Me levanté pronto para ir a correr, volver a casa, ducharme y llegar bien al instituto. Cuando tenía un mal día o una mala racha siempre iba a correr. Era mi forma de pensar y despejarme un poco. En mi otro instituto hacía atletismo y la verdad es que era la mejor de todas y no lo digo por presumir. Se me daba bastante bien.
No sabía si creerme las palabras de mi padre. Claro que me gustaría llevarme bien con mi padre pero le odio por todo lo que me hizo. Que sí, que le quiero mucho pero eso no implica que todo lo que me hizo lo vaya a olvidar fácilmente. Fue duro vivir sin mis padres aunque mis abuelos se portaron genial conmigo. Les estaré muy agradecida siempre.
De repente me choqué con alguien y cuando fui a pedir perdón me arrepentí al instante de haberle mirado a los ojos.
-"Mira por donde vas"Dije rápidamente para seguir corriendo.
-"Eso deberías hacerlo tú cariño"
No le hice caso y seguí pero de repente me agarro del brazo y tiro de mi hasta pegarme a él.
-"Mírame a los ojos"
-"No"
-"¿Por qué?No te voy a comer eh"
-"Porque no quiero"
-"Si quieres. Vamos, mírame"
-"¡He dicho que no!"
En ese mismo momento su mano toco mi barbilla elevandola lentamente hasta conseguir que mis ojos miraran los suyos.
-"¿Tan malo ha sido?"
-"Sí"
-"Oh venga vamos...si te ha encantado. Lo que pasa es que te has creído lo que dice la gente y déjame decirte que es todo mentira"
-"¿Y por qué debo creerte a ti?Además que me da igual todo lo que tenga que ver contigo"
-"La pregunta no es esa. La pregunta es, ¿y por qué debo creer a los demás?Dame tiempo para que te lleve a mi cama y todo te deje de dar igual"
-"No soy ninguna puta como con las que tú te acuestas. Si buscas ese tipo de chicas has dado con la equivocada."
Me fui de allí. No le aguantaba. Era insoportable. ¿Quién se creía que era para decirme eso?
Llegué a casa me di una ducha rápida y me vestí con lo primero que pille. No me apetecía volver a encontrarme con Daniel. Ojalá no acudiera a clase.
Me senté en el pupitre y tenía una nota en la que ponía:
Aléjate de el o te mataré zorra. Esto no ha hecho más que empezar.
No entendía nada. ¿Alejarme de quién?¿De Daniel? Tenía miedo. ¿Por qué me pasaba a mi esto? Y lo peor de todo, ¿quién había sido?
Justo en ese momento entro él.
-"Hola chica sexy"
-"Adiós gilipollas"
-"Me ha gustado verte esta mañana"
-"Pues resulta que tú has arruinado mi mañana"
-"No lo creo"
Justo entró el profesor de matemáticas y decidí callarme antes de que me hechara de clase. Matemáticas era mi asignatura favorita pero se me daba muy, muy mal. Ayer, el primer día nos hicieron una prueba para medir los conocimientos básicos así que supongo que hoy nos den los resultados.
-"Amy" dijo el profesor.
-"Dígame profesor"
-"Visto que no se la dan muy bien las matemáticas he decidido asignarla un tutor, Daniel"
No podía negarme ante el profesor.
-"Daniel, ¿a usted le importa?Le preguntó el profesor.
-"Como me va a importar ayudar a esta belleza"
-"Deje sus piropos para otro momento"
-"Es la verdad"
-"Cállate ya"Le dije.
Sonó el timbre y me dijo:
-"¿En tu casa o en la mía?"
-"¿Pero tú de que vas?Te dije que buscaras a otra"
-"Siento decirte que lo decía por la tutoría aunque si quieres..."
Noté como me sonrojaba. Había metido la pata hasta el fondo.
-"Nunca querré. Pásate a las 6 por mi casa"Le di un papel con la dirección y me fui"
-"Hasta esta tarde chica sexy"

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SOLO MÍA
RomanceTe destrozará la vida. Ese chico es una amenaza. No dejes que juegue contigo. No le mires ni le hables o será demasiado tarde. Daniel, el chico más mujeriego e increíblemente sexy que puedas encontrar. Típico chulo de instituto. Amy, odia los chulos...