Capitulo 28: Un Sentimiento En Común.

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La noche cayo por completo sobre el santuario, pero esta ves no se sentía como las otras; un velo de tristeza la cubría. En la casa de Libra un sentimiento de impotencia crecía.

Dohko: Entonces... murió?- murmuro aquel caballero apretando sus puños.

Shion: Así es- respondió con tristeza.

Dohko: Si yo no me hubiera quedado en el santuario- comenzó a levantar la voz- ese niño aun seguiría con vida!- golpeo con su puño uno de los pilares de la casa de Libra.

Shion: Tranquilo Dohko, si debemos encontrar un culpable ese sería yo- dijo con impotencia.

Dohko: Qur pasara con los demás niños?- dijo un poco más calmado.

Shion: No lo sé... ahora mismo estan con la diosa Atena. Están muy afectados, al igual que los otros chicos- salió de la casa de Libra y observo hacia el coliseo.

Dohko: Lo sé- salió y observo de igual manera hacia el coliseo.

En el coliseo...

Tay comenzó a entrenar muy duro aunque su cuerpo estaba en malas condiciones.

Marion: Vamos, descansa un poco, te lastimaras mas- rogo.

Tay: No puedo. Tengo que hacerme más fuerte- contestó sin detenerse.

Marion: Por qué?! Por qué crees que ese niño murió por tu culpa?! Es eso?!- preguntó alterada- Sé que es duro y también nos duele...- inclino su cabeza y comenzaron a salir lágrimas de sus ojos- Pero... también te necesitamos...- decia y unos brazos la envolvieron.

Tay: Es por eso que quiero ser fuerte... no quiero perderlas- dijo abrazándola- Lo lamento Marion.

Mientras tanto...

En la cima de una colina en el santuario, cerca de un viejo cerezo, Mey se encontraba entrenando con su espada. La movia con agilidad y furia pero la imagen de está atravesando a Zen cruzo por su mente. Llena de ira y tristeza, clavo su espada en el césped, cayo de rodillas junto a ella y comenzó a llorar en silencio. Después de algunos minutos se levanto, tomo su espada y la enfundo; después solo comenzó a caminar sin rumbo alguno, hasta que a lo lejos diviso a Yin, que se encontraba acostada viendo hacia el cielo nocturno. Mey se acercó intentado no ser vista.

Yin: Sabes Zen, yo también perdí la esperanza en el mundo por un momento y simplemente quería morir, ya que no encontraba el sentido de mi existencia- suspiro dirigiendose al cielo- pero algo paso cuando conocí a los demás.- Se sentó y saco la manzana que le había obsequiado y con la voz quebrada dijo- Perdóname, no pude protegerte. Te prometo que hare hasta lo imposible para que tus hermanos vivan bien y hare que mi vida sea más que una simple chispa en el firmamento.- dicho esto comenzó a llorar.

Mey no tuvo el valor de acercarse más a Yin y siguió bagando por el lugar.

Al día siguiente, antes de que el sol comenzara a salir, Mey estaba decidida a abandonar el santuario, pero antes de que lo hiciera alguien la detuvo.

Manigoldo: Sabía que intentarías algo como esto.

Mey: Que haces aquí?- pregunto sorprendida.

Manigoldo: El Patriarca me envió a buscarte. De verdad te vas a ir sin decirle nada a los demás? Al parecer no te importan tanto como yo creía- rió un poco.

Mey: No sabes lo que dices.- dijo molesta.

Manigoldo: Y crees que alejandote de ellos no les pasará nada, ha! Al parecer no lo has notado niña, pero esto es la guerra santa, la muerte es inevitable. Ahora, ven conmigo.

Mey se resigno y acompañó al dorado a la Sala del Patriarca donde se encontraba este con la diosa Atena; también se encontraban Yin, Marion y Tay.

Atena: Les agradezco todo lo que han hecho por el santuario. Han sido de gran ayuda, pero quiero saber... Quieren continuar aquí?

Patriarca: Deben saber que todo aquel que este dispuesto a defender el santuario lo tendrá que hacer a costa de su propia vida.

Mey bajo la mirada, Yin, Marion y Tay observaron eso y luego se miraron entre sí.

Tay: Creo que usted ya lo sabe diosa Atena- decidió hablar- Nuestro pasado no fue bueno y nos arrepentirnos de muchas cosas, pero...- decía mientras Marion y Yin se posicionaron a su lado- queremos defenderla a usted y a todo lo que representa- tomo la mano de Mey al decir esto.- Estamos conscientes de las consecuencias, pero es un riesgo que queremos correr.- dijo sonriendo.

Una Aventura Con Los Dorados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora