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5:47 pm

—Te acompaño—. Nath sonrió, caminando a mi lado. Su compañía me hacía sentir tranquila, y me hago la ilusión de que nada malo volverá a pasar.

Algo tan malo como la muerte de mi mejor amiga Sucrette.

—Verás, quiero decirte algo—habló aún con su sonrisa iluminante—. Quiero conocer a tus padres.

Padres...La palabra que más deseo pronunciar en mi vida.

—Tn cariño, ¿ocurre algo?—tocó sutilmente mi hombro, a lo que automáticamente asentí.
—Es sólo que, vivo sola. Mis padres murieron en un accidente cuando tenía 6 años—inflé mis mofletes mientras miraba el suelo.

—Yo también vivo solo—habló Nath mientras observaba los autos pasar—. Murieron en un asalto cuando tenía 13 años. Amber decidió vivir sola y yo también—tomó mi mano involuntariamente.
—Lo lamento Nath—miré sus ojos miel con tristeza—. Yo lo siento más cariño, tú estuviste menos tiempo con ellos—apresuró el paso mientras miraba atrás.

—¿Ocurre algo Nath?—miré atrás, intentando localizar algún peligro. Pero ya era muy oscuro y no podía divisar persona alguna.
—Alguien nos persigue—y eso bastó para atemorizarme. Apreté la mano que tenía entrelazada con la suya, buscando protección.

—Todo estará bien, tranquila—. Nath me apegó más a él, haciéndome sentir un leve calentón recorrer mis mejillas. Le indicaba qué calle ir para apresurarnos y claro, cómo no, era la primera vez que iba a mi casa. Era demasiado tarde para que Nath volviera a su hogar por lo que insistí en que se quedara.

—Nath, por favoooooor, no te vayas, es muy tarde—. Supliqué por séptima vez, ya dándome por vencida. No era fácil convencer a Nath o quizás era que se hacía el difícil a veces.
—Bien, sólo porque tú quieres—. Se encogió de hombros con una sonrisa divertida. Vaciló por un momento —siéntete en casa Nath—. Le sonreí risueña viendo cómo asentía y caminaba con determinación al sofá de mi sala. Cerré la puerta principal con seguro y corrí contenta a la cocina. Luego de tanto tiempo, alguien está en mi casa.

"Te extraño Su"-Pensé.

"¡Yum, tu comida sabe gloriosa Tn!"

Recordé todos los halagos que Su me decía cuando le cocinaba—. ¿Le gustaría mi comida?—Pensé, deteneniéndome frente el lavamanos. Un escalofrío recorrió mi cuerpo haciéndome sentir repentinamente nerviosa y avergonzada de tener un chico en casa. Sobre todo guapo.

Y decidí ir a preguntarle.

Pero cuando llegué lo vi tan sumido en una foto de mi niñez que preferí llamarle primero.

—N-Nath..—Mi nerviosismo aumentaba y a veces odiaba ser así de tímida con las personas.
—¡Oh! Lo siento, es que te ves muy tierna en esa foto—. Volví a sentir ese calentón, ésta vez mucho más que el anterior, comenzando a jugar con mis dedos.
—Me preguntaba si deseabasquetehicieracomidaopediamospizza—. Tan rápido como el mismisímo Mercurio hablé y temí que él no entendiese.
—Cariño, quiero probar tu comida—. Rió y se lanzó de nuevo al sofá—. No tienes porqué ponerte nerviosa, somos amigos—. Esbozó una sonrisa confortadora.

"Y no me molestaría seguir siendo amigos".

"Pero me incomoda el hecho de pensar algo más allá entre nosotros".

Asentí triste sin que sus ojos lo notasen, y caminé sin ánimos, aún si los mismos se escuchasen normales. Mi cabeza se movió lado a lado negando la tristeza en mi interior y mi mente decidió centrarse en la receta que iba a trabajar.

—¿Lasaña? Espero que le guste—. Hablé avergonzada, poniéndome manos a la obra.

°°°°°°
7:00 pm

Desconocido

¿Kentin?

Kentin

¿Quién es?

Desconocido

Tu peor pesadilla.

Te he visto seguir a dos personas inocentes.

Pobre de ellos si saben que su amigo les sigue. 😰

Kentin

¿Yo? Nah, yo estaba en casa.

—N-Nath, la comida está lista—. Escuché Tn decir, distrayendo mi mente del perdedor de Kentin.
—El olor me guiará cariño—. Mis manos involuntariamente rodearon su perfecta cintura—lo siento no fue mi intención—. Arrepentido miré como Tn moría de vergüenza—pero no me quita el hecho de que me haya gustado hacer eso—. Adoro verla así, me trae a sus pies, aún así me arrepienta.
—No te pongas así—. Reí por lo bajo, dirigiéndome a su cocina, no muy lejos de la sala—lasaña—. La miré impresionado. Esa era la razón por la que tardaba y por lo que veía, había hecho donas de postre—. ¿Las donas las hiciste tú?—y así veo como mi chica asiente tímida.

"Soy afortunado, obtendré una buena esposa a mi lado; cueste lo que cueste".

Me senté satisfecho listo para comer, Tn por otro lado, miraba mis movimientos con nerviosismo, y no comía de su plato—. Me gustará cariño, no te preocupes—y así fue como comprobé que mis palabras eran ciertas, simplemente perfecto—. Qué talento Tn, esto sabe exquisito—los ojos de Tn se iluminaron y así, comenzó a comer llena de alegría.
—Así me gusta verte, feliz—. Sonreí tomando el tenedor y continuar con la devoración.

Sangre detrás de la máscara; Nathaniel y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora