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Eran casi nulas las veces que Tyler salía solo, en un caso milagroso salía y sólo a comer algo ya que ni él ni Josh eran buenos cocinando, aunque a decir verdad, su apetito disminuía cada vez más.

Sí, se había mudado a casa de Josh, no tenía trabajo y por ende no podía seguir pagando donde vivía, al principio sólo se quedaba algunos días, y cada vez que regresaba a su hogar, se sentía tan vacío, tuvo ataques de histeria que lo hicieron enloquecer, gritaba, tiraba cosas, movía los muebles y dejaba la televisión encendida todo el tiempo con el volumen casi revetandole los tímpanos, simplemente quería creer que no estaba solo, que había alguien más ahí con él, por lo menos cuando cerraba sus ojos, servía y lograba calmarlo, pero fue inútil después.

—J-Josh—repetía Tyler mientras esperaba a que este contestara el celular.

Y cuando el timbrado de la línea era cambiado con una voz rasposa y confusa, sentía como la presión en su pecho desaparecía.

La peor compañía humana que podía tener era la que más feliz lo hacia sentir.


La suave música los acompaña durante el viaje, Josh le dijo que saldrían por un largo rato y Tyler aceptó sin darle mucha importancia.

—Nunca vamos a pasear, ¿es algo especial o algo así?—dijo Tyler apoyando su mejilla en su mano.

—Puede ser especial si eso quieres—Josh sonrió sin dejar de ver el camino.

—¿Cómo podría ayudar yo a que esto sea especial?—dijo Tyler desinteresado.

—Sólo tienes que quitarte la ropa.

—Ni lo sueñes—respondió Tyler.

Josh rió divertido y siguió conduciendo, dejando intrigado a Tyler respecto a donde se dirigían , normalmente no me le importa, en general no le importaba que hacia Josh, pero estaba comenzando a cambiar su manera de pensar.

Aparco cerca de lo que era una casa en medio de la nada, esta estaba enorme, parecía que nadie la había habitado en un largo tiempo, pero muy bien conservada.

—¿Qué hacemos aquí?—preguntó a la vez que bajaban del auto.

—Haremos una fiesta, Tyler—dijo parándose junto a él.

—¿De quién es esta casa?—preguntó mirando a Josh con duda.

—Eso no importa—dijo yendo hacia la cajuela del auto.

Tyler giró su cabeza hacia Josh, lo vio sacar una gran bolsa de plástico.

—No sabía que tenías amigos como para hacer una fiesta—comentó Tyler, comenzando a caminar hacia la casa.

—No son mis amigos—respondió—Esto será sólo parte de un negocio.

El castaño lo miró rápidamente, pero no preguntó cuales serían esos negocios.

—Revisa encima del umbral—le dijo Josh.

Tyler se paró sobre las puntas de sus pies, sus manos comenzaron a buscar la llave, encontrándola con éxito, al tomarla miró a Josh y este también le miró.

—¿Qué esperas?—dijo mirando a la puerta y luego devuelta a él.

—Josh, esta casa no es tuya—dijo alzando la voz.

—Abre la puerta, y cállate—le ordeno.

Tyler renegó pero abrió la puerta, obedeciendo a Josh. Entraron a la casa que estaba en buenas condiciones, tenía algo de polvo en los muebles pero nada mal. Josh dejó caer la bolsa sobre la mesa del comedor.

—Escúchame con atención, Tyler—dijo con seriedad, apuntándole con el dedo índice—No me arruines lo hoy, más te vale quedarte callado y hacer como si no supieras nada, ¿entendido?

—¿De que carajo me estas hablando?

—Que bien lo comprendiste—habló con cierto tono que Tyler identifico como queriendo que le siguiera la corriente—Ahora sigueme.

El castaño fue detrás de Josh subieron al segundo piso, entrando a lo que parecía la habitación principal.

—Esta será tu habitación privada por esta noche—Josh extendió sus manos hacia ella, invitando a la pasar.

Tyler se quedó sin palabras al verla, era realmente extravagante, una gran cama en medio, le pareció algo extraño pero elegantes las cortinas transparentes que caían del techo hacia la cama, con un buró a cada lado y más lejos un peinador muy grande con un taburete, con un armario enorme y un gran espejo a un lado.

—¿Te gusta, Ty?—preguntó Josh.

—Me podría acostumbrar a ella—dijo cruzando sus brazos.

—Es por si la fiesta se descontrola un poco—Josh se paró detrás de él, tomando sus manos y pegando sus labios al oído del castaño—Podríamos pasar una noche romántica aquí después de que todo termine.

Tyler rió, Josh bajó sus manos juntas al vientre de Tyler, besando delicadamente su cuello y haciendo que Tyler cerrara los ojos.

—En un rato más vendrá uno amigo—le aviso, haciendo que abriera los ojos—Es importante que él esté aquí, sólo no le hables mucho, no creo que te agrade. 

—Creí que no tenías amigos.

—Él viene en momentos especiales como el de este día.

—¿Por qué es importante?—preguntó intrigado.

—Entre menos sepas, mejor—respondió dejando un beso en su mejilla—Todavía no estas listo para esto.

Tyler giró su cabeza hacia un lado, mirando a Josh, este mostrándole su sonrisa, la que siempre indicaba que estaba planeando algo, y quizá tenía razón, todavía no se sentía listo para ser parte por completo de Josh.


Tyler estaba sentado frente al peinador, observando cada facción, cada lunar o cada pequeña arruga en su joven rostro gracias a cada expresión o cada vez que gesticulaba al hablar, quería guardar esa imagen de él, cuando sus mejillas aún tenían algo de color y sus ojos se veían vivos, o bueno, algo vivos, cuando parecía estar vivo.

Dio un pequeño salto al escuchar que abrieron la puerta principal, como si hubieran empujado la puerta con fuerza, se puso de pie y se acercó a su puerta, pegando su oído ahí, percibió voces además de la de Josh, y decidió salir de la habitación.

Se asomó y pudo ver a un hombre de cabello rubio, teñido, su ropa no combinaba en nada y estaba repleto de tatuajes,

—¿Quién es ese?

Josh volteó hacia atrás, le sonrió a su amigo y se acercó a Tyler, pasando su brazo por los hombros del castaño, llevándolo con el.

—Es Tyler—dijo tomando su mentón y girando su rostro al suyo.

—¿De dónde lo sacaste?—dijo pareciendo molesto.

—Tranquilo, él no dirá nada—decía Josh sin dejar de mirar a Tyler—Es algo así como mi media naranja, no me echaría de cabeza.

—Más le vale—dijo en tono amenazador.

—Josh, dime que es lo que harán—dijo Tyler exigente.

—Una fiesta—contestó sonriendo.

—Sabes que no me refiero a eso—dijo con voz dura.

—Más tarde te darás cuenta.

STRUNK    {JOSHLER}  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora