Espumas

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Stiles salió del instituto a las tres en punto, con Scott y Allison a un lado y Jackson y Lydia al otro. Por primera vez en la historia de la humanidad, Stiles estaba callado, su mirada estaba puesta en el suelo y sus pies se arrastraban sin ningún entusiasmo.

Derek estaba a metros de la entrada del instituto, recostado contra el camaro negro y los brazos cruzados sobre su pecho.

-¿No piensas acercarte siquiera?- preguntó Aiden desde adentro pero Derek le ignoró completamente -¿Estás teniendo una erección?- bromeó soltando una carcajada ligera junto con su hermano gemelo que iba a su lado

-No estoy teniendo ninguna erección- se enderezó y entró al auto al mismo tiempo que Stiles entró al jeep.

Pero sí, había tenido una ligera erección al observar al castaño, pero no pudo evitarlo, los jeans que llevaba ese día eran matadores, tenía las nalgas redondas y se le marcaban perfectamente dejando muy poco a la imaginación y vaya que Derek tenía imaginación, simplemente recordar la noche que pasaron juntos y su miembro se disparó. Todo sucedió en menos de cinco segundos...así de jodido estaba.

Stiles llegó a casa cansado, la patrullera estaba estacionada enfrente así que supo que su padre estaba, y si estaba a esa hora quería decir que no estaría en la noche porque tomaría ese turno. Arrastró su mochila hasta la puerta y entró dejando salir un sonido prolongado con la garganta para avisar a su padre que llegaba.

-¡Cocina!- gritó el mayor y Stiles se siguió arrastrando hasta ahí -¿Qué hay?- preguntó mientras comía una hamburguesa

-¿No hay Derek hoy?- preguntó rodando los ojos. Su padre levantó una ceja y frunció el ceño acto seguido –¿Qué? Últimamente ha estado aquí más que tú- susurró malhumorado

-¿Te molesta?- cuestionó su padre

-No...para nada- murmuró sirviéndose leche. ¡Claro que le molestaba! El idiota estaba más apuesto que Brad Pitt y eso era poco decir...siempre traía remeras ajustadas o quizás todo le ajustaba con los músculos que se mandaba... Pero no, no le molestaba en absoluto.

Stiles subió a su cuarto con la mochila y el vaso de leche por la mitad, dejó todo sobre el escritorio y comenzó a desvestirse. Por alguna extraña razón terminó pensando en Derek, en realidad nada extraña, últimamente pensaba más en el moreno que en cualquier otra cosa luego de haber despertado esa mañana a su lado.

Había sido la primera vez que dormía toda la noche durante una tormenta y sin pesadillas que era lo más increíble todavía. Y el olor a bosque, naturaleza...frescura, que Derek tenía...no dejaba de olerlo, solo pensar en el ojiverde y el olor venía a su nariz. Era enloquecedor.

Por la noche Stiles está cocinando algo de cenar cuando el timbre suena. Sabe que no es Scott o alguno de sus otros amigos ya que están tan acostumbrados que simplemente entran sin tocar, así que fue a la puerta y la abrió mientras se secaba las manos contra la ropa.

-¿Debería sentirme acosado?- preguntó con leve sarcasmo al ver a Derek recargado en el pilar al comienzo de las escaleras.

-Tu padre...-

-Sí, sí... Te pidió que vinieras a echarme un ojo-dijo sabiendo de memoria la respuesta de Derek, es la que le da siempre, cada vez que viene a su casa con la misma excusa. Y él debe contenerse, atajar sus pensamientos e intentar actuar como si le importara un bledo todo y no sintiera ni la más mínima atracción hacia el otro.

Derek entró en silencio y con una sonrisa ladina. Existen ciertas cosas que Derek nunca admitiría en voz alta, pero sin duda le encantaba ver cómo se ponía Stiles con él alrededor, nervioso, intentando actuar normal y desinteresado, era lindo.

El [otro ] hijo de mi padre. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora