarcástica y llena de rencor.
—–Tú...
—–¿Recuerdas cuándo te supliqué? ¿Cuándo te rogué piedad?
—–Te lo merecías. —– gruñó Anabelle sin despegar la vista del hombre.
—–Eres una asesina, perra. Tú tenías que ayudarme, asesinar por mí. —– escupió el hombre sacando el seguro de su arma.
—–Tú me hiciste así.
—–Dylan y Jack fueron los que te hicieron así, yo sólo los ayudé. No me des todo el crédito, cariño. —– sonrió ladeando su cabeza.
—–¡Me debías dejar ir!
—–¿Y dejar a ir a una joya sin igual? Anabelle, tú eres distinta...
—–Eres un hombre asqueroso. —– habló la muchacha antes de sacar rápidamente la katana de su espalda y enterrarla en el cuello del hombre.
Mark alcanzó a pegar un tiro que casi alcanza la cadera de Anabelle, pero ella fue más hábil y la esquivó.
Cruzó con la katana el cuello del hombre, sintiendo todo el dolor que él causó en ella convirtiéndose en placer.
Con fuerza e ira comenzó a acuchillar el cuerpo del hombre, jadeando por el cansancio.
Se levantó con la respiración acelerada y giró un poco su cuello para encontrarse con el niño Sheriff apuntándole con el arma.
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You can't change me (Carl Grimes y tú)
Fiksi PenggemarLa tortura, el abuso, la crueldad te vuelven otro.