9

429 18 5
                                    

🕘

Él tampoco quería lastimar a otros, pero se estaba lastimando al comprimir todos y cada uno de los sentimientos en su corazón. No fue hasta que llegó a la cafetería que cayó en cuenta de lo que estaba haciendo. Por culpa de su hermano, había venido hasta este lugar a éstas horas de la noche. Su frente sudaba a mil y sus manos temblaban mientras sostenía su celular. Por un momento pensó que Armin le había enviado un mensaje a Kentin pero no, se lo había enviado a Morgan, su novio. Por ende, también pensó que le había enviado un mensaje normal y corriente, pero fue todo lo contrario. Ahora, unía sus piernas por debajo de la mesa para que se mantuvieran quietas de lo nervioso que estaba. ¿Qué le iba a explicar? ¿Cómo no iba a sentirse culpable por lo que Armin le había escrito? No había sido para nada un buen consejo, mucho menos una buena ayuda, y, en estos momentos el joven se recriminaba por haber pedido de su consejo. ¿Besar a Kentin? ¡Prefiere estar muerto antes de hacerlo! Aunque ese había sido el principio de todas sus fantasías nocturnas, no quería que ocurriese cuando ni siquiera sabía si le gustaba al menor.

—Vaya mierda de vida —. El joven sonrió tímidamente así mismo, viendo a lo lejos la silueta de Morgan aproximarse no tan sonriente como de costumbre al verle.

El contrario tomó asiento frente a él sin decir nada, sacando su celular con movimientos letárgicos para ponerlo sobre la mesa por consiguiente. Alexy miró a Morgan exasperado e, intentando explicar el porqué de aquél intrigante y desgarrado mensaje, comenzó a hablar.

—Morgan, yo, de verdad lo siento, no es lo que crees, nada de lo que está escrito ahí es cierto —. Miró el aparato tecnológico ajeno, sintiendo su piel erizarse. —¡Todo eso es mentira Morgan! Yo nunca diría algo así y lo sabes.
—¿De verdad me amas?—El contrario tartamudeó al proferir aquella pregunta tan profunda. Alexy no pudo mas que morder su labio y asentir con su cabeza. —¿O simplemente me estás utilizando para intentar olvidar a ese tal "Kentin"?—Alexy tragó sus palabras ante la tal vez hipótesis que él se había hecho desde que había aceptado ser su novio. —No vuelvas a dejar que Armin tome tu celular Alex, ya ha sido la décima vez en hacerlo y causar problemas entre nosotros. ¿Kentin? Por favor, ya me has hablado de él, cómo voy a creer en tan semejante mensaje.

Y era cierto. Alexy había confesado todo sobre Kentin, hasta los momentos más amargos, y eso, le demostró a Morgan que Alexy había dado un paso adelante, ¿por qué daría un paso hacia atrás? Morgan había sido el brazo a torcer de Alexy; había sido él quien le había encargado los últimos minutos de su virginidad para luego entregarse ante los brazos del de ojos violetas en una noche seductora y tensa. Había sido aquel con el cual entablar una conversación no era trabajo difícil, pues ambos compartían gustos semejantes; había sido, en efecto, aquél que se había adueñado de los labios de aquél cariñoso chico de cabellera azul desde hace mucho tiempo y, hasta ahora sigue siendo igual. ¿Qué iba a estar mal entre ellos? Todo estaba bien, no hubiera alguien quien dijese lo contrario de ésta pareja.

Alexy se detuvo un momento a mirar a Morgan, los cabellos castaños del mismo chocaban e interferían con sus ojos. Se veía creyente al futuro, y no reflejaba que estaba dubitativo de lo que había dicho o algo por el estilo. Él sí, y parecía que quería saltar por la ventana por lo que el contrario se estaba atreviendo a decir. Porque sentía que todo lo que decía eran espinas llenas de mentira, sentía que no era sincero con él mismo y eso golpeaba su consciencia una y otra vez. Comenzó a comprimir sus manos con fuerza. ¿De verdad se estaba molestando por aquello? Fue cuando sintió los labios del contrario caer sobre su mejilla, que estalló una conclusión.

—Morgan, bésame —. Alexy tomó bruscamente el cuello de la camisa estampada de Morgan y lo besó. Por este momento, sintió aquel beso sin ritmo, sin pasión y sin amor; él no quería que ocurriera eso.

Sangre detrás de la máscara; Nathaniel y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora