IV

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Capítulo 4

Después de estar minando durante bastante tiempo, Peter acabo con las manos muy adoloridas porque le asignaron un pico sin afilar.

- Bueno, nada que no se pueda curar -comento Scarlett lanzándole una sonrisa.

- Dame tu pico chico -ordenó un hombre adulto de cabello negro ensuciado con el polvo que dejaban las minas- tienes las manos destrozadas porqué está desafilado. Si sigues trabajando con este pico, te romperás la muñeca.

- Gracias, eh, soy Peter -extendió la mano pero el hombre no la acepto así que la retiro- ¿Cuanto tiempo llevas aquí?

-...-suspiro- una eternidad.

- ¿Sabes por qué lo ansían tanto? el Pixuri quiero decir.

- Haces demasiadas preguntas chico; matan por el, morimos por el y se acabo -le devolvió el pico.

- Muchas gracias.

- No me las des, no soy tu amigo y no te protegeré; así de simple, ahora largo.

- Yo que tu me plantearía ser un poco más educado por más que hayas tenido un mal día -lanzó Scarlett llevándose una mirada amenazante por parte del hombre.

Otro día más allí adentro, otro día más viendo como se dejaban las manos en esa mina.

- Lo has encontrado -sonrieron.

- Polvo de hadas -susurro un hombre de avanzada edad casi sin dientes dispuesto a arrebatarlo.

- ¡Es mío ladrón! -Peter corrió detrás del hombre ya que se quería escapar.

- ¡He encontrado un trozo! -Gritó para que todos le escucharán.

- ¡Lo encontré yo! -se defendió Peter para después llevarse un golpe por parte del hombre.

- Imbécil es suyo -dijo Scarlett para luego darle en sus partes bajas mientras se estremecía- para que aprendas a no robar - se lo arrebato de las manos.

- Apartar -llegó el hombrachón de raza negra- dámelo.

- Este mal nacido me lo a robado.

- Si el dice que lo ha encontrado, lo a encontrado, ¿queda claro?

- Tan claro como tu horrible cicatriz -contraataco Scarlett.

- Llevarlos ante el capitán por desorden y indolencia.

- Hay un procedimiento para esto mi señor, se supone que no puede hacerlo -comento Pizarra.

- Callate señor Pizarra. Veamos que hace Barba Negra con estos asquerosos sin vergüenza.

Después de aquel atrevimiento por parte de Scarlett y la supuesta estafa por parte de Peter. Los dos muchachos se encontraban arriba del barco en el que Barba Negra había dado su discurso el día anterior.

- Valientes héroes de Nunca Jamás, contemplar a estos traidores -les miro- Encomiendo su destino a vuestro incremente capricho, a este bárbaro, -señaló a un niño desconocido por estos- lo han pillado rodeando -Scarlett río por su error- quiero decir, robando dos veces. ¿Lo perdonáis o tenéis sed de justicia? -dicho aquello gritaron justicia.

- ¿Tienen alguna vez clemencia? -preguntó Peter al pirata que lo vigilaba.

- Si, claro.

- ¿A menudo? -no contesto.

𝐸𝑠𝑡𝑜 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑠𝑢𝑒𝑛̃𝑜.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora