Así es ésto

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Un día sin Cristóbal en la oficina y nunca había sentido tanto silencio en mi corazón, tanta frialdad. Nunca pensé decirlo pero Cristóbal era la causa de mi sonrisa todas las mañanas en la empresa y más aún él era la razón por la que yo era tan amigable con mis colaboradores. Ahora bien, sin en la oficina me hacía falta Cristóbal, sin Mariana la vida en casa era más fácil pues Lázaro estaba sólo y no podía cometer fechorías que pusieran en riesgo la reputación de la familia o peor aún las acciones de la empresa.

Se buscó a un suplente para que cubriera la ausencia de Cristóbal durante su estadia en Argentina y el nuevo hombre que tomó su puesto resultó ser más femenino que yo antes de cualquier evento social importante. Tenía estilo eso claro está pero era muy arrogante y sobérbio tanto que varios accionistas dejaron de ir a las juntas de fin de mes pues era muy antipático y titubiaba al hablar en público; algo que a Cristóbal se le daba con mucha facilidad y encanto. En fin , la vida en la empresa volvió poco a poco a su normalidad después de varios días de adaptación al economista de reemplazo y de Mariana ni hablar pues lo único que sabía hacer bien con las acciones de la empresa eran gastar el dinero en estupideces.

¿Pero por qué aún y estando ausente sigue tomando mi mente tan facilmente? ¿no puedo dejar de pensarlo por un momento? una respuesta, no. Ni estar en la terraza del penth me distraía, hasta que recordé esos ojos misteriosos que me abandonaron a mi suerte en el hospital. "¿Cómo te llamas?" lo dije entre suspiros y susurros ¿por qué? no sé aún pero algo debió haber hecho en mí para que lo recuerde de tal manera.

*Ring- ring* "¿Bueno? ¿qué pasó? ¡Ahorita!, pero papá estoy en las afueras de la ciudad me tardaré eternidades en llegar al juzgado ¿por qué no va Lázaro? ¡por favor ya está bastante grande como para firmar de testigo! ¡está bien, está bien! ya voy para allá." ¿por qué tengo yo que firmar de testigo en la separación de Miguel y Gabriela, es absurdo nunca fueron pareja.

Salí del juzgado más inquieta de lo que estaba antes y es que Gabriela quiere todo para ella sola y Miguel no prentende dejarle su tesoro más preciado, puede que esa sea la razón por la que debieron de haberse casado por bienes separados así cada quien tiene lo que cosecha. Aún sigo sin comprender por qué yo soy quien debe de ir a prescenciar sus disputas legales; siempre he pensado que esos teatros son solamente porque los involucrados no pueden ni quieren aceptar el hecho de que un ciclo ya terminó y que por más que traten de negarlo siguen buscando ese pequeño fuego que al parecer sigue existiendo.

Ya sabía que esos dos terminarían así no era nada nuevo pues siempre estuvieron al borde del abismo, a punto de caer con los ojos cerrados confiando en que al fondo abría algo para sostenerlos; realmente nunca entendí su extraña relación, sobre todo como fue que empezó pero desde hoy 10 de mayo habían tomado rumbos diferentes.

¡Vaya manera de festejar el día de las madres! Gabriela divorciada y Cristóbal regresaba de Argentina con Mariana y es muy cierto que me lleve una no muy grata sorpresa al recibir su llamada invitando a una cena que definitivamente sabía que no terminaría bien, pues los ahora solteros estarían de nuevo frente a frente y yo tendría que volver a ver esa mirada que me consumía lenta y dolorosamente cada vez que lo veía.

Llegó la noche y con ella la melancolía que desde hace tres semanas había dejado de lado pero que decidió regresar esta preciso momento. Con el roce de mis pies en el suelo me decidí a poner una sonrisa falsa en mi cara para engañar a mi familia y fue bastante efectiva. Entró Gabriela, después Lázaro, seguido por Miguel y al final Mariana y Cristóbal que parecían regresar de una larga luna de miel y fue sólo entonces cuando dijeron eso que presentía desde su aterrizaje. "Mamá, papá tenemos algo muy importante que decirles." "Familia Del Alto-" "¡Van a ser abuelos!" Dicho eso me puse de pie, salí del comedor hacía mi auto, llegué a mi penth house, cerré la puerta y hasta entonces sentí como mi ser se derrumbó, había Cristóbal ya desgarrado el último suspiro de esperanza de mi alma.

¿Tal vez?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora