Debe Ser Secreto.

Capitulo 5 🐢

Narra Alexander.

Jamas habia visto al general tan abatido.

Eso preocupa mucho.

Suelto un suspiro algo cansado dejando la pluma de lado al terminar de escribir toda su correspondencia, el congreso dice que Georgett ataca las fuerzas inglesas.

Disparo de vuelta, molesto diciendoles que hemos recurrido a comernos nuestros caballos ¡Los caballos!

Y hacer que Hercules llore desconsoladamente por eso y que Lafayette le consolara.

Aunque no se porque anoche escuche algunos gruñidos....

Deben ser los perros... oh, espera...

¡Tambien nos lo comimos!

Mercaderes cercanos nos niegan equipamiento, asistencia.

¡Solo aceptan el dinero de esos putos ingleses!

Asi solo hacen que mis deseos de matarlos con mis propias manos sean peor...

-Alex, la caballeria no vendra...-hablo el general poniendose alfrente mio algo preocupado.

-¡Pero, señor...!

-Alex, escucha, solo hay una manera de conseguir la victoria-escuchaba atentamente las palabras de mi general-Provoca furia, total.

-Asi es-sonrei maliciosamente ante esas palabras.

-No se involucren, ataquen por la noche-siguio hablando con su dedo indice en el menton, pensando-Mantenganse incesantes hasta que sus tropas se retiren...

-¿Hacer que les sea imposible significar el costo de la pelea...?-pregunte traviesamente, el capitan me dio la razón sonriendome.

...

Hercules se fue denuevo a hacer un aprendiz en New York.

Lafayette envio una carta a Francia pidiendo apoyo, aunque sea un barco.

Y Laurens, bueno, escribimos ensayos en contra de la esclavitud, ambos, solos, sin nadie a los alrededores...

Encerrados, en una habitación.

¡¿Que mierda se le paso por la cabeza a Washington al dejarme encerrado sabiendo que hay algo muy mal entre nosotros?!

Washington malo, esto esta algo tenso.

Sin dejar de escribir, veia con disimulo su bello rostro, sus suaves mejillas llenas de heridas, pero sin hacer desaparecer sus achocolatadas pecas que con cada movimiento me volvian loco por querer probarlas cada que tuviera oportunidad.

Esos hechizantes ojos que al ver su hermoso color verde me hipnotizan hasta ahora dejandome a su merced.

Esos exquisitos labios labios que yo tuve la oportunidad de probarlos y sin apresiarlos ya no los podre hacer-por ahora-, teniendo envidia de esa lengua rojisa que pasa por ellos para humedecerlas, como tentandome a que enriede mi lengua con la suya.

Sus rizados cabellos, tan suaves que me dan ganas de pasar mis dedos por esas hebras de color negro para poder tocarlas nuevamente y poder sentir su textura y oler a libertad en cada una de ellas.

Su cuello, tan suave, tan exquisitamente perfecto para dejar los rastros de besos y mordidas-como antes-sus hombros extrechos donde podia esconder mi pecho y desahogarme en ellos con el apoyo de sus brazos en un gran y reconfortable abrazo.

Su pecho que subia y bajaba por su respiración agitada cuando le robaba el aliento al saborear esos botones rozados que se endurecian con mi tacto, haciendome sonreir al cumplir mi cometido, su estomago, tan duro como a la vez tan suave donde podia hacerle cosquillas con mi boca, momentos tan divertidos que siempre atesorare, su buen...

-Las hojas estan en la mesa, no en mi rostro Hamilton-haciendome salir de mi ensoñación, me hablo, aunque sin mirarme, me habia dado cuenta que estaba escribiendo fuera de la hoja y mi cabeza estaba levantada, rapidamente la baje denuevo volviendo a escribir. Pero volvi al levantarme al darme cuenta que se iba a una esquina de la habitación, en donde estaba el baño, se agachaba y vomitaba.

-¡John! ¡¿Estas bien?!-corri hacia el rapidamente, hize una mueca al ver que aun seguia vomitando, le sostuve el pelo para que no le fastidiara, pero rapidamente me la alejo con un manotazo.

-Estoy bien-respondio limpiandose la boca, tosiendo levemente haciendo una mueca de asco al sentir el sabor del vomito de su boca.

Aunque me gruñia lo ayude a levantarse y a que se lavara la boca. Su nariz se respingo al sentir un dolor de cabeza.

Narrador omniciente.

-¿Pero que me pasa...?-se pregunto a si mismo al sentir otra vez querer vomitar.

-No lo se, pero debemos ir a que te revise un doctor-dijo Hamilton preocupandose por la salud de su... amigo.

-Estoy bien...-la mirada dura y preocupada de Alexander lo mantuvo callado, volviendolo indefenso por unos momentos-... bien, vamos.

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Esta parte lo tenia escrito en un cuaderno de notas que siempre llevo al colegio (no pregunten porque)

Lo iba a publicar dos dias atras pero mi madre se molesto conmigocy pos me quito a mi hijo. :"v

Pero lo tengo devuelta!

Asi que todo este tiempo se mw acumularon ideas e ideas en esta cabeza mia y los plantare en mi historia (en todas)

Sin mas que decir, hasta el proximo capitulo.