La misión de Koharu

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La brillante luz del sol alumbraba el salón principal del palacio de Saturno. El dios del tiempo se encontraba viendo por la venta como las diosas Temis, Febe y Tetis paseaban con tranquilidad por los jardines. Las tres deidades eran poseedoras de una gran belleza.

Temis tenia un hermoso y largo cabello. Sus ojos eran de un brillante color rojo. Era la más seria de las diosas. Por otro lado, Febe era diferente. Su cabello corto combinaba a la perfección con sus hermosos ojos verdes y su intachable sentido del deber. Y luego estaba Tetis. Su cabello era como un mar tempestuoso durante la tormenta. Sus largos rizos le llegaban hasta la cintura y sus ojos azul claro demostraban lo fuerte que podía ser en la batalla. Aunque las tres eran diferentes solo algo las unía; el medallón de Yumiko que llevaban en sus cuellos.

- Señor - interrumpió Eos - Lamento molestarlo a estas horas pero me gustaría reportar que Astrea ya ha regresado. Ella solicita una conferencia con usted.

- Dile que estoy ocupado.

- Señor... Al parecer se trata de algo sumamente delicado - comento el saturniano serio.

- ¿Delicado dices?

- Si. Es sobre el relicario de Sayaka.

- ¿El relicario? - el dios se sorprendió - Bien. Me convensistes. Dile a todos que vengan de inmediato.

- Enseguida señor - Eos desapareció tan rápido como había llegado.

Todos los saturnianos de primer, segundo y tercer rango se reunieron en el salón principal. Koharu y Palas se colocaron adelante para recibir a Astrea, quien había estado fuera por casi un mes entero.

-  ¿Cómo crees que le fue? 

- Según lo que me ha comentado Yue, Astrea ha descubierto algo sumamente importante acerca del enemigo.

- ¿En-En serio hermana?

- Si. Tal vez esto nos ayude en la batalla contra Athena.

Hubo un silencio abismal cuando las tres diosas se presentaron en el salón.

- ¿También ellas? - Palas se sorprendió.

- Seguramente esto es algo relacionado con la señora Tea y la señora Dione. Si no, ellas no estarían aquí.

Hubo un gran silencio entre los dos.

- ¿Crees que este bien? - pregunto el saturniano un poco nostálgico.

- Eso espero... Tal vez algún día podamos volver a estar juntos, tal como en el pasado. Estoy segura. Recuperarás tu nombre y los tres viviremos en paz.

- ¿Lo prometes hermana?

- Por supuesto - sonrió Koharu.

La saturniana sintió que la tristeza invadía su corazón poco a poco. Ver a Temis era lo que más le dolía. Cada vez que se cruzaba con la diosa sentía una gran culpa en su corazón. Se había vuelto fuerte los últimos 5 años, pero ante esa situación aun tenia mucho que aprender.

- No te preocupes, Sayuri. Pronto vendremos por ti. Lo prometo... - pensó Koharu.

La reunión dio inicio una vez que Astrea apareció en el lugar. Eos y Jápeto tomaron su lugar a los costados de Saturno y las diosas.

- ¡Compañeros! Se que muchos de nosotros deseamos ver a Athena derrotada junto a sus caballeros. Para eso nuestro amo, el dios Saturno le ha declarado la guerra a esa diosa infame. Todo su esfuerzo por haber recuperado a la señora Febe, a la señora Temis y a la señora Tetis ha sido recompensado por nuestro señor. Hemos congelado el tiempo de innumerables ciudades para poder fortalecernos - Astrea hizo una pausa para tomar aire - Sin embargo, el enemigo ha encontrado la forma de impedir que recuperemos a la señora Dione. 

Saint Seiya Omega: El legado de SayakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora