Capítulo XII

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Nos dirigimos el uno al otro, con la vista de los pasajeros centrada en nosotros...

- ¿Te casarás con Penélope?

- No pude. Me opuse al propio compromiso.

- ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste?

- Por muchas razones.

Yo no quería estar con ella y la razón de la primera es porque te amo Catalina. En verdad te amo. Y no tengo miedo de decirlo. Fue una locura venir aquí, pero por ti, nada es imposible para mí. Leí tu carta y el universo se me iba encima. -el papel lo sostuvo con fuerza en sus manos.

Es un real martirio olvidarme de tu sonrisa y todo tu ser. No podrías salir de mi mente, ni aunque te vayas. Te adoro con un sentimiento incapaz de describir y que se convertía en mi motor de vida. Te pienso todo el tiempo y donde fuera, me acompañabas aquí. -señalando su cabeza.

Veo lo feliz y afortunado que soy a tu lado. Veo perfectamente que los obstáculos se hacen cenizas y estar contigo es justamente, el cielo eterno.

¿Por qué lloras?

Con alegría les respondí:

- Recuerdo la vez que te conocí y dije que vivía frente a tu departamento, ¿cierto?

- Si.

- Dije eso porque desde un principio, ya me enamoré de ti como no te imaginas. Cruzábamos las calles y nunca contemplaste mi cariño. Al conocerme, se cumplió el elixir de mis sueños. Y mi vida, al igual que tú, tornaba un sentido majestuoso. Luego de esos 2 meses, mi angustia se eliminó y con el abrazo, se hizo nuestro reencuentro. Aun puedo darte cientos de abrazos más, porque no me cansaría estar contigo para siempre.

Me veía dando lágrimas de lo contento que se sentía.

- Verás que conservo la foto de cuando me llevaste al trabajo. – se lo enseñé.

Y sacó sospechosamente algo de su bolsillo:

- Yo también lo llevo conmigo, para recordarte mejor.-todavía lo tenía.

Lo tomé de la mano y nuestros dedos se entrelazaron suavemente. Le pregunté:

- ¿Y qué estamos esperando Samuel?

Sonreíamos sin perdernos del suceso.

...

Prohibido No Enamorarse (Cuento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora