Buenas madrugadas. Quería actualizar más temprano, pero demoré más de lo pensado escribiendo este capítulo, así que ni modo. Disfruten del capítulo tan agridulce que les he traído en esta ocasión. Gracias por leer y comentar. Tengan un excelente inicio de semana.
El color de nuestras cicatrices
Se mantuvo estático como si toda la escenografía que lo rodeaba no existiera. Se perdió en la profundidad de sus pensamientos sin preocuparse del peligro al que se exponía. Allí solamente se encontraba él mirando fijamente aquel portafolio metálico, ignorando lo que tenía bajo su cuerpo.
Apretó sus ojos con fuerza. Exhaló tan hondamente que el pecho le ardía hasta ser asfixiante y doloroso. Y escuchó el chapoteo de la sangre que sus puños producían cada que se estrellaban contra aquel rostro desfigurado, impávido, sin vida. Podía atender al acorde de la muerte, a ese arreglo fúnebre que nació de su momento de desesperación donde el deseo de vivir se impuso sobre su moralidad.
Había arrebatado una existencia por primera vez para sobrevivir, para llevar a cabo la importante misión en la que puso tanto esfuerzo. Y por ello no debería sentir culpa ni permitir que un suceso como ese atormentara su consciencia. Sin embargo, entendió que esa pesadez que aturdía sus sentidos no se desvanecería rápidamente. Tenía que esforzarse para sobreponerse y regresar al sendero que eligió o se perdería totalmente.
¿Lo haría o se dejaría emborrachar por la culpa?
—No sé qué es lo que más sorprenderá a Hōsen. Si el que cumplieras con tu parte de la misión o que te encargaras de aplastar una vida sin pensártelo. —Jun lo liberó del trance en el que él mismo se hundió—. Probablemente el más sorprendido seas tú.
Esos zafiros que la enfocaban se encontraban tan calmados, tan apaciguados que ocultaban una violenta tempestad.
—Con tu parte realizada con éxito damos por terminada la misión. Es hora de irnos.
—¿Regresaremos al Séptimo Escuadrón? —Se levantó, sujetando con firmeza su preciado encargo.
—Sí. Tengo que llevarte de vuelta y también debo darle mi informe a Hōsen.
—Marchémonos. Quiero darme un buen baño antes de que este horrible olor se impregne en todo mi cuerpo.
—El olor de la sangre es de las cosas que más me desagradan tener sobre mis ropas. —Rotó hacia los hombres que trajo consigo a la misión y añadió:—. Dense prisa y traigan la nave hasta aquí.
—Capitana, si hacemos eso alertaremos a nuestros enemigos.
—No importa. Si empiezan a armar un escándalo los suprimiremos —sentenció—. Estoy cansada y demasiado acalorada. No quiero caminar ni llenar mi cuerpo con más arena. Así que háganlo inmediatamente.
—¡Entendido!
—Capitana, ¿cree que vaya a estar bien? —preguntó uno de los hombres discretamente—. Lo veo bastante perturbado.
—Yo estaría más preocupada si él no estuviera de ese modo después de asesinar por primera vez.
—¿Ah? ¿Qué quiere decir con eso?
—Descuida. No es necesario que lo entiendas. —Dejó al pobre hombre con dudas y se acercó a Kamui—. ¿No preferirías formar parte de mi escuadrón?
Su invitación tomó por sorpresa al ofuscado pelirrojo.
—¿Lo dices en serio?
—Jamás digo ni hago algo que no desee o sienta de verdad. —Ella halló su respuesta en su mutismo—. Supongo que Hōsen es un pez gordo que eres incapaz de ignorar. O tal vez no quieres separarte de esos dos.
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Once upon a time there was You and Me [Precuela de Blood and Roses]
Fiksi PenggemarTras despedirse de su planeta natal, Kamui dejó atrás a las personas a las que alguna vez denominó como familia para ir en busca de aquello conocido como "fuerza". Sin embargo, él no era el único que intentaba sepultar en lo más hondo su pasado e in...