Debe Ser Secreto.

Marliza y Lafayegy

Narra Peggy

Miraba con curiosidad a mi hermana mayor, como veia a Maria, estaba sonrojada, apenada, indefensa ante la señora Reynolds, ella se veia como siempre, serena, sin alterarse, sonriente.

Aunque esa sonrisa oculte tanto dolor que la vida le puede dar.

Caminaba lentamente entre la pista de baile, veia varias personas bailar, escuchaba la hermosa del violin combinado con el piano y el sonido del arpa creando una sensación de felicidad, ensueño, te podrias dejar llevar por las notas de aquellos instrumentos y tu ni te darias cuenta.

Lastima que no se bailar y soy muy torpe para eso. Y hablando de torpeza.

-¡Ouch!-senti un golpe en mi hombro al caminar ¿Ven? Nisiquiera se caminar bien.

-¿Esta bien, Mademoiselle?

Voltee y tuve que alzar la vista para poder mirarle la cara, Dios, si que era alto el chico ¿O yo soy la enana? No, el es alto, tenia barba y una mirada ¿Preocupada?

-¿Eh? Si, si, estoy bien, no se preocupe, un empujon no me va a matar-arreglandome el vestido conteste-Bueno, disculpe por quitarle su tiempo, nos vemos.

Pare en seco al escuchar una melodia nueva, esa melodia yo la conocia, era la que tocaba mi madre cuando vivia.

-Que nostalgica...-susurre y sonrei levemente-Pero hermosa melodia...

-¿Quiere bailar?-el chico alto estaba alfrente mio, con una mano tendida y una ligera reverencia, parpadee sorprendida, esto nunca me ha pasado, soy la tercera hermana, la ultima, la que nadie nota ¿Desde cuando un chico me a notado?-Claro, si usted gusta...

-Seria un placer-cuando hay oportunidad, se la debe tomar y si, queria bailar esa melodia que mi madre tocaba para mi familia en nuestros dias felices y alegres.

-¿Cúal es su nombre, bella dama?-pregunto el frances dandome una vuelta.

-Mi nombre joven, es Margaritta-respondi en medio del giro-Pero llameme Peggy.

-Margarita es un nombre hermoso-dijo el acercandome a su pecho, tomando mi mano, alzandola y abrazando mi cintura siguiendo los pasos del vals.

-Y usted joven, aun no me ha dicho su nombre-alze una ceja interrogante, el frances sonrio.

-Tengo muchos nombres-hablo, me hizo girar nuevamente, enrollarme y llevarme hacia abajo evitando que caiga-Pero llameme por mi apellido, Lafayette.

Vi sus morenos ojos, su sonrisa encantadora y pense.

Que este hombre es un total mujeriego.

Pero era algo lindo y divertido.

Talvez me de una oportunida con el.

Narra Eliza.

Esa chica era hermosa, unica, mi corazón late tan rapido al verle.

-¿Señorita Schyuler?-que hermoso suena mi apellido cuando lo dice ella, oh espera, me esta hablando-¿Se encuentra usted bien? La veo ida...

-N-No se preocupe, Maria, estoy bien...-mi sonrisa debe parecer nerviosa ¡Diablos! Tartamudie, espero que no se haiga dado cuenta.

-Bueno, si me disculpa ya debo irme, mi esposo y mi hija me esperan en casa, fue un placer pasar la tarde con usted, nos vemos.

¿Esta casada? ¿Tiene una niña?

-¡E-Espera!-jalo de su brazo, su cerquillo se levanta levemente dejandome ver un enorme golpe, abro los ojos sorprendida y de un movimiento quito el cerquillo de su cara, alrededor de su ojo izquierdo esta negro, morado verde, azul, su mejilla llena de raspones, imflamada, morada-¿Quién te hizo eso.

-Y-Yo...

-¿Fue tu esposo, verdad?-pregunto, siento mi sangre arder de enojo ante esa muestra de poco hombre que es ese tal James, maltratando a una gran mujer como es Maria-Dejame ayudarte,talvez podamos mandarlo a la carcel a tu esposo.

Su mirada se aterroriza y yo caigo en cuenta que la tiene amenazada.

-No haga eso porfavor, mi niña sufriria las consecuencias...-sus ojos derramaban lagrimas, seguramente pensando en su mayor tesoro-El es capaz de venderla y prostituirla ¡Se lo suplico, no lo haga!

De un moviminento se zafo de mi agarre y salio corriendo hacia quien sabe donde pero si se una cosa.

Maria, cai ante ti pero yo no dejare que caigas en soledad, sere tu luz y esperanza en tu mundo lleno de tinieblas y oscuridad.

Y te voy a ayudar quieras o no, te sacare de ese infierno en donde vives.

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Va uno