Un rayón en mi auto

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Derek soltó su miembro y tocó el glande con el pulgar sintiendo el líquido pre seminal.

-¿Cómo va todo ahí?- preguntó divertido y Stiles soltó una risita

-Eres un maldito...-

No dejó que el castaño hablara de vuelta, volvió a chupárselo y sintió los finos dedos de éste enredándose en sus cabellos, supo lo que venía así que se alejó. Gotas blanquecinas comenzaron a salir del miembro del menor sobre la mano del moreno.

-Vamos Stiles- el pequeño de piel pálida arqueó la espalda y gimoteó sintiéndose más sensible y expuesto que nunca. Abrió los ojos despacio, aun con la respiración agitada y las mejillas ligeramente sonrojadas. Derek se irguió mirándole con detenimiento, subió sobre él abriéndole las piernas y se inclinó a besarle despacio, con todo el cariño del mundo, sin prisa alguna. Liberó su miembro y Stiles tuvo una especie de dejavú, ahora la punta de la erección del mayor daba contra su vientre y Stiles utilizó una de sus manos libres para masturbarle, el simple hecho de tomarlo entre sus dedos le hizo gemir. Una sensación extraña que enviaba ondas placer a todo su cuerpo.

-Hazlo- le pidió separándose levemente de sus labios, le mordisqueó el inferior y el mayor asintió suspirando pesadamente, Stiles le cedió su miembro y el ojiverde lo alineó a su entrada comenzando a empujarlo al interior. Un par de segundos y el pene de Derek comenzaba a llenar a Stiles haciéndolo gemir de placer y arañarle la espalda con las uñas, dentro del adolescente era húmedo, caliente y bastante estrecho. Más delicioso de lo que recordaba.

-Dios pequeño...eres tan...- le besó y luego fue a su cuello mordisqueando un trozo de piel. Stiles gimió al sentirlo completamente dentro y besó su oreja que era lo único que tenía a su alcance.

-No pares ¿entendiste?...No pares...- suspiró, sus pestañas se pegaban a sus pómulos sonrojados y las pequeñas pecas ya eran visibles para el moreno.

Derek se movía en su interior, cada vez con más frenesí y fuerza, y Stiles solo soltaba suspiros y gemía su nombre de una forma tan sensual y delicada que provocaba en el otro sentimiento completamente nuevo.

-¡Derek!- gimió el chico y el pelinegro colocó su mano en la pared para poder hacerlo con más fuerza, Stiles ya se sentía débil, su miembro estaba duro de vuelta pero sentía que se correría en un par de estocadas más. Derek sin embargo, a oídos de Stiles gemía ronco y ahogado, tan caliente como sólo él podía hacerlo y algo aún mejor era que tenía vista completa de sus abdominales y la forma en que éstos se contraían a cada estocada.

Las estocadas eran firmes, directas y profundas, y había un sonido sordo al momento en que sus cuerpos se unían y eso enloquecía a Stiles.

El vientre de ambos se tensó y Stiles se liberó de nuevo ésta vez sobre su estómago mientras apretaba los glúteos ayudando así que el mayor alcanzara su orgasmo también.

-Estás latiendo- le dijo un poco entre cortado

-Ya...casi- musitó el mayor y apretó las sábanas al lado de la cabeza del chico mientras sentía como las paredes el interior de Stiles le apretaban y proporcionaban un orgasmo de Dioses.

Miró al más joven mientras se recuperaba y salió de su interior con extrema lentitud, aun disfrutándolo. Volvió a penetrarle y Stiles se quejó.

-Calla y disfruta- bromeó Derek y el menor le golpeó el abdomen con muy poca fuerza, al final Derek terminó de abandonar su cuerpo por completo y se echó a su lado cansado.

Ninguno de los dos dijo nada durante un largo rato, Stiles comenzó a tener una temperatura normal de nuevo y fue entonces cuando se levantó y salió del cuarto en completo silencio, no se molestó en vestirse o cubrirse con algo, el cansancio anuló completamente la vergüenza que podría sentir.

El [otro ] hijo de mi padre. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora