II

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Capítulo 2

En estos instantes, Peter se encontraba dibujando en el suelo, Nibs buscando algo que hacer y Scarlett contemplando los mugrosos muros que se encontraban enfrente de ella.

Los minutos pasaban y ellos se aburrían cada vez más. Pero el ruido del agua siendo lanzada contra el suelo les alerto.

- Subir a esos tejados y limpiar esos asquerosos canalones -Ordenó Madame Barnabas. Alzaron la mirada para comprobar cuan alto eran aquellos muros.

- ¿Es seguro Madame Barnabas?

- No a pasado nada, al menos no recientemente. -rió- Tenemos todos los papeles en regla si llegara a suceder alguna tragedia y algún huérfano muriera por caída. Mientras estáis en las alturas de nuestro señor, a lo mejor limpiáis también vuestras pútridas almas -saco una rosquilla azucarada de su bolsillo para llevársela a la boca- Pútridas como las hojas -finalizo para irse.

- Tenía razón -refunfuño Peter- se está quedando con las raciones.

- ¿Dónde esconderá la comida?

- En su despacho; nadie a entrado jamás y según lo que he logrado escuchar, dicen que es una bomba trampa -revelo Scarlett.

Justo cuando estaban dispuestos a subir, sonó la alarma de bombardeos. El trío, en vez de refugiarse como toda persona normal, decidieron ir al despacho de Barnabas para comprobar si sus sospechas eran ciertas.

- Vamos directos a la guarida del dragón.

- Venga, poner las manos que me impulso. -ordeno Peter- Necesito tu zapato - Nibs, después de haber echo varios intentos fallidos por quitarse el zapato, se lo lanzo.

Peter lo estampó contra el cristal para luego entrar. Revisaron cada esquina, empezando por la derecha para acabar en la izquierda.

- Que monja más cochina -reclamo Scarlett- esta todo tan sucio. Tiene tiempo para comer y hacernos sufrir pero no para limpiar.

- Esperar, ¿por qué está tan limpia la Virgen María? -Preguntó Nibs.

Scarlett se acerco para comprobar que se traía entre manos Barnabas y para ver si tenia un mecanismo secreto. He de decir que se la pasaba leyendo libros en la biblioteca y algo tenia que lograr sacar.

Su mirada cayo en la nariz de esta y vio como sobresalía un poco. Decidió probar en estirarla, apretarla y girarla. Al momento que la giro, Nibs cayó... se podría decir que se lo trago el suelo.

- ¡Abajo! -Gritó.

- Una bomba trampa.

Nibs encendió la luz para ver montones de raciones acumuladas en varios estantes ya dañados por el tiempo. Nos miramos entre todos para luego agarrar lo que nos apetecía como una galleta, cereales o inclusive un bote de mermelada.

- Mirar, son los registros -nos señalo desde la lejanía un compartimento cubierto con una gruesa tela que daba a dichas cartas.

- Es tu expediente Peter.

- ¿Tu madre? -asintió- léelo.

- No se leer, me la lees -le pidió a Nibs.

- "Querido Peter, todo lo que he echo, lo hice porque te quiero. Anhelo el día en el que pueda volver a por ti, para poder explicártelo todo junto a __. No dudes de mi y lo que es más importante, no dudes de ti. Eres extraordinario, más de lo que puedas imaginar. Te prometo que volverás a verme, en este mundo o en otro" -Peter sonrió para luego de unos segundos, ser interrumpidos por un ruido proveniente de arriba a lo cual fueron a ver y se toparon con Barnabas toda enfadada por haber descubierto su escondite y las cartas que jamás debían de haber leído.

- ¡Es de mi propiedad! -se quejó Peter al ver como Madame Barnabas le arrebataba su carta.

- Todo pequeño huérfano sueña que es especial y va ser el afortunado que su madre lo venga a reclamar dando saltos de alegría.- esto último lo dijo en un tono infantil y inmaduro- Pero tu no eres ese niño y tu madre no va a venir dando saltos de alegría. ¿Sabes por que? Porque tu no eres especial. -reveló para romperle la carta- Si me equivoco y eres especial, que venga Dios y lo vea. Sólo eres una asquerosa criatura, abandonada por una madre que a olvidado que existes -Peter, cansado de ver como lo trataba, se abalanzó sobre ella quitándole los trozos de los que anteriormente formaban una carta- Enano salvaje -escupió- las manos, los tres -ordeno para sacar una regla.

- No han echo nada -reclamó Scarlett- y en mi no tienes ningún derecho, bruja -finalizó para escupirle.

- Sois culpables de asociación y ya me encargaré de que no vuelvas más por este antro. Ahora letra con sangre lenta -Golpeó la mesa con aquella cosa.

Uno por uno fueron golpeados por aquel instrumento; Scarlett, al no estar acostumbrada a semejante dolor y ver como el artefacto impactaba sobre sus manos, acabo con demasiadas heridas y un gran dolor que poco a poco fue disminuyendo mientras que su mejor amigo se las vendaba.

- Eh Canijo -dijo Peter a uno de los niños que se encontraban en la habitación- ¿Cuándo se fueron Arnold y los gemelos?

- Creo que anoche.

- Los niños desaparecidos, la fortuna escondida en el despacho. ¿Qué trama Barnabas? -Preguntó Scarlett.

- Vende huérfanos.

- Lo sabía, - dijo Peter - quiero decir, eso es horrible.

- ¿Pero quien demonios compra huérfanos por la noche? -Preguntaron.

- Eso es lo que hay que averiguar.

Esperamos impacientes a que la noche cayera mientras pensábamos que plan se nos podía ocurrir para descubrir lo que se traía entre manos Barnabas.

- Se me a ocurrido algo, será divertido.

- Eso ya lo he oído antes -se quejo Nibs ya que dijeron lo mismo veinte veces.

- Oh, menudo cuesco - Reclamo Scar mientras se tapaba la nariz.

- ¿Yo que va? -negó Nibs.

- Yo no dije nombres, así que te descubriste sólo.

- Agh, a sido un plan estúpido, vámonos a la cama.

Ninguno de los tres podían conciliar el sueño así que se quedaron mirando el techo para luego ver como unas rejilla procedentes de este se abrían dejando ver personas sujetas por una cuerda secuestrando niños.

- ¡Nibs, Scar! -grito Peter desde debajo de su cama- Es está noche, tenía razón.

Comenzaron a gatear hasta la puerta mientras aquellos ladrones se llevaban a los que anteriormente dormían cómodamente.

- A las escaleras -ordeno- ahora.

Cuando casi llegaron a la puerta, atraparon a Nibs.

- ¡Chicos!

-¡Nibs! -gritaron a la vez. Al ver que se lo llevaban y no podían hacer nada, siguieron corriendo hacía la puerta pero esta ahora se encontraba abierta y con Barnabas bloqueando el paso.

- Adiós niños insoportables -se despidió con una sonrisa mientras los empujaba para después ser cogidos por los secuestradores.

𝐸𝑠𝑡𝑜 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑠𝑢𝑒𝑛̃𝑜.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora