El cambio se operó en todos los terrenos.
Para el Gobierno Popular la salud pasó a tener preocupación prioritaria.
Se crearon consultorios a razón de uno por cada 40 mil habitantes y uno de cada
tres consultorios comenzó a atender noche y día a la gente, para lo cual se
contrató a los médicos recién egresados y a los alumnos del último curso de
medicina. Las consultas externas del Servicio Único de Salud aumentaron de 8
millones 900 mil en 1970 a doce millones 200 mil en 1971, año en el cual crecie-
ron, asimismo, en un 32,2% las prestaciones de los servicios de urgencia.
Aumentaron también la atención a los niños y a los enfermos de cualquier edad.
Mejoró la alimentación en proteínas y calorías por persona. Bajaron las tasas de
mortalidad infantil y de mortalidad en general.
La Universidad de Chile abrió carreras vespertinas de médicos y enfer-
meras universitarias. Aumentó el número de dentistas para cubrir la atención social, creándose, además los cargos de odontólogos de zona en el Servicio Na-
cional de Salud. En concreto, durante el gobierno de la Unidad Popular se
aumentó en un 6,6% el personal médico, en un 31,5% el número de odontólogos
y en un 17,8% el de enfermeras. En 1971 se capacitaron 3 mil trabajadores
para participar en los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad Industria-
les previstos por la ley. En los consultorios se daban talleres de primeros
auxilios, de nutrición y de prevención de enfermedades. En las tareas referi-
das a la salud entraron a colaborar juntas de vecinos, los centros de madres,
los sindicatos y clubes de barrio.
Un tren, habilitado especialmente para llevar atención médica y dental
gratuita a campesinos y pobladores sin acceso a consultorios y hospitales, reco-
rrió la zona central y sur del país durante aproximadamente dos años.
En 1972, el gasto en salud correspondió al 3,5% del presupuesto. Durante
la dictadura bajó al 0,6%.
En el vasto campo de la educación, se empezó por reafirmar la gratuidad
de la matrícula en la enseñanza básica y media, en tanto que en la Universidad
de Chile miles de estudiantes quedaron exentos de pagarla y los que tenían que
hacerlo, cancelaban sumas por lo general modestas, pues lo hacían de acuerdo
a los ingresos de sus padres.
En 1972 el gasto en educación alcanzó al 7,2% del PIB, muy superior al
que existe actualmente, no obstante la recuperación de su monto después de la
caída que tuvo en los años de la dictadura.
Ya en el primer año del Gobierno Popular, la escolaridad alcanzó al 94%
en los niños de 6 a 14 años y a un 35% en los jóvenes entre 15 y 19 años.
En la educación básica se distribuyeron gratuitamente más de seis mi-
llones 417 mil textos escolares en los dos primeros años del gobierno popular.
Con los entregados en 1973, el total llegó a ocho millones. Igualmente gratuita
fue la distribución de libros y demás útiles escolares y el desayuno se extendió
a todos los alumnos de la educación básica y el almuerzo para los alumnos de
más bajos recursos.
Se creó el Programa Experimental de nivelación básica para obreros y
alrededor de 4 mil trabajadores recibieron cursos de nivelación media y carre-
ras tecnológicas.
El convenio CUT-UTE inspiró y patrocinó un sistema nacional de educa-
ción que llevó la Universidad a las fábricas, a los puertos, a las minas, haciendo
posible que los alumnos que alcanzaran el grado de Técnico Universitario siguie-
ran estudios de ingeniería. La Universidad Técnica del Estado estaba dirigida
entonces por Enrique Kirberg, quien fue el rector que más empeño le puso en abrir
las puertas de la educación superior a los muchachos y muchachas provenientes
de familias modestas. En 1972 había 6 mil estudiantes y en 1973 ocho mil alum-
nos que estudiaban en esas condiciones. Conforme a ese mismo convenio, fue
posible que mil 500 trabajadores que tenían licencia secundaria siguieran carre-
ras universitarias en la Universidad Técnica. También lo hicieron 150 miembros
de la Aeronáutica (ha de saberse que la Universidad Técnica, hoy Universidad de
Santiago, USACH, derivó de la Escuela de Artes y Oficios, que funcionaba en el
mismo lugar, y que de ella Kirberg fue expulsado allá por el año 1939 por un
escrito suyo en un diario mural que no fue del agrado de la rectoría de ese tiempo
y estuvo, también, relegado en Aysén por el gobierno de Alessandri Palma).
En la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, bajo el decanato
del profesor Alejandro Jadresic, se iniciaron en abril de 1972 carreras vesperti-
nas para 300 trabajadores en diversas especialidades. Desde que se firmó el
convenio entre la CUT y el Servicio Nacional de Salud, en junio de 1972, hasta
fines de ese mismo año, se capacitaron alrededor de 14 mil trabajadores en
riesgos ocupacionales, mientras las mutuales, que tenían muchos más recursos,
capacitaron en ese período solamente a 3 mil.
Siguió disminuyendo el número de analfabetos. Sólo en 1971 fueron
alfabetizadas 20 mil personas. El presupuesto fiscal para educación pasó de
405 a 617 millones de dólares (dólares de 1976).
Los mejores alumnos de la enseñanza básica de todo el país eran recibi-
dos en los veranos del 71-72 y 73 en el Palacio Presidencial de Viña del Mar.
Mediante becas especiales pudieron ingresar a las escuelas universita-
rias muchos hijos de obreros y campesinos y también hijos de soldados. Con tal
fin el Gobierno Popular instituyó la "Beca René Schneider".
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