5. El castigo del señor

2.8K 292 68
                                    


–De dónde viene toda esta agua –se quejó Christopher.
Recordé lo que había dicho el guardia 'sabotaje'.

–No es la gran cosa –me encogí de hombros. Tan sólo llegaba un poco arriba de las rodillas.

–Sigamos –dijo Richard. Comenzamos a seguirle el pasó, ahora mismo parecía ser nuestra guía.
Renato sostenía la lámpara, intentando alumbrar el camino, pero incluso la luz de la lámpara era tan pequeña a comparación de la oscuridad.

–¿Hace calor, no? –comentó Erick por primera vez después de lo sucedido. Aún se notaba triste y sin muchos ánimos.

Asentí dándole la razón, de verdad que hacia calor acá abajo.

–¡Miren! –señaló una puerta a mitad de pasillo. Estaba segura que el guardia había dicho que sólo habían dos puertas, no podía ser una de ellas.

–¡Encontramos la salida! –chilló la pelinegra. Se acercó y la abrió sin cuidado, sin preocupaciones–. Chicos...

Murmuró nerviosa, alce la vista dándome cuenta de que claramente esa no era la salida. Estaba en medio de la habitación, al centro de dos estantes.

–¡Sal de ahí! –grite rápidamente.

–No puedo –susurró nerviosa.
Rodé los ojos adentrándome a la habitación, pero cuando lo hice mis pies se enredaron con un cable.

–¡No! –grité al ver como caía al suelo, la sangre le cubría el rostro y la mitad de la quijada le colgaba.

Había sido una trampa, la había asesinado, lo había hecho.

–Lo siento –murmuré. Tape mi rostro con ambas manos.

–¡Maldita perra! –gritó la última chica que quedaba, sin contarme. Richard la sostenía de la cintura evitando que se lanzará contra mi.

–¡No fue su culpa! –salió en mi defensa Joel. Se arrodilló a mi lado y quitó mis manos de mi rostro–. No fue tu culpa.

Afirmó lo último aunque no estaba tan segura de eso. Si no hubiera entrado a la habitación, si no hubiera pisado el estúpido cable las hachas no hubieran caído y ella ahora estuviera aquí.

–Ven, levántate –me agarró por la cintura y de un intento me levanto.

Cabizbaja seguí el pasó de Joel. No quería verles la cara, había provocado la muerte de una persona, jamás me lo perdonaría.

–No fue tu culpa –susurró en mi dirección mientras acariciaba mi brazo–. Fue un accidente, ni tu ni nadie sabía lo que pasaría.

–Pero pude haberlo evitado –una lágrima se deslizó por mi mejilla.

Sólo quería salir de aquí, volver con mi familia y seguir con mi patética vida.

–Sh... –susurró. Sus brazos me rodearon, recargue mi cabeza en su pecho dejando escapar un sollozó.

–Ahora te haces la víctima –volvió a hablar la chica. Se soltó del agarre de Richard y se acercó a mi peligrosamente.

No había palabras para describir lo que sentía ahora. Pero por una parte comprendía a la chica, había provocado la muerte de su amiga.

–Lo siento tanto... –me acerque más y le di un gran abrazo. No tardo en corresponder, ambas soltamos en llanto de nuevo.

–Sigamos –volvió a decir Renato.
Odiaba cada que decía eso, el seguir significaba dejar a los otros atrás, continuar el camino.

–Van cinco personas, dios los cuide a todos –susurré llevando ambas manos a mi pecho.

Nunca fui buena chica, no del todo. Había cometido errores y había pecado de las peores formas, tal vez este era el castigo que dios me mandó. Me lo merecía, pero no de esta forma tan cruel.

******

Tal vez no me di a entender mucho en la parte donde la pelinegra murió.
Me imagine algo así como en destino final, donde el chico hacia ejercicio y encima de el había un tipo de logo con espadas reales, obviamente. Y de un momento a otro se soltaron de la plataforma, decapitando al chico, algo así me imagine.

Y pues acá está el capítulo
gabycncowner228 , me debes el tuyo jaja❤️❤️.

M&G |Joel Pimentel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora