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—¿Con esto usted cree que Tn lo amará?—Observé cómo la soga tambaleaba lado a lado, con una desesperación por tener su presa.
—Deberías llorar por lo que causaste, enamoraste a Sucrette y por si fuera poco, ni te diste cuenta de la distancia que creaste entre Sucrette y ella —Me acerqué a él, moviendo la silla exactamente debajo de la soga.
—Nunca creé distancia, eso es lo que tú ves, estás loco, no le hagas daño a Tn, ni mucho menos a Sucrette —Comencé a reírme mientras acomodaba con mucho amor la soga por su cuello.
—Veremos quién sentirá más daño ahora —. Susurré para segundos luego, reírme sin parar, desamarrando las sogas alrededor de sus manos y pies.
—No lo hagas Nath, por favor...
—Ponte de pié —Ordené mientras me alejaba de la silla; sequé mi frente ya sudada, con mis guantes médicos.
—Nath...
—Ponte de pié, no me hagas repetirlo -Crucé mis brazos mirando su cabello blanco sudar y su cuerpo temblar.
—Nathaniel por favor...
—¡Que te pongas de pié! —Vociferé molesto mientras lo veía estremecerse y comenzar a ponerse de pié. —Muy bien, eres tan desobediente; desde el principio has intentado escapar de tu propia casa y me has golpeado mi hermoso y cuidado rostro —Toqué mi pómulo izquierdo, suponiendo que ya debería estar teñido de un color violeta. Lo miré temblar nuevamente aún de pié y comencé a caminar de una manera amenazante hacia él. —Fuiste la presa más difícil de todas —Patee la silla viendo cómo quedaba en el aire mientras luchaba por sobrevivir.

—Oh...deja que tus padres vengan del hospital —Dije mientras tomaba mis cosas. —Pobres, no creo que tampoco vivan; incluso tu hermano, que ésta noche se ha quedado con Rosalya, se lamentará de haberte dejado sólo la noche de hoy.

🍰

—¡Nath detente!—Reí mientras me escondía en el jardín.
—¿Dónde está la mujer que más amo?—Lo escuché vociferar en la entrada del jardín.
—Ay, me atrapará aquí —Sigilosamente me moví entre los tiestos que reposaban en mi área; tropecé con uno por accidente y se rompió, haciendo que me lastimara con uno de los vidrios. -¡Ah! -Gemí de dolor, llevándome las manos a la herida ya llena de sangre.
—¡Tn!—Nath corrió a mí, dejando la manguera de lado.
—No te preocupes Nath, sólo fue un rasguño —Sonreí para ponerme de pié pero, un dolor punzante llegó a mi tobillo. —¡Ay!

—Tn, ven —Me tomó al estilo princesa y me llevó adentro, recostándome en el sofá.
—Ya Nath, no es necesario —Sonreí viendo cuán preocupado estaba.
—Estás sangrando Tn, sí lo es —Se sentó a mi lado con el kit de primeros auxilios, comenzando a sanar la herida.
—¡Ah! —Tapé mi boca mientras mordía mi lengua ante el dolor agudo que se presentaba en la herida. Por otro lado, Nath me miró expectante mientras continuó su trabajo.
—Listo, quedate aquí, no te muevas —Lo seguí con la mirada, viendo cómo buscaba entre las gabetas de la cocina.
—Tengo antojo de pizza —Hablé; Nath llegó sosteniendo dos envases.
—¿Quieres que ordene una?—Preguntó coqueto mientras extendía uno de los envases, que ahora pude ver lleno de refresco.
—¿Puedes?—Asintió alegre—. Está bien —Se alejó de mí tomando mi celular, marcó el número de la pizzería y lo colocó en su oído derecho.
—Cómo habrás desbloqueado mi celular —Lo miré traviesa.

—Me lo aprendí —Sonrió para segundos después hablar con la persona al otro lado de la línea. Pero algo peligraba ahí, y era nada más y nada menos que...

"¡Las fotos que le tomo mientras duerme!"

—La pizza tardará 27 minutos —Se acercó a mí lugar, posicionándose sobre mí. —¿Te gusta tomarme fotos al dormir?—Me mostró la foto más sensual que tenía en el álbum. Sí, me ruboricé, teniendo que mirar a otro lado que no fueran sus ojos por la vergüenza. —Tn —Su cabeza llegó a mí cuello, su respiración chocando contra mi piel.
—Nath —Respondí aún sin mirarle.
—Tn —Sus labios besaron mi piel suavemente. —Tn —volvió a llamarme.
—Nath para, ahora no —. Contesté avergonzada; él no hacía caso. —por favor —. Contesté un poco triste, haciendo que se separara al fin de mí, pero insatisfecho, observándome.
—¿Por qué no? Mañana trabajas —. Gruñó, a lo mejor pensando en aquél chico de cabellos azules.

Pero Nath, ayer, tú y yo..., ¿no te acuerdas?—Lo miré avergonzada, viendo como aparecía una brillante sonrisa en su rostro.
—¿Tan rápido te cansaste del placer?—Sonrío triunfante, haciéndome molestar.

Sí, ahí viene la arruina momentos.

—¡Claro que no!...al contrario —Lo miré de reojo mordiendo mi labio inferior.
—Tú lo pediste —Me tomó como princesa de nuevo, ésta vez con el destino de ir al cuarto.

"Oye la pizza, no seas mamón" quería decir.

—Oye, bastantes sábanas he cambiado y limpiado, no abuses se mí —Dije.
—¿Abusar de tí dices?—Habló mientras abría la puerta. —Como princesa te he tratado en la cama, pero si quieres el modo salvaje y sadomasoqui...
—¡No, no, no, no es necesario mencionar esa palabra!—Dije avergonzada.
—Pero quieres que sea así —Habló una vez más antes de que, bruscamente me lanzara a la cama. —Así lo recibirás.

Nath comenzó su juego, pero yo aún esperaba la pizza. Tenía muchos antojos como para sentir ese mordisco que me ha hecho en el cuello...¡joder sí lo sentí!

—¡Agh, Nath!—Me quejé tocando mi cuello. —Nath, ¿qué haces?
—Silencio —Ordenó mientras tomaba mis manos y las ponía sobre mí cabeza. —Preocúpate por el placer que recibirás hoy.

Okey. Esto está mal, quiero la pizza; sí, quiero sentir placer pero no ahora..., ahora quiero pizza. Si tan sólo escuchara el timbre desde acá, pero los chupones que siento en diferentes lugares de mi piel me desconcentran un poco. Ahora pienso que esos lugares deben estar morados, ya que los chupones no son cometidos delicadamente.

—Llámame —Ordenó mientras mordía mi oreja.
—Nath —Dije mordiendo mi labio inferior.
—Llámame —Volvió a decir.
—Nathaniel —Dije intentando escuchar algún sonido de timbre.
—Tn.

Ding, dong.

—¡El delivery está aquí!—Exclamé exaltándolo.


Sangre detrás de la máscara; Nathaniel y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora