IX

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Capítulo 9

- No puedo hacer lo que quieren que haga, simplemente no puedo, lo he intentado Garfio, ¡no puedo! -revelo Peter una vez que había vuelto a la aldea.

- ¡Escucha! Puedes seguir compadeciéndote todo lo que quieras, pero saber de donde vienes, es casi saber quien eres. Eso es más de los que estamos aquí sabremos jamás.

- Tu nos dijiste que tu madre te abandonó.

- Os mentí, a veces lo hago, ¡se llama ser adulto! -se quejo Garfio - Al menos tu sabes de donde vienes; nacido para ser un guerrero, heredero de un príncipe, ¿significa eso que eres el elegido? no lo se; no se si hay un elegido, pero si se que si no lo eres y simplemente eres tu, a lo mejor es suficiente.

Tiene razón en todo, el sirve más que Scarlett respecto a consejo o eso creía ella en esos momentos. Absorta de esa conversación, se adentro al bosque para volver a despejar esa tormenta de malas emociones. Mientras más se adentraba, podía escuchar con más claridad una conversación que se producía en esos momentos.

- ¿Y el niño? -empezaron a decir- desembucha o te rajo el buche.

- Jamás hablare -dijo alguien con un tono de voz parecido al de Smee para luego escucharse el desenvaine de una espada- esta por allá -revelo- a no, creo que estaba por allá... ¡No! Estoy seguro que era por donde había dicho al principio.

- Preparar los barcos;!Bishop, mátalo -ordeno.

- ¡No! A lo mejor no quiere matarme aún, pues tengo la joya de la corona en cuanto a información se refiere.

- ¡Habla!

- ¿Conocen el llamado extinto reino de las hadas?

- Maldito traidor te juro que como te coja... -pensó en voz alta Scarlett para luego taparse la boca.

- ¿Scarlett? -pregunto sorprendió Smee.

- Atrapenla, no dejan que les advierta a los demás -ordeno Barba Negra.

En ese preciso instante echo a andar por patas, como si su vida dependiera de ello pero no sirvió de mucho, puesto que no había calculado cuantos hombres le perseguían y contando que uno de ellos le doblaba el tamaño. A raíz de esto, acabo siendo atrapada.

- ¡Suéltame! -intento forcejear.

- No malgastes tus fuerzas pequeña -hablo Barba Negra- no te servirá de nada.

- Yo que tu le haría caso -dijo Smee.

- No quiero tus consejos y menos que me hables traidor; tenia que haberlo imaginado, ves una oportunidad mejor que la que te brindamos y ya vas traicionando a la gente -comento con desagrado.

- Hagan que deje de hablar, me irrita.

en otra parte del bosque

- Perdona, te estaba buscando -hablo Garfio.

- Pues ya me has encontrado -sonrió Tigrilla.

- No se ven cosas así en las minas -comento refiriéndose al hermoso paisaje que se encontraba delante de ellos- así que te gustan ver los amaneceres.

- ¿Que crees que estas haciendo? -se rió.

- Pues creo que se llama coquetear pero ahora que lo dices, a lo mejor lo estoy haciendo mal.

- No eres como los hombres de mi tribu.

- ¿Gracias?

- No, ellos son honestos, fuertes, valientes...

- ¿A eso llamas tu ser valientes? Dejar que mi pequeño amigo se precipite a la muerte.

- Cuando deje de dudar de si mismo, volara.

- ¿Como sabemos que quedan hadas en esta isla? ¿o que vendrán a ayudarnos al verlo volar?

- Tendréis que confiar en nosotros.

- ¿Por qué deberíamos? Vosotros no confiáis en nosotros.

- Hay un mapa que nos lleva al reino de las hadas, lo protegemos con nuestra vida.

- Claro que lo hay, ¿como no va a haber un mapa secreto que te lleva a un reino secreto?

- Esto no es un juego, ya has visto lo que Barba Negra le ha echo a Nunca Jamás; reducirá el resto a cenizas bajo las minas si no lo detenemos.

- ¿No te han dicho nunca que tienes unos ojos preciosos? -en ese instante recibió una cachetada por parte de la muchacha que acabo largándose; segundos más tarde, entre las nubes se asomaron unos barcos- ¡Tigrilla!

Las aldeas estaban siendo atacadas por piratas y van perdiendo. Ninguno sabia donde se encontraba el otro pero deseaban que estuvieran en una situación mucho más agradable.

- ¿Qué haremos con ella señor?

- Dejármela, vosotros ir con los demás, tengo un buen plan donde ella esta involucrada.

con los demás...

- ¡Debemos de encontrar a los niños -grito Tigrilla mientras luchaba.

No se habían dado cuenta que Peter estaba escalando por unos hilos, justo encima de ellos, mientras intentaba que los piratas que acababan de ser lanzados no lo atrapasen, preguntándose donde estaría su mejor amiga. El lograba esquivar a cada pirata o persona que se le cruzase por el camino y le intentara impedir refugiarse hasta que encontró a Kwahu.

- Peter -le llamo.

- ¿Donde esta Garfio y Scarlett? -pregunto pero no obtuvo respuesta ya que justo estaban atacándole.

- Todo esto es por tu culpa.

- No... ¡espera!

Antes de que Peter llegara hasta el chico, alguien le había agarrado de los pies haciendo que este cayera para luego apuntarle con la pistola; cuando iba a apretar el gatillo, algo o alguien le adentro a la cabaña escuchando así tres disparos.

- De nada -dijo Garfio- venga vamos.

- ¿Y Scarlett? -pregunto.

- Pensaba que estaba contigo así que seguramente este con Smee.

Comenzaron a correr hacía el bosque pero justo les acorralaron. Un barco pirata se acerco dejando ver a Barba Negra bajar de este.

- Vaya, vaya, vaya -dijo- la princesa, presumo.

- Bueno en realidad solo soy un simple minero -dijo Garfio sarcástico- pero gracias por el cumplido -al finalizar, recibió una cachetada por parte de uno de los piratas de Barba Negra, aabo en el suelo pudiendo así decirle a Peter que se marchara puesto que se había escondido entre la maleza. Cuando se dió la vuelta, vio a Smee pero no a Scarlett así que, ¿donde se encontraba ella?

𝐸𝑠𝑡𝑜 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑠𝑢𝑒𝑛̃𝑜.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora