Prologo.

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-A-Ah.... Alexander... no, espera~...-tratando de parar sus gemidos, Jhon tapaba su boca fuertemente con su mano al sentir la lengua de su amigo pasarlas por sus piernas, causandole extremecimiento en todo su cuerpo.

-Dejame oirte...-susurro el de coleta coquetamente mordiendole el muslo derecho haciendo que soltara un fuerte gemido.

-¡A-Ah~! ¡Ngh, A-Alexander~!-grito sintiendo su pene entrar en un luegar calido y humedo. Alexander habia metido su mienbro completo en su boca.

Alex seguia moviendo su cabeza de arriba para abajo en un vaiven, logrando que Jhon sintiera un escalofrio en la parte baja del vientre, sabiendo que era, trato de alejar la boca de Alex de su mienbro, pero sus extremidades estaban temblorosas y sin fuerzas por la exitación que estaba sintiendo gracias a su amigo, asi que sin poder aguantar tanto termino adentro de la boca de su amigo, haciendo que se lo tragara todo.

-Es algo dulce... que raro...

-I-Idiota... no digas eso...-hablo tapando su rostro extremadamente rojo por la verguenza sentida en ese momento.

-¿Continuamos?-incorporandose Alex hablo llevando sus sueltos cabellos negros para atras y mordiendose el labio mirando al de pelo ruloso con un profundo deseo y lujuria.

Laurens trago seco al ver semejante escena tan endemoniadamente sexy para el. Alexander acercandose, toco sus rodillas suavemente y le abrio las piernas quedandosele viendolo por un momento con una sonrisa traviesa.

-¿Puedo seguir, Jhon~?

El corazón de Jhon dio un vuelco al sentir esa mirada tan profunda cruzarse con la suya, sonrio tontamente y aunque sabia que uno de los dos se arrepentiria despues asintio con toda la verguenza del mundo. Alexander se relamio los labios, paso un dedo por todo el miembro del mayor haciendo que Jhon soltara un suspiro de necesidad, abrio los ojos al sentir unos dedos ajenos adentrandose en el algo brusco.

-N-No toques asi~-hablo en gemidos moviendo un poco sus piernas incomodo, apretando las blancas sabanas abajo de el, unos momentos despues se extremecio al sentirlo moverse, una corriente electrica paso por toda su columna vertebral y no pudo evitar soltar un grito al sentir que toco un punto dulce-Mierda Alex... no~ ¡ngh!

-Pero si te esta gustando~-moviendo sus largos dedos metiendo y sacando de su interior fuertemente haciendo que Jhon se retuerse en la cama matrimonial.

-¡Mierda...! ¡P-Para Alex! ¡Voy a...! ¡Ahhh!-grito Jhon terminando nuevamente manchando a ambos con su esencia.

-¿Te gusto?-dijo Alexander posicionando encima del mayor.

-...Continua antes de que me vaya y te deje con las ganas...-dijo pasando sus brazos por el cuello de este y pasando las piernas por las caderas del menor.

¿Pero como habia terminado en esta situación? En este momento la que debia estar en su lugar es Eliza por ser su noche de bodas.

Aun no lograba asimilarlo que estaba teniendo relaciones con su mejor amigo.

Aunque no es como si fuera su primera vez con el, aunque en ese tiempo era diferente.

Ahora el ahora esta casado, con una hermosa y educada mujer de un buen estatus, inteligente, amable, que le puede dar todos los hijos que el quiera. No como el, siendo hombre, asi no podra darle descendencia, contagiando a su amigo con su enfermedad que era incurable, un simple coronel que solamente tiene un sueño, que es acabar con la esclavitud en el mundo. Odiado por su padre, con una esposa que fue obligada a casarse con el para seguir con el legado de su apellido, seguramente lo odia por aceptar y a una pequeña que tuvo que dejar por la guerra en la que le metio su padre en primer lugar pero si asi no fuera el no hubiera podido ayudar con la libertad hacia los de piel oscura. Sin duda un hombre despresiable que no merece el cariño de alguien.

-Jhon, te amo-solto Alexander antes de entrar en el.

Jhon abrio la boca soltando un grito que fue callado rapidamente por los labios de Alexander. Sus mejillas se inundaban de sus saladas y abundantes lagrimas. No por el dolor, esas palabras lo llenaron de una felicidad infinita que recorrio todo su ser y que su corazón palpitara efusivamente.

Sin duda Hamilton lo dejara indefenso siempre.

-¡A-Alexander! ¡Ahhhh!

Con cada movimiento, cada embestida que sentia en su interior, sentia que se partia en dos, que lo destruira. Pero si asi ambos se volverian uno, a Jhon no le importaria que lo partan mas seguido.

-J-Jhon... estas demasiado apretado... me gusta...

El choque entre pieles se escuchaba en toda la habitación, el sudor se hacia presente en sus cuerpos, los sonidos obsenos salidos de la boca de ambos solamente ellos los escuchaban, como las cartas que ambos se mandaban.

Solo ellos sabian lo que sentian.

Solo ellos sabian sobre la enfermedad que tenian.

El amor es su enfermedad.

Debe Ser Secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora