Russell Birdwell

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Título: Preciosa

Personaje: Russell Birdwell

Advertencia: No

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Bob estacionó en frente del local y apagó el automóvil, él y Terry comenzaron a pensar qué harían al entrar.

Tú eras una oficial de policía, ellos eran tus compañeros, aunque se podría decir que eran amigos; los habías cubierto de tantas cosas que ellos ya sabían que podían confiar en ti. Ambos policías no era de los que se podría decir buenos y respetuosos, eran todo lo contrario, sin embargo, en el pasado te ayudaron mucho con el manejo de armas y demás cosas de las cuales eras novata ya que apenas habías empezado a formarte en esa profesión.

Al ver en la oficina que ambos salían rápidamente, los seguiste porque sabías que algo andaba mal; por suerte, tu turno había terminado. Los alcanzaste antes de que se subieran al vehículo y los convenciste de ir con ellos para ayudarlos, siempre quisiste ver cómo trabajaban y qué los hacía un gran equipo. Aunque ellos no estaban tan convencidos sobre meterte en el tema aceptaron que vayas, sabían que eras una buena oficial —una de las mejores de hecho—, pero no querían meterte en problemas.

—¿Y si sólo lo matamos? —soltó Terry Monroe, tú lo miraste sorprendida y le pegaste en el hombro—. ¡Hey! Sólo digo que no sería difícil hacerlo.

—No mataremos a nadie -exclamaste entre medio de los asientos delanteros, mirándolo con seriedad, a lo que él rodó los ojos—. Ni siquiera me dijeron a quién quieren atrapar.

—Birdwell, su nombre es Russell Birdwell —te dijo Bob.

—Haremos esto —ambos dirigieron sus miradas a ti—. Yo entraré y hablaré con él, le pediré que hablemos tranquilamente y resolveremos todo esto, ¿bien? —se quedaron un momento callados e intercambiaron miradas para luego mirarte nuevamente. Creíste que estaban de acuerdo, pero te equivocaste cuando los oíste reír.

—Eres tan inocente —se burló Terry sin detener la risa, miraste a ambos con el ceño fruncido y bufaste, decidida a hacer algo.

—Quédense aquí —saliste del automóvil y te dirigiste a la entrada de aquel lugar sin escuchar la palabra de tus amigos.

Ya estando cerca de la puerta empezaste a sentir el olor a cigarrillo y alcohol, al igual que el fuerte sonido de la música, pero eso no te detuvo y entraste muy segura al lugar.

Cuando estabas dentro, te encontraste con algo que no esperabas, habían mujeres con poca ropa bailando de manera provocativa, también habían hombres mirándolas y dándoles dinero, era un club nudista. Rápidamente dirigiste tu vista al lado contrario, poniendo cara de desagrado y enojo al notar tal escena. Decidiste concentrarte en el objetivo, buscar a Russell Birdwell.

Te acercaste a una mujer que estaba detrás de una barra de bebidas y le preguntaste por dicha persona, ella te respondió que lo buscaría y le agradeciste cortésmente.

Esperaste poco tiempo hasta que notaste a la misma mujer acompañada de un hombre pelirrojo vestido de forma muy elegante.

—¿Russell Birdwell? —preguntaste.

—Sí, ¿qué hace una chica tan hermosa como tú aquí? —indagó con una sonrisa coqueta.

—Quiero hablar con usted, bueno, queremos hablar con usted —te corregiste rápidamente.

—¿No quieres beber algo, preciosa? —preguntó ignorando tu comentario.

—No, yo sólo...

—¿Qué? ¿Quieres hablar en mi oficina? —dijo haciendo comillas en la palabra "hablar". Le ibas a responder otra vez, pero te diste cuenta que se refería a otra cosa con ese gesto.

—Señor Birdwell, yo no soy como las mujeres que trabajan para usted —dijiste algo enojada y el río ante tu reacción.

—Tranquila, preciosa. Ya me di cuenta cómo eres -sonrió egocéntrico.

—No me diga preciosa, yo tengo nombre, pero ese no es el punto, quería preguntarle si...

Antes de continuar, un automóvil se estrelló contra el lugar, destruyendo la puerta por la que habías entrado. Chocaste de espaldas con Russell por la impresión del impacto y éste te agarró por la cintura, también impresionado y sin notar lo que hizo.

Al ver en el vehículo a los dos policías que estaban causando problemas a su jefe y a él, maldijo en voz alta y te soltó de manera rápida para luego agarrar un arma y empezar a correr.

Tus compañeros bajaron del vehículo como si nada hubiera pasado. Se habían cansado de esperar sin tener noticia alguna de ti o de Birdwell y decidieron entrar al lugar a su manera. Tú los miraste con enojo, pero te ignoraron y empezaron a perseguir al pelirrojo. Sin más opción, seguiste a ambos para evitar que mataran a Russell.

Corriste lo más rápido que pudiste y lograste alcanzar a los policías. Salieron del lugar para ingresar a otro edificio, donde se tuvieron que cubrir con algunos muebles que habían ahí, debido a que Birdwell empezó a disparar contra ustedes, supusiste que en realidad no quería hacerles daño, sino que quería escapar de cualquier peligro que le podían causar un par de policías.

Trataste de acercarte para calmarlo, pero él seguía disparando.

—¡Russell, detente! —le gritaste y por un momento se detuvo, pero Terry aprovechó la distracción para devolver el disparo, echándolo a perder todo.

Te asomaste y viste que dobló en un pasillo, le diste una mala mirada al oficial Monroe y saliste rápidamente. Bob había parado un momento debido a que le agarró un calambre, Terry siguió el camino después de preguntarle si se encontraba bien y recibir una respuesta afirmativa.

Abriste la puerta que daba al techo del edificio, viste a Russell tirando el arma sin balas y sacando una navaja.

—Hey, tranquilo —dijiste con calma, levantando los brazos y acercándote lentamente a él—. Sólo queremos hablar contigo.

—¿Tú también eres policía, verdad? —preguntó con sarcasmo porque, evidentemente, ya sabía la respuesta.

Antes de que pudieras responderle, escuchaste la puerta abrirse detrás de ti, viste a Terry guardar su pistola debido a que se dio cuenta que el pelirrojo ya no la tenía y avanzó con rapidez hacia él, preparando sus puños. Trataste de pararlo cruzándote en su camino y gritándole que no lo hiciera, pero te corrió de manera brusca, haciendo que caigas al suelo, aunque él no tenía la intención de hacer eso.

Russell vio cómo te empujó y, por alguna razón, se enojó más de lo que ya estaba. Quizás, el querer ayudarlo con el policía, hizo que un sentimiento de aprecio creciera en él. Avanzó hacia Monroe tirando el primer golpe, pero el oficial fue más rápido, logró esquivarlo y lo golpeó con la fuerza suficiente para derribarlo. Te levantaste al ver que seguía golpeándolo y Bob, que los había alcanzado, miraba la escena sin hacer nada.

—¡Ya basta, Monroe! —le gritaste. Al ver que te ignoraba, sacaste el arma (que siempre llevabas por sí acaso) con agilidad y le apuntaste con furia y sin miedo alguno. Él se detuvo al instante y te miró impresionado, al igual que Bob—. Aléjate de él, ahora —él obedeció lentamente y te acercaste a Russell muy preocupada al ver tanta sangre en su rostro.

—____, ¿qué haces? —preguntó con extrañeza tu compañero Bob.

—Russell, levántate, te llevaré a un hospital —ignoraste la pregunta y ayudaste al pelirrojo a levantarse.

El que fueras una oficial y que Birdwell quizás haya hecho algo malo no significaba que debían matarlo a golpes, siempre fuiste más sensibles que los demás aunque no tuvieras que serlo, en cambio, tus compañeros eran más "profesionales" con las personas malas, en ese momento sentiste que Russell era una buena persona.

—Gracias, preciosa —susurró el pelirrojo con un toque de dificultad. Se alejaron del lugar con las miradas confundidas de ambos oficiales puestas en ustedes.

One Shots •Caleb Landry Jones•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora