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15 min después llegamos a su apartamento que se encontraba en el centro de la ciudad. Sorprendentemente estaba todo limpio y perfectamente recogido. Era muy bonito. Moderno y a la vez con un estilo antiguo que le daba un aire muy personal.
-¿Te gusta?
-Sí, es muy bonito y acogedor pero de alguna forma siento que invado tu intimidad.
-Deja de darle tantas vueltas a las cosas, te preocupas demasiado. Sígueme que te llevo hasta tu habitación.
Tiene razón en eso de que me preocupo demasiado pero soy así.
-Es esta. El baño también da a mi habitación así que ten cuidado con entrar sin llamar. No me querrás ver...
Le tapé la boca.
-¡Calla! No hace falta que acabes la frase joder. Que asco.
Estalló en carcajadas y yo hice lo mismo. Sería divertido pasar un tiempo con él.
-¿Pedimos algo de cenar? Has tenido un viaje muy largo seguro que tienes hambre.
-La verdad es que sí. ¿Qué te apetece?
-Pizza, ¿a ti?
-Pizza está bien.
-Voy a llamar a la pizzería. De mientras puedes instalarte y darte una ducha si quieres. Tienes toallas en el armario.
-Vale, muchas gracias.
De repente me di cuenta de que me había olvidado de mi novio o ex novio o lo que sea que seamos ahora que me he marchado y de mi padre.
Esto está yendo como esperaba. Bueno, quizás algo mejor pero no puedo evitar sentirme triste por Daniel.
Cuando meti la poca ropa que tenía en el armario fui a darme una ducha. Sentí como el agua me relajaba a medida que pasaba el tiempo. No quería salir pero Alex, así me dijo que se llamaba en el coche, estaría esperándome para cenar.
Me sequé un poco el pelo y me puse un chandal.
-Se va a enfriar la pizza, llevas dos horas en el baño...
-Necesitaba relajarme.
-Eso no te lo discuto.
-Ya te he dicho que lo sentía, ¿vale?
-Que no pasa nada idiota, era una broma.
Cené en silencio, seguía dandole vueltas a lo de Daniel.
-¿Me vas a contar qué te pasa?
-No me pasa nada.
-Por eso llevas con el mismo trozo media hora.
-Solo estaba un poco distraída.
-No cuela. ¿Qué te pasa Amy?
-Es que... estoy preocupada porque me marché de mi casa y eso es lo que menos me importa, a mi padre no le voy a echar de menos y a la guarra de su mujer tampoco pero yo estaba saliendo con un chico y él no se merece que me haya ido así, explicándoselo todo en una carta.
-Ven aquí. A veces un abrazo es mejor que cualquier palabra.
Su abrazo hizo que me rompiese. Sollozaba contra su pecho. No quería apartarme, resultaba reconfortante que alguien se preocupase por mi.
-¿Más tranquila?
-Creo que sí...
-Puedes contar conmigo Amy. Para lo que sea.
-Gracias, muchísimas gracias.
-Deja de darme las gracias.
-Me voy a dormir, he tenido un día muy largo.
-Buenas noches, descansa.
-Tú igual.

SOLO MÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora