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Tener 24 años, dueño de una empresa de marketing, y a mi hermana de 4 años a mi cargo, no es fácil. Así que tuve que buscarle unas clases extraescolares, sobre todo por que quería que mi hermana no extrañara tanto a mis difuntos padres, un año a pasado desde que estoy yo con todo esto y creó que necesita más que estar bajo mis alas todo el rato. Así que mi hermosa hermana pequeña va de cabeza a clases de ballet y así yo podre tener tiempo para mí. Ya me entendéis.

- Agneta, venga a desayunar llegaras tarde al colegio.

- Ares, ya voy. - Me respondió mi pequeña hermana saliendo de su habitación con la maleta en colgada ya-

- Al fin, vamos que nos hemos quedado dormido, y tengo reunión en una hora. Y no te olvides que luego empiezas tus clases, te llevará mi secretaria. ¿Vale?

- ¿No me llevas tú?

- No creó que para la hora de comer este libre, tengo mucho trabajo hoy. Anne te llevará a comer y a tus clases, luego me diras como te fue el día. Y prometo ir a recogerte.

- Vale hermanito, mas te vale venir a recogerme.

- Ahí estaré. Ahora tomate el zumo y la tostada, o llegaras tardé.

Mi hermana comió apresurada y corrio hacía el coche, se subió en su silla y me tiro la llave en el asiento del copiloto. Como era habitual en ella.

- ¿Vamos entonces?

- Si, tengo todo. Solo falta que me pongas música o empezaré mal la mañana en clase.

- ¿Que quieres oír esta mañana?

- Quiero oír, Reik.

- Otra vez. Vale. -Le respondí desganado-

Odió esas canciones de amor, pero a mi hermana le encanta. Somos tan diferentes pero sin duda nos llevamos bien. Conduje hasta la escuela, Agneta se bajo del auto y corrio hacia adentró cuando llego a la puerta de entrada al edificio, se despidió con la mano, dio media vuelta y entró dentro. Ahora me tocaba a mi aguantar a unos vejestorios que creen que por tener mas edad son mejores que yo. Y no es así. No tengo matrícula de honor en empresariales y marketing, y no es por mi cara bonita.

Mi mañana paso lenta, muy lenta, extremadamente lenta. Los segundos me me hicieron milenios. Salí agotado de la empresa, subí al auto y me dirigí al conservatorio. Tenía que recoger a mi hermana y de camino la llevaria a tomar un helado a si me contaría que tal su día. Seguro que mil millones de veces mejor que el mío.

- Buenas tardes princesa. ¿Te gusto el ballet?

- Hermano -Me abrazo fuertemente por la cintura - Me encanto. -En su voz se le notaba la emosión y su sonrisa me afirmo que no fue una mala decisión -

- Ahora comeremos helado y me diras que tal el colegio y las clases.

- Espera, tiene que darte mi profesora una cosa.

Mi hermana cogio mi mano y tiro de ella hasta dentro de su clase de ballet.

- Aquí quieto la busco.

- Vale princesa.

Me quedé inmóvil en medió de la sala, y mi hermana fue a un cubículo en busca de su profesora. Mi cabeza empezo a imaginar a esa profesora, delgada, con un moño, ya con unos años de mas, y muy estirada. Medió escalofrios de pensar en aquella mujer que seguro era una malaje.

- Buenas tardes, ¿eres el hermano de Agneta?

Mi Prisionera Del Lago De Los CisnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora