Capítulo 8

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Capítulo 8 "La curiosidad mató al gato"

Ante la confesión de Norman, Abraham soltó una amarga carcajada y se cruzó de brazos.

—–Ya caí una vez en eso, no lo volveré a hacer. —– vociferó mirando con rencor a Eugene.

—–No... No es mentira, íbamos a un campamento en Georgia, pero perdimos muchos, éramos tres científicos y dos militares, sólo sobrevivieron tres, luego murieron por una horda de esas bestias y ahora perdí a Suzzane por un hombre que terminó loco. —– respondió Norman, bajando la cabeza y quitando algo de su sucia bata.

Sacó de su bolsillo derecho un tubo de ensayo con una sustancia amarilla y espesa, de su bolsillo izquierdo cogió una aguja para inyecciones.

—–¿Con eso crees que nos vas a hacer creer? —– preguntó burlón, Dixon.

—–Es enserio, puedo crear una vacuna si llego a Georgia.

—–¿Tienes algo que compruebe tu transmisión con el campamento? —– preguntó Anabelle, mirando detalladamente los movimientos quisquillosos que hacía el hombre.

—–N... No, no tengo comunicación, Logan, que era uno de los que perdimos, tenía la radio, que se perdió junto a él.

—–No podemos confiar en ti. —– masculló Tyreese entre dientes.

—–Claro que no pueden, pero pueden confiar en esto. —– alzó el tubo con la sustancia amarillenta.

—–Eso simplemente puede ser una mezcla de detergente y agua. —– comentó con incredulidad la menor Dixon, mientras alzaba sus ojos.

—–Oh, claro que no lo es, es una bacteria virgen con oxígeno. —– dijo volviendo a guardar el tubo en su bolsillo.

—–No alcanzaste a responder las preguntas. —– concluyó el líder con desafío.

—–Yo... Sólo asesiné a una persona...

—–¿Por qué?

—–Tenía una mordedura en su cuello, y bueno, no se quería convertir exactamente. —– explicó con nerviosismo, apretando sus puños a sus costados haciendo que los nudillos se le volvieran blancos.

—–¿Cuántas armas tienes? —– volvió a preguntar el líder.

—–Sólo el arma que me confiscó el chico —– señaló a Carl —–Y este cuchillo. —– enseñó una pequeña cuchilla de su bolsillo interno a la bata.

—–Si intentas algo contra nosotros o cualquier movimiento extraño o comportamiento raro que presentes, no dudaré en atravesar mi katana por tu gran cerebrito. —– dijo con brutalidad, Anabelle, recibiendo miradas sorprendidas de todos.

—–Ya la oíste. —– sonrió Rosita avanzando por su lado, dejando a Norman temblando le la amenaza hecha por la chica.

Dejaron que Norman continuara con ellos, sólo que más adelante decidirían si lo dejaban en Georgia o no, ya que su objetivo era Virginia.

Avanzaron a pie por la pérdida del camión.

Luego de muchas horas de viaje, ya presenciando el amanecer llegaron a un gran portón grisáceo que entraba a una comunidad donde pensaban buscar provisiones, ya que la comida escaseaba.

Al abrir la puerta, mordedores se abalanzaron sobre ellos, pero no fue difícil acabar con ellos.

Entraron a las casas revisándolas, dos personas por cada casa. A Anabelle le tocó revisar con Michonne, y aunque la mayor no estuviera muy de acuerdo, -Ya que no podía negar que le tenía miedo a la niña- terminó accediendo con gusto fingido.

You can't change me (Carl Grimes y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora