Sean Cassidy

399 23 0
                                    

Título: Ayuda con chicas

Personaje: Sean Cassidy

Advertencia: No

~

—¿Por qué me traes aquí? —preguntó un muy nervioso Sean al mismo tiempo que se acercaban al lugar.

—Para salir, ya sabes —hiciste un ademán restándole importancia y seguiste empujándolo para entrar—. Además, faltan unas pocas semanas para San Valentín.

—Oh, no...

—Oh, sí —dijiste asintiendo con una sonrisa.

Desde hace algún tiempo que tú tratabas de encontrar a alguien para Sean. Él era tu mejor amigo y últimamente lo veías muy solo y algo triste. Sentías que necesitaba a alguien especial para que pueda ser feliz, por eso, te propusiste encontrarle la chica perfecta para él.

Lo que no sabías era que Sean ya tenía a su chica perfecta, la que era su mejor amiga y hacía lo que fuera por verlo feliz, tú.

Nunca se animó a decirte lo que sentía por ti, por esa razón, él estaba desanimado y algo decaído, incluyendo el no saber si tú le correspondías. No le agradaba el hecho de que trataras de conseguirle novia, pero si tú le pedías que lo intentara entonces él lo hacía, sólo por ti.

—____, ya te dije que no necesito a nadie, estoy bien —dijo cansando de que intentaras ayudarlo.

—Sólo confía en mí, ¿sí?

Caminaron hacia un estanque lleno de peces y empezaste a observar el alrededor en busca de alguna joven para tu amigo, y la encontraste. Una chica rubia se encontraba en frente de una enorme pecera, sola y a unos pasos de ustedes, era perfecto. Sonreíste enormemente al verla y nombraste al pelirrojo para que la note.

Pero Sean estaba distraído observando a los peces, viendo cómo nadaban de un lado para el otro, sin notar su entorno, sin notar a la rubia.

Entonces lo golpeaste con el codo para que saliera de su trance mientras seguías mirando a la joven para comprobar que todavía estuviera allí.

Banshee sintió el impacto en su piel y te miró confundido, hasta que vio adónde se dirigía tu mirada, ahí comprendió todo.

Te paraste frente a él y empezaste a acomodar su camiseta, tratando de tuviera una buena impresión. Empezaste a darle algunos consejos de qué debería decir o qué debería hacer, creyendo que el pelirrojo escuchaba, pero no.

Sean se había distraído otra vez, pero no con los peces, sino que contigo. Miraba cada detalle de tu rostro, empezó por los labios hasta que terminó en tus ojos, realmente amaba tus ojos, podía perderse en ellos una y otra vez. Siempre tenía tiempo de mirarte en detalle, sin que te dieras cuenta.

—Y recuerda que debes ser tú mismo, ¿okay? —aconsejaste como último, arreglando su cabello y mirando sus ojos. Sean volvió a la realidad, confundido por no haberte escuchado.

—Eh... Ah, sí, claro —te dio una mueca nerviosa.

No le diste importancia y lo empujaste levemente para que se acercara a la rubia. Sean suspiró y, con las manos en los bolsillos de su pantalón, se dirigió con lentitud a la chica.

La duda sobre si esto era una buena idea persistía en su mente, pero de todas formas intentaría hacer algo.

«Recuerda que es por ____», se repetía una y otra vez para no dar marcha atrás.

—¿Qué locura, no? —preguntó Sean mientras se colocaba a un lado de la rubia.

Tú observabas desde tu lugar y gracias a tu mutación podías oír lo que decían, ya podías sentir los nervios.

—¿Qué? —preguntó la chica con toque de curiosidad.

—Te gustan los peces, a mí también —decía mirando la enorme pecera delante de ellos—. Deberíamos salir a comer y hablar de peces —dijo dirigiendo su vista a la rubia, quien ya había perdido interés en el pelirrojo.

Te golpeaste en la frente al escuchar lo que tu amigo le dijo.

—Creo que prefiero salir con los peces —respondió ésta para luego voltear e irse de ahí.

Sean, algo enojado, se acercó a la pecera y soltó un leve grito sónico que hizo que los peces se alejaran, haciendo parecer que no estuvieran.

—¿Estos peces? —preguntó irónicamente y volteó a mirar a la chica, la cual le dio una mirada molesta y se fue sin más.

Banshee rodó los ojos por la actitud de la rubia, te volteó a mirar y se encogió de hombros. Te acercaste mirándolo enojada.

—¿En serio, Sean? ¿Hablar de peces? ¿Usar tu mutación? —dijiste negando con la cabeza.

—Fue lo primero que se me ocurrió, además, tú me dijiste que fuera yo mismo y eso fue lo que hice —trató de excusarse.

—Sí, pero antes te di otros consejos que supongo que no escuchaste —suspiraste—. ¿Qué te sucede, Sean? Es como si quisieras espantar a cada chica que te encuentro.

—Lo que pasa es que tú me...

«Me gustas», dijo en su mente. Pero no podía decírtelo, tenía miedo del posible rechazo de tu parte. Mejor se lo guardaba para sí mismo, al menos por un tiempo más.

—Presionas... Siento que me estás presionando mucho con todo esto —dijo triste por no poder expresarte sus sentimientos.

—Oh, Sean —te acercaste a él y lo abrazaste—, lo siento tanto. Creí que conseguirte a alguien ayudaría, pero me equivoqué.

—Yo sólo te necesito a ti para ser feliz —le sonreíste con ternura y se quedaron viendo los peces—. Entonces... ¿Quieres ir por un helado para hablar de peces? —preguntó con tono burlón.

—Claro que sí, Sean.

One Shots •Caleb Landry Jones•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora