Once upon a time there was You and Me [Precuela de Blood and Roses]

Acto 9

Y sí, ha pasado un largo mes desde que subí el último capítulo. Vaya que pasa el tiempo cuando tienes muchas cosas que hacer y nada de vida para entretenerte en lo que te gusta. Dejando a un lado mi deprimente vida de adulta responsable, pasemos a lo que interesa. En esta ocasión tenemos situaciones muy particulares para cada parte; así que espero que lo disfruten y que no se vayan a olvidar de los personajes que aquí salen. Nunca saben cuándo pueden aparecer en el futuro.

La noche y el día son caras de la misma moneda

Estaban seguros de que había transcurrido el tiempo suficiente para que alguien de su edad se aburriera y desertara de ser la aprendiz de aquel estrafalario boticario. No obstante, subestimaron a la niña. No sólo no había renunciado, sino que estaba más motivada que días atrás. Era como si hubiera encontrado el significado de su existencia.

Y en cierto modo era algo positivo. Porque desde que adquirió tal comportamiento estaba tan ocupada que no se metía con ninguno de ellos. Era como si tuvieran a una nueva Hachi frente a ellos. Lo irónico era que pese a que estaban felices no se sentía del todo bien. Algo faltaba en sus existencias; mas no sabían de qué se trataba.

—¿De nuevo espiando en la biblioteca? ¿Es que no tienen cosas mejores que hacer? —Ageha atrapó infraganti a esos tres espías por tercera vez en la semana—. ¿No se supone que deseaban que los dejara en paz? Ahora tienen toda la tranquilidad que ansiaban.

—¿Cómo puedo mantenerme calmado cuando sé que está siendo entrenada por un asesino kabuki como él? —mascullaba Tentei desde su esquina. Bajo él se asomaban un par de familiares cabezas—. Si las cosas continúan así pronto tendrá el conocimiento y las herramientas necesarias para asesinarnos sin que nos demos cuenta.

—¿Por qué demonios piensas eso? Es un maldito boticario, no un asesino profesional —manifestó la Shinra para su desconfiado almirante.

—Eso es lo que quiere que pienses. No te dejes engañar por ese rostro y su calmada profesión de boticario —expresaba Dai con las cejas contraídas—. Nada bueno puede venir de un sujeto que se pinta el rostro y tiene facciones tan femeninas.

—¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? ¿Por qué destilan tanto odio hacia es pobre hombre? —No creía el comportamiento de esos dos—. Son adultos y deberían comportarse como tal.

—Además, ¿no se supone que era un visitante nada más? Ya ha pasado mucho tiempo en la tripulación, almirante —habló Raiko—. Córralo o cóbrele la renta.

—¿Tú también? —Ella suspiró ante semejante situación—. ¿Por qué no se unen a ellos? De esa forma pasarán tiempo de calidad y no tendrán que preocuparse de que el camino de Hachi se tuerza.

—Paso. Tengo mucho papeleo pendiente que firmar. —El almirante sacó su magistral excusa para librarse de una tarea tan tediosa—. La mocosa es lista y a su edad ya sabe diferenciar el bien del mal. Estará bien.

—Tú mismo acabas de decir que ese hombre la corromperá y la transformará en una asesina de temer.

—Supongo que si tiene rostro de mujer es mujer por dentro. Y entre mujeres no existe la desconfianza ni el peligro —indicaba Dai, masajeando su mentón—. Es posible que en un futuro compartan consejos sobre moda. Hasta conocerán hombres.

—Que sea un bishōnen no lo hace mujer ni por dentro ni por fuera. Que lo coloques en esa categoría solamente es indicativo de la envidia que le tienes —recriminaba Ageha—. Ella no va a ser una mujer de la vida galante, pedazo de idiota.

—Tal vez pueda pagarnos la renta con algunas medicinas exóticas que lleve consigo —insinuaba el blondo con semblante pensativo—. Él podría darme algo para mantener a mi hermano sedado y de esa forma no esté causándome problemas. —Esa posibilidad era terriblemente seductora—. Si ese es el caso tendría que pedirle una dotación de por vida.