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Un año atrás

La empresa había sido creada, pero no era tal como Santiago hubiera querido, había algo turbio, y aunque no estaba completamente seguro, estaba convencido de que James Moriarty, les había jugado sucio, o mejor dicho los había utilizado para sus juegos y venganzas, pero ese era parte del precio que debían pagar por haber aceptado tratos con el demonio, Hamilton se lo había advertido y sus impulsos habían tomado la decisión en aquel momento, no esperaba que estuviera tan mal, pero era peor.

La paranoia de Hamilton había aumentado demasiado en tan solo tres meses, ya no se sentía seguro en su propia casa, además del peligro latente de que Moriarty decidiera traicionarlos de alguna manera, sabía algo más, algo que no quería confesarle a (T/A)__ por más que este le insistiese, siempre se hacía el demente, intentaba fingir tranquilidad, pero Santiago había aprendido a identificar su temperamento flemático, típico de todos los ingleses, de sus intentos por parecer sereno.

No asimiló lo que pasaba sino hasta mucho tiempo después, hasta que ya no había marcha atrás, más que seguir el juego.

-¡Empresas fantasma, Hamilton!- exclamó más en forma de pregunta que de afirmación con los nervios exaltados- Pero ¿cómo es posible?

El señor Hamilton temblaba al ver la ira reflejada en el rostro de (T/A)___, en verdad estaba furioso, y su temperamento impulsivo le provocaba terror ante la incertidumbre de lo que estaba por venir, el cómo reaccionaría.

-Lo siento, Santiago, es solo que no teníamos opción...

-Moriarty...

Hamilton asintió con pena, a decir verdad ya no podía dormir por las noches, la culpa oprimía su pecho, pensaba y pensaba en cómo rayos había podido aventurarse a poner sus manos su vida de un desconocido como ese. Sabía que era su culpa, por ser tan débil, por querer venganza por encima de todo, por no escuchar las advertencias...

-¿Hay algo más qué deba saber?- Santiago rompió el silencio- sabe, tengo derecho.

Robbie Hamilton tardó en responder, y por como actuaba, dejaba ver que estaba pensando. Finalmente sin decir ni una palabra negó con la cabeza. Santiago suspiró y puso una mano sobre el hombro tenso de Robbie- está bien, estamos juntos en esto, la decisión fue de ambos. Pero ¿para qué Moriarty crearía una empresa fantasma en México?

Horas después, Santiago partió a su casa al igual que Hamilton a la suya, éste último respiró aliviado, al menos Santiago no se había enterado del resto, pero pronto lo haría, aunque esperaba que no. ¿Por qué no se lo había dicho todo de una vez? Finalmente debía acceder si quería conservar su vida.

-Me alegró de que al menos solo fue esto, esperaba algo peor...- dijo Santiago a Robbie, días después de la última vez que se habían visto, cuando se enteró que poseían una empresa fantasma, sin registros ante hacienda y otras cosas fraudulentas. (T/A) ___ se había tranquilizado un poco al pensar que finalmente no era tan malo, al menos no hacían daño a nadie... directamente.

-¿A qué se refiere, Santiago?

-Al segundo pago, el que debíamos entregar en menos de un año a Moriarty, supongo qué es este, ¿no es así?

Hamilton se encogió ligeramente de hombros. –Al parecer así es.

-Pero vamos al punto, ¿por qué me ha llamado?

Robbie tragó saliva, estaba nervioso, una vez más.

-Tenemos que organizar una reunión...

-Si...

El hombre comenzó a ponerse más pálido de lo que su piel ya era por naturaleza, mientras contenía el aliento.

-¿Qué hay de malo con ello?- Santiago rompió el silencio

-Nada, es solo que...

-¿Qué qué?- (T/A)___ comenzaba a desesperarse

-Alguien invertirá en nuestra "empresa"

Santiago, suspiró y movió la cabeza en señal negativa- ¿Moriarty, no?

Hamilton asintió.

-No nos queda otra opción, ¿cuándo será?

-El viernes próximo a las 8:00 pm

(T/A)___ reflexionó por un rato- es muy tarde ¿no?

Hamilton asintió una vez más. Parecía demasiado asustado, no parecía ser una situación tan grave.

-Está bien, Hamilton. Nos vemos el viernes a las 7:00 aquí. ¿Le parece?

-Bien.

Santiago se marchó y mientras lo hacía recibió un mensaje de Hamilton.

-"No podemos hacer esto"

-"¿Qué sucede?"

-"Por Favor, no podemos matarlo"

-"¿Pero de qué habla?"

-"No quiero hacerlo."

Santiago se preguntó de qué demonios hablaba Hamilton. Pensó en volver a la casa, pero otro mensaje llegó.

-"No vuelva, nos vigila"

Honey, I O UWhere stories live. Discover now